Esta misma semana, Patricia Pardo (36 años), presentadora de El programa de Ana Rosa, aparecía ante los espectadores con un vestido azul de tirantes y expresaba: "Hoy los de estilismo me han vestido muy veraniega". Sin embargo, minutos después, cuando se ponía al frente de la mesa de actualidad reaparecía ante la audiencia con una americana de color blanco sobre su llamativo vestido. Y es que la imagen que mostraba no iba demasiado en concordancia con los 2 grados de temperatura que había en Madrid en esos momentos.
Pero la presentadora gallega no es la única que sufrido esta incomprensible elección estilística en pleno diciembre. A menudo, en televisión se pueden ver a sus presentadores -aunque mayoritariamente ocurre en el caso de ellas- mostrando sus brazos, hombros o piernas desnudos en los días más fríos de invierno.
Se entiende que los platós están acondicionados y en ningún caso los presentadores y colaboradores pasan frío pero resulta sorprendente que no vistan acordes a la época de año. ¿Hay alguna razón para ello?
Según fuentes expertas en Imagen, "los estilismos llamativos o los catalogados como frescos o desenfadados suelen ser los protagonistas de los programas tipo magacín en los que se tratan diferentes contenidos -de los más serios a los más banales- y que tienen como esencia informar pero también entretener. Con el uso de estos estilismos, unido a su ambiente dinámico, buscan que el espectador se mantenga atento y capte el carácter fresco del formato".
Tal y como puntualizan las voces expertas el código de estilismo va ligado a la tipología de programa. En espacios como los Informativos, Telediarios o formatos de estructura más rigurosa con contenido político o social será casi imposible ver los hombros a los presentadores, porque "existe una regla no escrita que sentencia que mostrar los hombros otorga 'poca seriedad'", apuntan. Sin embargo, "para los programas más dinámicos y con un ritmo más coloquial, se permite arriesgar más".
El programa Zapeando es el mejor ejemplo para ello. Cristina Pedroche (32) o Lorena Castell (39) son asiduas a lucir los estilismos más atrevidos y no renuncian a un minivestido o a los crop tops por mucho frío que haga fuera del plató.
Igualmente ocurre con algunos colaboradores de Sálvame, como Lydia Lozano (60), que apuestan por lucir atuendos muy ligeros pero a la hora de irse a los pasillos de Mediaset necesita ponerse una chaqueta o un plumas.
No obstante, cada vez son menos los programas que mantienen sus estilismos veraniegos todo el año. La televisión ha de ser un reflejo de la sociedad y los cambios de las estaciones del año tienen que percibirse en la pequeña pantalla para acercarse más a la realidad de los espectadores.
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