Lo que ni Iglesias ni Rivera han dicho de Kant y te interesa saber
Es un referente para Albert Rivera, pero no lo ha leído nunca. Pablo Iglesias recomienda leer "Ética de la razón pura", que no existe.
27 noviembre, 2015 16:38Noticias relacionadas
Kant es un referente para Albert Rivera, pero no lo ha leído nunca. Pablo Iglesias recomienda leer 'Ética de la razón pura', que no existe (los correctos son 'Crítica de la razón pura' y 'Crítica de la razón práctica'). El culpable de revelar los conocimientos sobre filosofía de los líderes de Ciudadanos y Podemos, los partidos llamados a renovar la política española, es un alumno de la Universidad Carlos III por preguntar durante el debate moderado por el periodista Carlos Alsina. Pidió que dieran su opinión sobre la filosofía y que le recomendaran un libro de la disciplina. Iglesias se adelantó a recomendarle su versión de la 'Crítica de la razón pura' (1781) de Immanuel Kant (1724-1804) y Rivera reconoció no haber leído ninguno, a pesar de ver en el filósofo alemán “un referente”.
Esta mañana ha quedado claro que sortear la asignatura de filosofía no será una exclusiva de la LOMCE. A pesar de la marginación de la disciplina y del desconocimiento de Kant, el pensador César Rendueles, autor de Sociofobia y Capitalismo canalla, explica a este periódico que “Kant es un pilar de la ilustración”. “Muy admirador de Rousseau y de la Revolución Francesa”, asegura que Kant es importante por ser quien defendió el establecimiento de un régimen democrático regido por la igualdad entre hombres. ¿Por qué Rivera debería leer a Kant?
Conviértete en tu protagonista
El ser humano debe asumir la condición de protagonista de su propio destino. Madurar y convertirse en ser soberano, para sacudirse las leyendas que le han sometido durante siglos. La ilustración es la iluminación, la toma de conciencia de las responsabilidades, las obligaciones y la ruptura con “la pereza y la cobardía”. “Si tengo un libro que piensa por mí, un pastor que reemplaza mi conciencia moral, un médico que juzga acerca de mi dieta, y así sucesivamente, no necesitaré del propio esfuerzo”, escribe en el ensayo breve '¿Qué es la ilustración?'.
Libérate de la servidumbre
“Son pocos los que, por esfuerzo del propio espíritu, logran salir de la minoría de edad y andar, sin embargo, con seguro paso”. Después de haber domesticado y atontado a sus reses, las criaturas no osan dar un paso fuera de las fórmulas establecidas, no son capaces de ver más allá de lo que hay, ni de superar el riesgo del que les han hablado si intentan marchar a solas. Salir de la “minoría de edad” puede entenderse hoy como romper con el bipartidismo para madurar como sujeto político con nuevas opciones de voto.
Enfréntate a los censores
En la 'Crítica de la razón práctica' (1781) hay una cita esencial del programa kantiano: “Dos cosas llenan mi ánimo de creciente admiración y respeto a medida que pienso y profundizo en ellas: el cielo estrellado sobre mí y la ley moral dentro de mí”. Sólo la razón es el arma válida para enfrentarse al imperio del azar y la superstición. Sólo el conocimiento permite enfrentarse a quienes tratan de imponer qué debemos hacer, qué está bien y qué es lo que está mal.
Aprende en libertad
“Es posible que el público se ilustre a sí mismo, siempre que se le deje en libertad; incluso, casi es inevitable. Siempre se encontrarán algunos hombres que piensen por sí mismos, hasta entre los tutores instituidos por la confusa masa”. Kant aspira al ser humano cuya vocación es la de pensar por sí mismo. Frente a las limitaciones de la libertad, el pensador alemán exige el uso público y libre de la razón, porque es “el único que puede producir la ilustración de los hombres”. El uso privado es limitado. “Todavía falta mucho para que la totalidad de los hombres, en su actual condición, sean capaces o estén en posición de servirse y con seguridad del propio entendimiento”, escribió hace más de dos siglos.
Rompe con tus tutores
La sublevación no es el método para madurar y superar a aquellos que tratan de aprovecharse de la ignorancia, la pereza y la cobardía. “Quizá por una revolución sea posible producir la caída del despotismo personal o de alguna opresión interesada y ambiciosa; pero jamás se logrará por este camino la verdadera reforma del modo de pensar, sino que surgirán nuevos prejuicios”.