"El relato aúna la cultura literaria y la audiovisual"
El folletón que narra los meses previos a la Guerra Civil, en exclusiva para suscriptores
29 diciembre, 2015 00:44A partir del 1 de enero, el folletón de José Ángel Mañas que nos acerca, día a día, los últimos meses de la Segunda República, pasará a publicarse únicamente en la edición para suscriptores, que se publica a diario en torno a las 22 horas.
EL ESPAÑOL, en su afán por generar contenidos exclusivos para sus lectores más fieles, añade así un obra de altísima calidad. Con ella, pretendemos aportar nuestro grano de arena a las publicaciones y actividades que a lo largo de 2016 recordarán el 80º aniversario de uno de los episodios más trágicos de nuestra Historia: el estallido de la Guerra Civil.
El relato de Mañas arrancó a principios del pasado mes de octubre y culminará el próximo 18 de julio, fecha del alzamiento. Este 31 de diciembre concluye la primera parte, que hemos titultado "Camino del 36", y damos paso a la segunda: "La victoria del Frente Popular". Habrá una tercera dedicada a la sublevación.
Su primer libro se ha centrado en el hundimiento del Partido Radical de Lerroux, con los dos grandes escándalos que lo dinamitaron: el del estraperlo y el asunto Nombela.
Sí, son dos casos que dejaron fuera de juego al partido de centro de la época, que pasó de tener cien escaños a solo cuatro en las elecciones de febrero del 36. La corrupción pasó factura entonces.
Es un libro en el que los políticos del centro derecha, entonces en el Gobierno, como Gil-Robles, Lerroux o Chapaprieta, tienen mucha importancia.
En especial Lerroux, que es un personaje tremendamente carismático y novelesco. Pero ese rol preponderante que tiene el centro derecha a finales del 35, pasan a tenerlo los republicanos de izquierda y los socialistas en el 36, con unas elecciones de las que sale como gran triunfador Azaña, y donde se enquista definitivamente la relación entre Prieto y Largo Caballero, los dos líderes del Partido Socialista, con todas las consecuencias que tendrá esa enemistad.
Pero además de todos esos personajes, también incorpora en el relato a miembros de su propia familia.
Efectivamente. Para mí era importante que no todo fueran personajes históricos con mayúsculas, y el núcleo familiar de los Mañas, que entonces vivía del negocio de una tienda de ultramarinos en Carabanchel, me permite dos cosas: por una parte, dar el contrapunto cotidiano a la historia política, ver cómo se vivía a pie de calle; y por otra, desempolvar documentos y papeles que tenemos en la familia desde entonces, y recrear anécdotas que ayudan a penetrar con autenticidad en la realidad de la época.
La ciudad de Madrid está muy presente.
Sí, en realidad es uno de los grandes protagonistas. Al ser capital, todo el mundo pasa por aquí, y, siendo madrileñista como soy, he disfrutado recreando los ambientes de esos años. No solo ese universo de pasilleo que hay en torno al Congreso, la carrera de San Jerónimo, el Palace, Lhardy..., sino también otros más cotidianos, como el Retiro, el puente de Toledo, el Rastro, los mercados, las tascas de Chamberí, los ateneos libertarios, la Casa del Pueblo, los cuarteles... Es una ciudad que, como decía Agustín de Foxá, pasará en cuestión de un año de Corte a checa.
Esa transformación la vamos a seguir y, si tenemos el respaldo de los lectores y continuamos más allá del 36 -a mí me encantaría-, veríamos el Madrid asediado, cuando lo abandona el Gobierno de una manera, a mi entender, miserable, y tiene que autogestionarse para resistir tres años de guerra.
También desfilan por el relato los grandes intelectuales como Ortega, Unamuno, Juan Ramón, Machado, Baroja, Bergamín, Jardiel Poncela…
Es que están todos ahí. Por algo se habla de esta época como la de la Edad de Plata de la cultura española. La gracia es encontrártelos en su entorno, en las tertulias de Pombo, de la Granja del Henar, el Lion... Los intelectuales tenían entonces un gran prestigio y un peso político o contrapolítico muy claro, mucho más que el que pueden tener los de hoy.
En el 36 sus voces serán sustituidas al final por las balas.
Claro, llega la sublevación y quienes pasan a un primer plano son los generales como Mola, Sanjurjo y Franco, que van a ser los motores del alzamiento. Aunque el alma de la conspiración, el principal organizador, es Mola.
El relato desprende aroma a folletón antiguo, pero también tiene el sabor de las series de televisión modernas. ¿Es algo buscado?
Sí, y responde a mis influencias. Es un folletón diario que tiene mucho que ver con el Galdós de los "Episodios Nacionales" y con el Valle del "Ruedo Ibérico"; pero también están ahí las series políticas actuales, como "House of Cards" o "Borgen". Es un producto híbrido, que aúna las dos culturas, la literaria y la audiovisual, de las que he bebido.