Destaca como el aspirante a chef más competitivo de la quinta edición de MasterChef Celebrity. Gonzalo Miró (39 años) ha logrado ganar algunas de las pruebas más complicadas del talent culinario. Desde que puso un pie en las cocinas del exitoso formato de televisión, se ha mostrado impecable a la hora de elaborar los platos, pese a que mantiene la teoría de que su contacto con las ollas y sartenes ha sido nulo hasta ahora.
¿Cómo ha vivido su participación en MasterChef Celebrity?
La experiencia en sí ha sido espectacular. Nunca hubiera imaginado que fuera a tener una relación tan tensa con los fogones, teniendo en cuenta que no había cogido una sartén en mi vida antes de entrar en este programa. Es verdad que te absorbe toda la energía. Es un lugar en el que, si tienes cierta alma competitiva, lo que buscas es ser un concursante que evolucione, que se implique en las pruebas, que se relacione con sus compañeros, que acepte bien las críticas... te hace crecer en muchos sentidos, mi interpretación de la experiencia es que es alucinante.
Es muy competitivo y que tiene ansias por ganar, ¿Es usted el próximo ganador?
Me gustaría, aunque cuando entré no me planteaba más allá del primer programa. Como ya he dicho, mi experiencia con la cocina es totalmente nula. Me plateé los programas como si fuera el Atlético de Madrid, partido a partido y plato a plato. Sin pesar mucho más allá, porque el mundo de la cocina es tan amplio que es imposible absorberlo de una vez.
¿Se ha formado antes de comenzar la competencia?
Te cuento, nuestro problema en esta edición es que cuando se empezó a grabar estábamos en la fase de desescalada del confinamiento. Entonces todo el tiempo que teníamos pensado dedicar a practicar con un chef en un restaurante, no pudo ser. Todos estos sitios estaban cerrados. No tuvimos esa opción, así que imagino que los jueces contaron con que íbamos un peldaño por atrás que los concursantes de ediciones anteriores.
Ha sido entonces una edición diferente en ese aspecto.
Sí, bueno. Aunque imagino que sí habría gente que cocinaba desde antes. Pero aún así, es cierto que la gente que concursa se prepara con quién puede, y en esta ocasión no ha podido ser. Hemos sido autodidactas en ese aspecto.
¿A qué juez teme más?
Quien dice temor, dice respeto. En un principio, por lo que se ve en los programas, Jordi Cruz (42). Esa mirada penetrante impresiona más a la hora de hacer críticas, pero sus críticas, si eres capaz de encontrar el camino de entenderlas, hacen que evoluciones aún más. Es verdad que no me he tomado las evaluaciones de manera negativa, aunque es lógico que cuando te esfuerzas en hacer un plato y te lo valoran negativamente te duela. Pero ellos, en el fondo, lo hacen para que mejores, evoluciones, aprendas y para llevar adelante la mecánica del programa. Al final es en lo que consiste.
¿Con qué compañero ha trabajado mejor ycon cuál peor?
Si no te importa, me voy a quedar con la parte positiva: Florentino. Si es verdad que el público lo conoce por su faceta cómica, que es verdad que la tiene. Es muy gracioso y muy cómico, además de manera sana, pero además yo he descubierto a un buen compañero de trabajo, a alguien con quien puedo contar. Rema a favor, te ayuda, te apoya, es buen tipo, buena gente... Y todo eso lo logra impregnar en lugar de trabajo, hace que te apetezca pasar un buen rato, más allá de lo meramente profesional. Creo que eso hay poca gente que lo valore, y yo sí que lo valoro.
¿Su mayor habilidad en el concurso?
No tiene tanto que ver con la cocina pero si es verdad que si no hubiera tenido sentido del humor lo hubiera pasado infinitamente peor en el programa. No es nada práctico ni que se pueda valorar por un cocinero, pero a la hora de sobrevivir en MasterChef el sentido del humor me ha ayudado mucho, ha hecho que haya podido disfrutar del programa.
¿Ha tenido momentos de bajón?
Sí, claro que los tienes. Hay momentos de alegría, de mucha emoción, de pena, de dolor... cuando te critican negativamente tu trabajo es obvio que te duele. Es una montaña rusa de emociones y ese uno de los ingredientes del programa que hacen que tenga el éxito que tiene.
¿Qué estamos conociendo de usted que no sabíamos?
Sabes lo que pasa, que al final cómo llevo tanto tiempo relacionado con los medios de comunicación, empecé muy joven, me sorprende de que el público no me conozca tal y como soy. Es verdad que cuando vives una experiencia como esta, al final te retratas. Es imposible que alguien en un programa como MasterChef pueda conseguir trasmitir que es alguien que no es. Todos y cada uno de nosotros nos quitamos la careta, si es que la teníamos, y se ve cuál es nuestra verdadera personalidad. Es muy complicado que cuando tú tienes esa intensidad y después de tantas horas de grabación, después de ganar, perder, discutir... puedas fingir esas emociones. Yo no soy actor además, pero sí que creo que se está viendo la realidad de Gonzalo.
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