Hay pocos programas de televisión donde Pablo Alborán (31 años) se sienta más querido que en el El Hormiguero. Por eso, el artista malagueño no se olvidó del talk show de Antena 3 a la hora de presentar de su nuevo disco, Vértigo. Así, Alborán visitó este lunes el programa para charlar con su tocayo Motos (55).
Aún con el brazo en cabestrillo, el presentador comenzó El Hormiguero asegurando que “la calle estaba llena de fans”. Para quienes decidieron quedarse en casa, la espera fue larga. La ubicación en la parrilla del programa cada vez está más cercana a las 22 horas; a eso hay que añadirle los prolegómenos habituales (baile, presentación de invitados de la semana…) lo que provoca que prácticamente nada más entrar Pablo Alborán se diera paso al corte habitual de publicidad. “Has hecho la entrada tan bien, que me voy a ir publicidad”, se excusó Pablo Motos.
Después de los minutos de pausa, el invitado reconoció estar “muy contento de estar aquí, ya sabes que este es mi lugar favorito”. A continuación, llegó el momento de explicar por qué el disco saldrá el día 11 cuando estaba previsto en principio para noviembre: “Teníamos muchos actos de firmas y demás. Además, un músico de los míos dio positivo por covid. El disco sale el 11 y el 9 haré un ‘streaming’ para que descubráis las canciones esta es nuestra manera de abrazar a la gente que nos apoya”, adelantó.
Jugando con el título del álbum, Pablo Motos le preguntó al artista malagueño por la intuición que tenía respecto a su nuevo trabajo, algo que Alborán hizo para acabar hablando de una fobia personal. “Es la primera vez que saco un disco sin tener la necesidad de controlar lo que va a pasar. La falta de control es algo que trabajo siempre, cuando te montas en un avión nos pasa siempre. Al final he acabado estando muy relajado en más de un vuelo, mirando el cielo y las nubes con cierta calma, aunque hubiera turbulencias”, se sinceró.
Gran susto
Sin abandonar ese ‘paseo por las nubes’, Pablo Motos dio paso a un vídeo en el que el invitado aparecía dentro de un avión con turbulencias: “No me acordaba de esto. La peña estaba gritando, fue horrible. Hay un momento donde dices “qué puedo hacer”. Duró mucho, como 3 o 4 minutos largos. Acabé riéndome por los nervios. Una vez me pasó con mis padres, volviendo de Argentina, unas 7 horas con turbulencias, el piloto nos dijo que no sabía qué estaba pasando y que iba a tratar de cambiar de altitud. Mi madre me dijo que no pasaba nada, que si nos moríamos, nos moríamos juntos. Mis hermanos estaban en tierra esperando, no les hizo gracia”, destacó.
Por esas experiencias y esos temores, Pablo Alborán no tuvo reparos en reconocer que “hice cursos para quitarme la sensación de volar. Un piloto me explicó muchas cosas. Decidí, con un par, llamar al disco ‘Vértigo’. Hay poetas como Benedetti que escribieron al vértigo, es clave darnos cuenta de que somos de carne y hueso”.
Sobre el disco, Motos tenía una pequeña queja: “Oí el adelanto y hay tantos mecanismos de seguridad que parece que voy a ir al talego”, detalló entre bromas. Ya en serio, Alborán desgranó que hay varios estilos, hasta una bachata: “Mis discos son un espejo para la gente que los escucha, han vivido las mismas historias que yo. Este disco refleja lo que hemos vivido durante la pandemia, pero también antes, van a sentir alguna turbulencia por dentro, aunque hay buen rollo. Es hora de contar historias bonitas. Hay bachata, samba, canciones de historias pequeñas que hacen que nuestra vida sea grande”.
En la edición para coleccionistas hay de todo, hasta una mascarilla y unos audios que tienen una razón de ser. “Me pareció interesante contar cosas de mi vida. Por ejemplo, me tiré de un acantilado y eso abre el disco. Para cerrar salgo con una bici que está sin frenos, se me oye decirlo y al final resignarme con un “da igual”. Es todo como la historia sonora que envuelve al disco”, justificó el invitado.
Volviendo al terreno personal, Pablo Alborán también contó en El Hormiguero que ha sufrido, por segunda vez, una inundación en su casa: “Es muy heavy. El día antes de hacer la sesión de fotografías de este disco se me inundó la casa, había agua hasta los tobillos”, comentó.
Para cerrar la entrevista, hubo espacio para una anécdota que tuvo buen final, aunque al principio no lo pareciera. “Fui a México a pasar una cuarentena para ir a un programa de televisión en Miami. Cuando llegué dicen que me detienen. Iluso de mí, grité que me había hecho los PCR. Me metieron en un cuartillo muy popular. Falsificaron dos permisos de conducir americanos con mi cara, así que a través de un escáner me asociaron con esos delitos. No me pusieron las esposas, al final me dejaron salir. Fui al programa, canté y al volver al aeropuerto el tío me felicitó”, relató.
Tras la clásica entrevista con Trancas y Barrancas, Pablo Alborán actuó en riguroso directo para presentar uno de sus temas. Sin embargo, una de las grandes sorpresas llegó justo después. Blanca Suárez (32) se convirtió en invitada inesperada al entrar por videollamada. Primero, la actriz dio la enhorabuena al artista “por el disco que sacas a la luz, haces unas canciones maravillosas”. A continuación, Pablo Motos contó que los cines son un lugar seguro, lo que dio pie a Blanca Suárez para enfatizar que “es muy importante remarcarlo y hacer a la gente consciente de que el cine y los teatros son sitios seguros. Este viernes vamos a estar con los brazos abiertos esperando a todos”.
Motos insistió en que "ganar al virus también es esto, no hay que ser temerario". Por su parte, Blanca Suárez definió que El verano que vivimos es "una película maravillosa, épica, con grandes decorados que retratan una gran historia de amor. Creo que merece la pena ir al cine y disfrutarla en pantalla grande".
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