María Patiño (49 años) se ha emocionado este domingo en directo. Socialité, el programa que presenta, estaba tratando la historia del matrimonio de Isabel Pantoja (64) y Paquirri a través de unas imágenes de su boda en la Iglesia de Jesús del Gran Poder en Sevilla. A la vuelta del vídeo una sonriente Patiño ha desvelado un detalle de su vida personal que tiene que ver con su hijo, Julio, del que nunca quiere hablar en los medios.
"Fíjate, esa iglesia es en la que yo bauticé a mi hijo. Y cuando salimos del templo me cantaron y me bailaron, con palmas, y yo zarandeaba a mi hijo sosteniéndole a lo alto con mis brazos. Fue muy divertido. Mi familia se emocionó mucho al ver esa inesperada sorpresa que nos prepararon a la salida", ha dicho la presentadora sin poder quitar la sonrisa de la cara.
Tras estas palabras, Patiño ha decidido no contar más: "Dejo ya de hablar de mí y vamos con otro tema". Esta frase hacía referencia a que minutos antes también había revelado otro asunto de su vida privada: la enfermedad de su perrita. "Estoy mal porque el veterinario le ha diagnosticado a mi perrita tos perruna. Es como la gripe y ya le han dado tres pinchazos en el culo a la pobre", confesaba tras ver un vídeo de la nueva mascota de Enrique Ponce (48) y Ana Soria (22).
Julio, la debilidad de Patiño
"Julio es el amor de la vida de María. Siente debilidad por él, y cuando él vivía en Sevilla con sus abuelos mientras María trabajaba en Madrid, cogía un ave todos los fines de semana que podía para ir a verle", cuentan a este medio. A raíz de la muerte de la madre y el padre de Patiño, que fallecieron en febrero 2014 y en enero de 2017 respectivamente, Julio se trasladó a Madrid para vivir con ella y con su actual marido, con el que mantiene una estrecha relación porque le ha tratado desde que era muy pequeño, tal y como reiteran fuentes de total solvencia.
Si bien es cierto que la presentadora tuvo que renunciar a vivir algunas de las etapas más importantes en la vida de su hijo, "ella se considera madre por encima de periodista", trabajo que, tal y como ha demostrado durante todos estos años, vive, ama y defiende con fuerza. Y es que a pesar de no haber hablado nunca de él, son numerosas las ocasiones en las que ha confesado sentirse "una madre orgullosa".
El joven es alto, espigado y fuerte, y en las imágenes que mostró Semana en su portada de agosto de 2018 se apreciaba la sintonía y el profundo amor entre madre e hijo, así como la complicidad y camaradería entre Julio y la pareja de su madre. Con una gorra calada hacia atrás y unos cascos, el joven no dejó de posar junto a su madre, e incluso en un momento dado se atrevió a quitarse la sudadera pese a la intensa lluvia que no les impidió disfrutar de la jornada familiar. No cabe duda de que estos dos hombres, pareja e hijo, son el gran patrimonio con el que cuenta Patiño, después de haber sufrido la pérdida de sus padres y de haber superado un pasado un tanto trágico.
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