Hacer de la pornografía una asignatura obligatoria en primaria. Ésa era la propuesta que hacían recientemente investigadores de la Universidad de Melbourne, en Australia. Concluyeron la conveniencia de esa idea tras haber realizado entrevistas con un grupo de menores de edades comprendidas entre los once y los catorce años que habían abusado sexualmente de otros niños.
La pornografía “jugó casi un papel causal en su comportamiento” para estos jóvenes, explicaba el pasado viernes a la radio australiana ABC Gemma McKibbin, investigadora del Departamento de Trabajo Social de la Universidad de Melbourne y principal responsable del estudio. Sus entrevistados solían caer en el mismo modus operandi: “ver pornografía y luego hacer lo que vieron a una prima, sobrina o hermana”.
La iniciativa está totalmente financiada hasta 2020 por el Ministerio alemán para la Familia
Para evitar este tipo de comportamientos, la propuesta de McKibbin y compañía consistía en la creación de clases de pornografía a partir de los ocho años. En esos cursos se podría exponer a los niños a contenidos sexuales para adultos bajo la supervisión de un maestro. Así aprenderían, entre otras cosas, “la regla de no tener relaciones sexuales con miembros de su propia familia”, según McKibbin.
La iniciativa de la investigadora de Melbourne puede resultar chocante. Sin embargo, la sexualidad no es algo ajeno a las actividades escolares de algunos menores. Al menos para alguien como Ema, una niña en edad escolar que vive en Berlín. Ella forma parte del proyecto que desarrolla un museo berlinés con varias escuelas de la capital germana para enseñar sexualidad y género. La iniciativa está totalmente financiada hasta 2020 por el Ministerio alemán para la Familia.
Soy gay
“Admiro tu actitud, mi tío también es homosexual”. Eso escribía Ema al que fuera hasta diciembre de 2014 alcalde de Berlín, el socialdemócrata Klaus Wowereit, quien dijo en su día una ya célebre frase: “Soy gay y está bien que así sea”.
Ema dejó su mensaje de apoyo a Wowereit en una de las postales seleccionadas por el Jugend Museum con destacados rostros de homosexuales en el marco del proyecto expositivo All Included [Todo incluido]. Esa exposición ha podido verse hasta hace poco en esta pequeña pinacoteca berlinesa. Su equipo de comisarios y pedagogos ya prepara otra gran exposición sobre el mismo tema para 2017. La idea es continuar con el trabajo puesto en marcha con la primera exhibición de All Included.
Tres escuelas de primaria y otras tantas de secundaria participaron en los talleres organizados por el Jugend Museum
La exposición reúne los resultados de numerosas actividades escolares relacionadas con la homosexualidad, la bisexualidad, el travestismo y la transexualidad. Tres escuelas de primaria y otras tantas de secundaria participaron en los talleres organizados por el Jugend Museum [Museo Joven], situado en el barrio de Schöneberg, al oeste de la capital alemana. Dichas sesiones de trabajo incluyeron, entre otras cosas, entrevistas de los menores con homosexuales y transexuales.
En total, algo más 600 niños y adolescentes participaron en este proyecto educativo. “Nuestra perspectiva no es que nosotros ya lo sabemos todo y ellos deben aprender, nosotros les ofrecemos a los niños material y esperamos que haya una reacción, que surja un interés”, dice a EL ESPAÑOL Ellen Roters, una de las responsables de la muestra.
Está compuesta por material preparado principalmente por los menores con la ayuda de los responsables de la pinacoteca
Tanto es así que la exposición sobre género del Jugend Museum, repartida en unos 150 metros cuadrados, está compuesta por material preparado principalmente por los menores con la ayuda de los responsables de la pinacoteca. La apuesta aquí es mucho más suave que lo ideado en Melbourne por McKibbin.
Todos conocen a Conchita Wurst
En una fase inicial, antes de que la muestra existiera, un gran vagón lleno de material relacionado con la sexualidad y el género visitó durante una semana las escuelas berlinesas implicadas en el proyecto. Allí, los niños y adolescentes trabajaron con material como la postal de Wowereit en la que escribía Ema. La imagen iba acompañada de una biografía del político.
También las había de otras destacadas figuras, como Georgette Dee, una celebridad cuyo aspecto desafía cualquier etiquetado en materia de género.También se daban a leer perfiles de personas que se han hecho célebres por desarrollar papeles que no encajarían en una concepción tradicional de su género. Por ejemplo, Heidi Hetzer, una berlinesa de 79 años corredora de rally.
Entre las imágenes de figuras mediáticas expuestas no podía faltar la del travesti austriaco Tom Neuwirth, más conocido como Conchita Wurst. “Todos los niños aquí saben quien es Conchita”, afirma Roters.
Identificación sexual
Los mensajes que estos niños escribieron para estas celebridades están al alcance de los visitantes de la muestra, a quienes se invita a reflexionar, no sólo sobre el tema de la exposición, sino también sobre el proceso de aprendizaje que han hecho los menores.
Hay expuestas unas cartulinas, también presentes en su día en el gran vagón de la pinacoteca, en las que se invita a los niños a poner un punto azul en una línea en cuyos extremos se sitúan, por un lado el símbolo masculino y, por otro, el femenino.
En los resultados de esta actividad puede observarse cómo a los niños de primaria aún les cuesta identificarse con uno de los sexos. Los puntos azules están muy repartidos por toda la línea. En los alumnos de secundaria, adolescentes o adolescentes en ciernes, ya han descubierto por lo general la sexualidad y por eso los símbolos apenas pueden verse. Están completamente cubiertos por puntos azules.
Matrimonio homosexual, a favor
Lo que descubren muchos de los visitantes de la muestra, ya sean niños, adolescentes o mayores es que en Alemania aún no es legal el matrimonio homosexual. Existe la posibilidad de oficializar la vida en pareja para personas del mismo sexo, pero en el país de la canciller Angela Merkel los homosexuales no pueden contraer matrimonio.
“Muchos niños manifestaron su desacuerdo con que en Alemania no exista el matrimonio gay cuando ya existe en países como España, Francia, Bélgica o Irlanda”, dice Roters. Sin embargo, según reconoce la responsable de la muestra, la idea de familia predominante en los niños y adolescentes sigue siendo la de padre, madre y prole.
Muchos niños manifestaron su desacuerdo con que en Alemania no exista el matrimonio gay cuando ya existe en países como España, Francia, Bélgica o Irlanda
Es más, los hay muy tradicionalistas. De ahí que uno de los mensajes anónimos escritos en otra postal de Wowereit se lanzara: “Debería darle vergüenza. Es usted una mierda. Dios hizo a Adán y Eva, no a Hans y Peter”.“Precisamente por este tipo de opiniones hacemos esta exposición”, apunta Roters.
“Nuestro equipo se da por satisfecho cuando abrimos perspectivas, cuando los niños se hacen preguntas, o cuando hay una respuesta, como la de esa madre que me decía que su hijo nunca hablaba de lo que hacía en el colegio, pero, después de haber visto el vagón del Jugend Museum, lo contó todo en casa”, agrega la responsable de la pinacoteca.
Entre el azul y el rosa
En las paredes de la exposición también pueden leerse las reacciones de los niños al participar y ver la muestra. “He aprendido lo que la homosexualidad significa de verdad”, dice uno. “Me parece bien hablar de estas cosas”, apunta otro.
“Lo de los colores me chocó”, subraya uno de los mensajes, aludiendo al material de la exposición que explica por qué, históricamente, el color azul es de las niñas, mientras que el rosa es de los niños.
He aprendido lo que la homosexualidad significa de verdad
Para ilustrarlo hay una reproducción de un retrato pintado por Diego Velázquez en 1659 de Margarita Teresa de Austria en el que la infanta está vestida de azul. A esa imagen se opone otra reproducción de otra obra del maestro sevillano, también de 1659, y que no es otra que un retrato del Príncipe Felipe Próspero vestido de un rojo claro casi rosa.
En All Included también se enseña a los menores que Berlín, especialmente el barrio de Schöneberg, presenta una arraigada tradición cultural gay. En buena medida, fue por el ambiente que aquí se respiraba en los años veinte y treinta, justo antes de la llegada al poder de los nazis, que se consideraba a Berlín la “capital gay” de Europa.
Sexo oral
En el marco de la exposición elaborada por Roters y compañía, una de las actividades consistía en hacer pasear a tres grupos de escolares por los hoy lugares históricos de aquella época con el fin de realizar reportajes radiofónicos.
Uno de los puntos que no pudieron visitar los niños es el Instituto para la Ciencia Sexual. Este centro, en activo entre 1919 y 1933, estuvo dirigido por el médico judío Magnus Hirschfeld, un pionero en la investigación en temas de género y sexualidad hasta que quiso el nacionalsocialismo.
Fue muy bonito, nos divirtió mucho y era alguien que recibió una educación cristiana
No obstante, Roters apunta que en la muestra también hay una intención de conectar a los niños, sobre todo, con la sociedad actual. De ahí que los menores hayan protagonizado encuentros con homosexuales y transexuales.
“Fue muy bonito, nos divirtió mucho y era alguien que recibió una educación cristiana”, describe un joven participante a Dinna Brenner, un transexual de 21 años. Éste respondía a la curiosidad de los escolares contando, por ejemplo: “con 16 años, dije a mi chico que era trans y reaccionó muy bien”.
He aprendido que hay gente que vive de otra manera y qué tipos géneros hay
Muchas de las preguntas que hicieron los niños a las personas como Brenner abundan en las paredes. “¿Puede un transexual tener hijos?”; “¿Cómo se opera uno?”; “¿Puede uno poner que no es nada al nacer?”; y ”¿sufres acoso?”. Brenner, y otros voluntarios seleccionados por el equipo del Jugend Museum respondieron a la curiosidad de unos menores “que preguntan con mucha facilidad”, cuenta Roters.
Con todo, el trabajo de All Included busca ofrecer a los niños “que vean que es importante el hecho de que existan diferentes tipos de personas y que todos tienen sitio en la sociedad”, subraya la responsable de la exposición. Un mensaje que dejó allí escrito uno los escolares hace pensar que en el Jugend Museum pueden darse por satisfechos: “He aprendido que hay gente que vive de otra manera y qué tipos géneros hay”.