La diputada de Ciudadanos y columnista de EL ESPAÑOL, Marta Rivera de la Cruz, es la nueva presidenta de la Comisión de Cultura del Congreso de los Diputados y sucede a su compañero de filas Toni Cantó, gracias al acuerdo al que llegaron los grupos parlamentarios. Hasta el momento, ha sido una de las voces más beligerantes contra las políticas culturales mantenidas por el gobierno del PP. Ahora, al frente de su cargo, reconoce que rebajará el perfil (fue polémica su visión sobre la violencia de género) para lograr un consenso entre los grupos que favorezca a las industrias culturales. Dice, además, que llega sin referentes, porque apenas conoce cómo han funcionado hasta el momento las Comisiones. “Pero creo que sé cómo quiero que funcione a partir de ahora”.
¿Qué proyecto presentará como presidenta de la Comisión de Cultura?
Hay varios frentes: en primer lugar, ligar la Comisión con las instituciones para que haya mayor comunicación entre ellas. Pero lo que más me preocupa es la desafección que hay en España con la cultura.
¿Las políticas mantenidas por el PP han ayudado a empeorar el problema?
No tiene un culpable, pero hay que meter mano a eso. El sector de la cultura no goza del cariño ni de la simpatía de los españoles. La cultura tiene mala imagen en España.
Pero, ¿han ayudado los desplantes políticos a acrecentar la mala cara de la cultura?
La cultura es un aliado, no un enemigo. El sector no es compacto y caben distintas sensibilidades. Hay creadores de todo tipo y pensamiento, la cultura no es partidista. La Comisión tenderá puentes entre la cultura y la política. El objetivo es estar al margen de luchas políticas. La legislatura corta estuve en varias comisiones y la de Cultura es la única en la que se aplaudía a las propuestas de la oposición. Hay muy buena relación entre los miembros.
¿El PP ha tenido una visión partidista de la cultura?
Ya no puedo ni debo entrar. Hay que hacer borrón y cuenta nueva. No ha ocurrido nada en la cultura que haga insalvable la relación.
¿Quizá la exclusión del cine de la rebaja fiscal en el pacto de Ciudadanos con el PP?
Ese pacto no salió adelante para el acuerdo de investidura y se podrá volver a plantear. Hay un montón de temas que se van a reconducir. Vamos a poder sacar adelante muchas cosas.
¿Pero entiende que al cine no le hay gustado ese pacto?
Evidentemente, cuando las cosas no salen como uno quiere que salgan, uno se siente mal. Pero no está todo perdido. Fue un acuerdo de investidura, no de gobierno. Era una negociación. Pero de este asunto no puedo hablar como presidenta de la Comisión. Con la colaboración de los portavoces habrá una relación más fluida entre Congreso e instituciones. Ahora no hay interlocución.
¿Se refiere a la última legislatura completa?
Yo hace un año no estaba aquí y no sabía cómo funcionaba hasta ahora. Me gustaría tener reuniones para escuchar al sector cultural.
¿Está la cultura en “Urgencias”?
No creo que la capacidad y la creatividad de las empresas culturales esté en “Urgencias”. El cine vive un momento extraordinario, hay un gran interés de las producciones extranjeras por rodar en España…
El sector denuncia unas ventajas fiscales para los rodajes insuficientes.
A pesar de ese 15%, que nos hace difícil competir con Europa, siguen viniendo muchas producciones extranjeras por la variedad de nuestros paisajes y el buen tiempo. La salud de la cultura no es mala. La salud de la cultura la mata los creadores y ahí no tenemos problemas. Hay gente de primer nivel trabajando, pero a la cultura no se le está dando suficiente apoyo institucional.
¿Puede poner algún ejemplo?
Los 500 euros de Italia. Si esa medida se plantease aquí tendríamos una contestación social insostenible. A mí eso me preocupa. En Italia se aplaude y aquí sería un motivo de crítica. No sé si España puede sostener esa inversión, pero plantear algo parecido sería sublevar a los españoles. A la gente un plan PIBE le parece muy bien, pero no para la Cultura. En España, la cultura molesta.
¿Por qué?
La cultura es una industria, eso lo tenemos que recordar: crea empleo y me gustaría llamar la atención sobre eso. La sociedad debe dejar de pensar sólo en la parte espiritual de la cultura. Yo no puedo lograr que la gente vaya más al Prado, pero sí podemos hacer que entienda que El Prado atrae a un turismo de calidad. No se ha hecho hasta ahora el fomento de la cultura desde el punto de vista industrial y hay que hacerlo. Hemos promovido la cultura puramente educativo y espiritual, pero no hemos puesto el foco en la industria, cosa que sí han hecho en Francia. La cultura genera dinero y trabajo.
¿La reforma de la Ley de mecenazgo que no quiso acometer el PP lo arreglaría?
Sí, es una reivindicación. Pero vamos más allá: la cultura no vende en marketing. Los patrocinadores han abandonado la cultura por los eventos deportivos.
¿Hay algún estudio que confirme eso?
No, no lo conozco. A lo mejor hay que empezar a hacer estudios. Por qué no hay interés en participar en cultura.
¿Y por qué cree que tiene mala imagen la cultura?
O nos enfrentamos todos de la mano o el problema lo vamos a tener todos. Ya no es momento de recordar si esto fue por los Goya o por lo que fuera. A esto hay que ponerle fin. ¿Qué salva a España de ser un país de destino de sangría y balconing? El turismo cultural tiene una pujanza notable, destino diferente al turismo de sol y playa. Hay cosas por hacer y son cosas que a veces depende de nuestra actitud para reconciliara al sector con la gente.
Uno de los episodios más bochornosos de la última legislatura completa en la Comisión de Cultura fue la aprobación de la Ley de Propiedad Intelectual. Ahora que Bruselas tiene arrinconada aquella reforma, ¿se atreverá a reformarla?
Hasta que no llegue la directiva es mejor no hacer nada. Los dos países que más éxito han tenido en la lucha contra la piratería han sido Portugal e Italia, y tienen como ejemplo a la ley española.
¿Le parece correcta la Ley?
Es un buen punto de partida. Con los recursos legales que tenemos bastaría, pero nos faltan recursos económicos para reforzar la Sección Segunda. Y el mayor problema es la educación. Hemos vivido años en los que la piratería estaba bien vista. No hay que perseguir al usuario, pero hay procedimientos legales que se deben desarrollar con medios suficientes.