Cuando el Ayuntamiento de Madrid publicó la lista de las primeras 30 calles franquistas cuyo nombre había aprobado cambiar, Rafael Iglesias se sorprendió de encontrar allí la de su bisabuelo, Francisco Iglesias. Su antepasado, un destacado empresario fundador de Fundiciones Iglesias, había muerto en agosto de 1917, casi 19 años antes del golpe del 18 de julio de 1936.
El listado oficial del Ayuntamiento, publicado el 22 de diciembre, anunciaba que el cambio de denominación se refería a un hombre que no era su bisabuelo: “Francisco Iglesias Brage, aviador español. En julio de 1936 se mostró partidario de la sublevación militar. Participó en la campaña de Málaga, donde se produjo una de las mayores matanzas de la Guerra Civil de los refugiados camino de Almería. Ocupó cargos importantes durante la dictadura franquista en el Ministerio del Aire”, se lee en la justificación oficial.
El bisabuelo de Rafael Iglesias se llamaba también Francisco Iglesias. Pero su segundo apellido no era Brage sino Angelina.
Premura municipal
El informe en el que fundamentó su decisión el Ayuntamiento de Madrid lo elaboró la Cátedra de Memoria Histórica de la Universidad Complutense de Madrid. Sus responsables se quejan de las condiciones del encargo. “Nos dieron menos de 10 días para elaborar ese listado, un tiempo demasiado escaso para un trabajo académico. Con tan poco margen, es posible que se hayan cometido errores”, dicen a EL ESPAÑOL fuentes de la cátedra.
El Ayuntamiento recuerda que se trata de “un proceso de colaboración con la cátedra y también con las asociaciones de memoria histórica, con las que se lleva tiempo trabajando. Es un proceso participativo”, explica una portavoz del Área de Cultura y Deportes.
“Han intentado rebuscar y se han pasado. La calle aparece ya a nombre de mi bisabuelo en un callejero de 1929”, dice Rafael. Puede comprobarse en un comparador de planos accesible en la web del CSIC. En el mismo lugar del barrio madrileño de Puente de Vallecas donde hoy todavía está la calle Francisco Iglesias, aparece ya en tiempos de la dictadura de Primo de Rivera la calle “Francisco Iglesia”. Su bisnieto Rafael atribuye la ausencia de la “s” a una errata de la época.
Iglesias explica que aquella calle ocupa el mismo lugar que la que hoy mantiene el nombre de su bisabuelo y recuerda por qué se le dio: “Tenía allí un terreno que creo que usaba como almacén, y en cuando eso se urbanizó acordaron ponerle su nombre a una de las calles y a otras tres, el de cada uno de sus hijos: Enrique, Aurora y Juan”.
Al poco de morir, el periódico La Correspondencia de España le dedicó, el 2 de septiembre de 1917, una nota en su página 5: “Ayer mañana, a las 10, se verificó el entierro de D. Francisco Iglesias Angelina, prestigioso industrial fallecido en esta corte, donde contaba con grandes y merecidas simpatías. El Sr. Iglesias fue en vida el prototipo de hombres activos y laboriosos que lograron, con una voluntad inquebrantable y una honradez inmaculada, rarísima en estas épocas de negocios difíciles, elevarse del nivel modesto de trabajador al de propietario de una de las más importantes y acreditadas fundiciones, no sólo de Madrid, sino de España”.
Francisco recuerda que su tatarabuelo era un herrero gallego que había emigrado a Madrid, y que su hijo, el bisabuelo, heredó el oficio y “convirtió la herrería en fundición: Fundiciones Iglesias”.
Suyos son los ornamentos del puente de la Reina Victoria de la capital y los del puente de María Cristina de San Sebastián. También la columnata interior de la plaza de toros de Las Ventas y el andamiaje del toldo que se colocó a las puertas del Congreso de los Diputados el día de la proclamación de Felipe VI. Suyas son además las farolas, primero de gas y luego eléctricas, que alumbraron la capital durante décadas hasta que se sustituyeron en los años 80. “A ver si las siguientes aguantan otros 80 años”, dice Rafael.
La información de La Correspondencia de España recoge también que el entierro estuvo “presidido por sus dos hijos, don Enrique y D. Juan, y su yerno, D. Agustín Cano”. El machismo de la época hace que se mencione al marido de su hija y se omita el nombre de aquella mujer. La historia ha seguido el curso inverso. Con el paso de los años, y en sucesivas remodelaciones urbanísticas, desaparecieron las calles Enrique Iglesias y Juan Iglesias, pero pervive la de la hija que el periódico olvidó.
Padre e hija en una esquina
La calle Aurora Iglesias es un pequeño callejón de unos 20 metros que sale perpendicular a la calle Francisco Iglesias, y muere convertida en Gerardo Rueda con sólo una manzana de edificios de dos y tres plantas.
La vía dedicada a su padre es algo más ancha: una larga cuesta con construcciones también bajas repleta de talleres de automóvil y con un único bar abierto este martes, la Taberna Venta Vieja, abierta desde 1968. “Vi en la televisión que iban a cambiar las calles de Franco, pero no sabía que una era ésta. Es que no sé ni quién era”, dice la propietaria. En el barrio no se ha hablado del asunto: “Mi hijo vive aquí un poco más abajo y tampoco me ha dicho nada”, cuenta otra mujer en la barra.
La familia se puso en movimiento enseguida. El mismo día en que se publicó la lista, Francisco empezó a escribir a todos los partidos con representación en Ayuntamiento. Hasta ayer sólo había recibido respuesta del PP. “Es que es un error flagrante. Mi padre habría ido directamente al despacho de Carmena. No sé lo que harán ahora”, dice.
Desde la Cátedra de Memoria Histórica aseguran que van a empezar a revisar ya todo el trabajo que ahora han tenido que hacer de manera apresurada. "Esto nos tiene que servir de lección", dicen.
Además de la lista inicial de 30 calles, tienen pendiente con el Ayuntamiento la elaboración del Plan Integral de Memoria de Madrid, que elaborarán a lo largo de los próximos cuatro meses.
Mientras, está previsto que se pongan en marcha los trámites administrativos para el cambio efectivo de los nombres: aprobación en el pleno de la junta de distrito y en la secretaría técnica del Área de Cultura y Deporte y la aprobación final en la Junta de Gobierno. El consistorio prevé nombres nuevos a partir del segundo semestre de 2016.
“Nosotros nos vamos a seguir moviendo por la memoria del bisabuelo”, dice el bisnieto de Francisco Iglesias.