Este próximo 31 de diciembre no será un fin de año al uso, no despediremos un año así sin más: decimos adiós a un 2020 trágico, cruel, desalmado por culpa de ese maldito bicho llamado coronavirus. La Covid-19 se instaló de forma seria en nuestras vidas y parece que para quedarse un tiempo. Allá por febrero-marzo la cosa se puso seria, como bien saben los que me están leyendo, y de aquellos barros, estos lodos.
El sector de la televisión también se vio seriamente mermado. Comenzó con la ausencia de público en los platós -un shock del que, qué cosas, estamos cada vez más repuestos: ¿echan ustedes en falta al público a estas alturas?-, y que terminará sin gente en la Puerta del Sol esta Nochevieja. Algo baladí, dirán, pero muy significativo: para las televisiones y para los espectadores tan vibrante era ver a los presentadores como a las personas que se agolpaban en Sol para festejar. Y más cosas: ha habido programas que no han estrenado por falta de presupuesto, sí, pero también por falta de estímulos y esperanza.
2020 ha sido el año de la incertidumbre, del miedo, de la ceguera ante lo que pasará mañana. Hemos vivido al día y en el día. Pero no quiero aprovechar estas líneas para verter más de lo mismo, no. Hagamos que esta lectura sea constructiva. La tele se ha visto afectada, sí, pero también debería hacerse otra lectura: el coronavirus nos ha hecho mejores a todos. O nos debería hacer mejores. Y a la televisión, también. Muchos son los ejemplos televisivos de grandes patinazos, equivocaciones, fracasos, cancelaciones y éxitos apabullantes.
Sumemos lo bueno y restemos el fallo, el error. Me toca hacer balance televisivo. Que qué me gustaría ver en 2021, me piden. Y también que qué destacaría de este 2020. Bueno, de este año que despedimos me quedo con dos formatos televisivos que creo que harán historia y dejarán una huella en la hemeroteca catódica: Mask Singer y La casa fuerte. Creo firmemente que Antena 3 ha acertado de pleno comprando este formato que ha revolucionado la parrilla televisiva. Da gusto ver un programa bien hecho, familiar, blanco, sin algo morboso, sucio o miserable detrás. No, Mask Singer es lo que ves: un disfraz y, debajo, un famoso. Y quinielas, muchas quinielas.
Conseguir eso a estas alturas, es mucho. Antena 3 ha dado con la fórmula del éxito. Y mirando al 2021, pido que la cadena renueve Mask Singer, y también Tu cara me suena y La Voz. Larga vida a Antena 3. Pienso que este año ha sido el suyo: muy por encima de Telecinco, y pese a que Mediaset ha ganado. Yo no hago esos balances, me quedo con otros más sencillos: Telecinco no ha arriesgado en absoluto, se ha acomodado todo el año confiado en que el público lo respaldaría. Sí, así ha sido, pero yo me quedo con los valientes que salen y arriesgan... y ganan. Este 2020 ha sido de Antena 3 y de sus apoteósicos estrenos: Mujer, Pasapalabra, Mask Singer...
Y volviendo a Telecinco, creo que es la cadena perdedora por excelencia. Lo siento, Vasile, pero es así. Has aprobado por los pelos y, encima, te has confiado. Tienes en el 2021 una gran oportunidad, querida Telecinco, para demostrar de qué pasta estás hecha. No vale seguir acomodada en las faldas de lo seguro. Toca arriesgar y para eso quiero ver el regreso de Gran Hermano -la versión anónima-, el de Supervivientes y también quiero ver cómo Christian Gálvez (40) le planta cara a Roberto Leal (41) y su Pasapalabra con un formato que nos deje a todos enloquecidos y nos haga olvidar que un día perteneció a Telecinco.
Y decía antes lo de La casa fuerte porque de verdad que lo creo. Lo que en su primera edición era un programa low cost, de verano, en su segunda se ha consolidado como una apuesta segura en tiempos donde no hay mucho dinero que rascar. Y eso que no lo ha tenido fácil La casa fuerte: la audiencia se ha resistido a seguirla con fruición. No me olvido en mis deseos de TVE. Me apena su situación, mucho. No la veo gozar de la audiencia que se merece. Vale, sí, MasterChef, en todas sus variantes, arrasa con todo, pero la pública no es solo un programa de cocina. Anhelo ver a TVE rezumar pasta, dinero, millones...
Porque para el espectador es fundamental que una cadena luzca sana y se la vea boyante, en todos los sentidos. Quiero ver cómo regresan al ente público espacios que antes eran valor seguro. ¿Se acuerdan de Mira quién baila? Dicen que ahora va a volver y que lo va a presentar... sshhhh. Secreto absoluto. Me alegro mucho. También, lo confieso, estoy un poco cansado de ver siempre las mismas caras. No me gusta ver a La 1 siempre como la hermana fea y pobretona. Ojalá encuentre su camino en este nuevo año que entra.
[Más información: De 'Telepasión' en TVE a 'La última cena' en Telecinco: qué ver en televisión estas Navidades]
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