Este viernes se cumple un año del giro definitivo en la hasta entonces confusa vida profesional de Alejandra Rubio (20 años). El 8 de enero de 2020 sorprendía la noticia del fichaje de la hija de Terelu Campos (55) por una de las nuevas sillas de Telecinco. La cadena líder de Paolo Vasile (68) se lanzaba a comienzos de año con una apuesta rompedora, el reality La isla de las tentaciones, y el nombre de la joven se presentaba como colaboradora revelación del espacio para las galas de prime time.
Alejandra se estrenó en la mayoría de edad cursando un grado de Diseño de Moda, pero menos de 4 meses después decidía abandonarlo porque "no era lo que ella esperaba". Aseguró entonces, tras un tiempo en pausa de sus estudios, que iniciaría la carrera de Derecho el pasado septiembre de manera presencial, pero finalmente ha preferido que sea a distancia para favorecer su recién estrenada vida televisiva.
Se asomó al mundo de la pequeña pantalla con un canal en Mtmad en el que se hacía llamar Black Sheep -oveja negra-. Pese a las críticas que recibía por su manera de expresarse y el supuesto "enchufe" que le adjudicaban algunos, el interés de la gente en ella era patente.
Y llegó su inmersión definitiva en el medio. El 14 de enero de 2020 aparecía por primera vez sentada en un plató como colaboradora, y su debut fue criticado incluso por su propia madre. Durante los primeros programas se mostraba tímida y algo torpe a la hora de argumentar sus opiniones, pero después de varias intervenciones tomó soltura hasta el punto de discutir y mostrar su carácter en directo sin esconderse.
Cuando ya cogió algunas tablas, Mediaset anunció la nueva bomba: tras el final de La isla de las tentaciones, Alejandra fichaba por Viva la vida, el buque insignia de Telecinco los fines de semana. La hija de Terelu llegaba al programa de Emma García (47) el 7 de marzo de 2020 y su estreno en esa silla fue mucho más mediática y dinámica que su debut anterior.
Durante muchos fines de semana ha compartido pantalla con su madre y su tía, Carmen Borrego (54). Precisamente en estas citas familiares en directo ha quedado a la vista que Rubio es el miembro más natural, espontáneo y políticamente incorrecto del clan Campos. La mayoría de las veces opina de forma contraria a sus familiares y defiende su teoría sin achantarse ante ellas.
No suele callarse ante los dilemas o polémicas que envuelvan a su familia, y ella misma ha sido varias veces la protagonista de los escándalos rosas; como cuando rompió con su novio Álvaro Lobo a principios de 2020 y retomó su relación a finales tras un breve pero intenso romance con Tassio de la Vega, o cuando estuvo un mes confinada en casa en agosto tras dar positivo en coronavirus.
Cambios de look
Parece que a medida que Alejandra se siente más cómoda en su silla televisiva, esa seguridad repercute en su aspecto, cada día más atrevido.
La joven llegó a televisión una melena negra azabache que contrastaba con su piel clara. A veces la cabellera le servía para ocultarse ante los focos, pero poco a poco fue tomando peso en la pequeña pantalla y lejos de esconderse ha utilizado sus looks para llamar aún más la atención.
Comenzó jugando con su pelo, de ultraliso a rizado leonino, y después experimentó con los tintes; primero con un baño de color rojizo suave, y finalmente tiñéndoselo de cobrizo brillante que destaca de forma sorprendente en televisión.
Además, en el asunto estético también se ha gastado cerca de 600 euros en inyección de vitaminas y tratamientos para la piel; y se ha realizado un retoque dental de miles de euros.
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