Lina, profesora Lina. Así se llamaba mi maestra de párvulos. O Fernando Pierna, mi profesor de Lengua de 5º de EGB; Joaquín Gil, mi profe de Mates, Don Santiago, el de Historia de España... Y así podría ir detallando uno a uno los nombres de todos los profesionales que me educaron en la cultura española, además de mis padres y vecinos, que vivieron en el protectorado español, conocían perfectamente la lengua y me la enseñaron día a día.
El pasado mes de septiembre cumplí 15 años en España, cinco de ellos sacándome una licenciatura y un máster, y otros 10 años cotizando para las arcas del Estado como un ciudadano español más. En unos meses me toca presentar la documentación requerida para tramitar la nacionalidad y tras intentar informarme por varios medios, me encuentro con que, además de los 1.001 documentos que nos exigen para formalizar la solicitud, tengo que presentar un título firmado por el Instituto Cervantes que certifique que tengo el mismo nivel de español de 'parvulitos' que me enseñó mi profesora Lina.
No desespero y busco en la letra pequeña de los nuevos requisitos un apartado en el que excluyan de este trámite a las personas que, como es mi caso y seguro que no soy el único, puedan justificar con tres documentos firmados por el mismísimo Borbón (Primaria, Bachillerato y Licenciatura) que conocen la lengua española. Pero mi gozo en un pozo.
Mi enfado es porque desde que tengo uso de razón no sé hablar otra lengua mejor que el español
Comienzo a hacer llamadas en busca de información, googleo en Internet. Necesito que alguien me explique qué es esto del examen de español.
Llamo a varios centros cooficiales del Instituto Cervantes en los que supuestamente realizan estas pruebas y más que español parecía que les hablaba en chino ya que, pobrecitos míos, la única información que tienen de este tipo de examen es un modelo del supuesto futuro cuestionario tipo test que tenemos que superar.
Intento ponerme en contacto con el Instituto Cervantes para que despejen las dudas que me atañen. Aquí me remiten a la web y a una dirección de correo electrónico en la que plantear todas mis ansiedades y del que recibí una respuesta en tiempo récord en la que copian y pegan la misma información que aparece en su web. Un despropósito. También me informan de que efectivamente sí debo hacer un examen abanderado por el Instituto Cervantes con sus respectivas tasas, 124 euros por el DELE y 85 euros por el CCSE.
Tras esta odisea, me inscribo en una de las dos pruebas por el miedo de perder mi turno ya que nadie, ni desde la sede del Ministerio de Extranjería ni los propios centros examinadores, consiguen aclararme si estos exámenes deben o no presentarse con la documentación que debo entregar en un par de meses para tramitar mi ansiada nacionalidad. Si no lo hiciera ahora perdería la cotizada cita que saqué seis meses atrás y retrocedería otro medio año para conseguir otro hueco. Así, tiro la toalla y cedo a las exigencias por miedo a quedarme sin plaza para el obligado examen ya que si algo he aprendido en este tiempo que estoy tramitando la nacionalidad es que hay que ser precavido hasta el extremo y no dejar nada al azar.
Tiro la toalla y cedo a las exigencias por miedo a quedarme sin plaza para el obligado examen
Mi enfado es porque desde que tengo uso de razón no sé hablar otra lengua mejor que el español. Si tuviera que hacer la misma prueba en árabe seguro que suspendería ya que mi educación fue siempre la española, con sus Reyes Católicos, sus cordilleras y sus lugares de la Mancha de cuyo nombre no quiero acordarme, sus ríos Miño y Tajo, sus Francos, su guardia mora, sus Alfredos Suárez, y Generales Mellados, sus González, Aznares, Zapateros…, sus mundiales de fútbol y por supuesto, su Penélope Cruz.
Ahora ya tengo pagadas las tasas y solicitadas las inscripciones. Me toca esperar aunque quién sabe si debo volver a clase de la ESO para refrescar los pretéritos, las preposiciones, y las comunidades autónomas para no suspender. Eso sí, por lo menos algo he sacado: ya sé de qué está formado el Poder Judicial…
Buenos días y buena suerte
*Samir Mechbal es Licenciado en Comunicación Audiovisual por la Universidad de Málaga. 15 años en España. Nacido en Tánger (Marruecos)