La pintora y escultora inglesa Helen Marten, de 31 años, ha recibido el prestigioso premio Turner de arte contemporáneo, dotado con 25.000 libras (unos 29.500 euros), en reconocimiento a su experimentación con nuevos materiales y objetos cotidianos.
En una ceremonia en la galería Tate Britain de Londres, el jurado alabó las "cualidades poéticas y enigmáticas" de una obra que invita al público a "considerar elementos familiares como si se observaran por vez primera".
El Turner, cuyo objetivo es "promover el debate público" en torno a la expresión artística, premia desde 1984 a un artista menor de 50 años afincado en el Reino Unido por un proyecto presentado durante los doce meses previos.
El nigeriano Ben Okri, poeta y novelista en lengua inglesa, fue el encargado de dar a conocer este año la ganadora, que no figuraba entre los favoritos para llevarse el premio.
Marten, nacida en Macclesfield (Inglaterra), fue seleccionada como finalista por sus proyectos Lunar Nibs, incluido en la 56 edición de la Bienal de Venecia, y la instalación Eucalyptus Let Us In, estrenada Nueva York.
La artista presenta en ambos proyectos creaciones eclécticas, a medio camino entre la pintura y la escultura, que ejecuta a partir de objetos como piel de pescado, monedas y bastoncillos de algodón.
La escultora se formó en algunos de los centros más prestigiosos del Reino Unido, incluida la Ruskin School of Drawing and Fine Art, perteneciente a la Universidad de Oxford, y la escuela de arte londinense Central Saint Martins.
El Turner es el segundo premio relevante que gana en menos de un mes la inglesa, que en noviembre se proclamó la primera ganadora del recién establecido Hepworth Prize, que le reportó 30.000 libras (35.400 euros), una recompensa que decidió repartir entre los otros cuatro nominados.
Un discurso político
En la ceremonia de esta noche en la Tate Britain, la escultora aprovechó su discurso de aceptación para mostrar preocupación por "el avance de la extrema derecha" en el mundo y se declaró "agradecida por haber formado parte de un grupo de finalistas tan brillante".
Marten se impuso a otros tres artistas, entre los cuales se encontraba la británica Anthea Hamilton, que había acaparado al atención de los medios con una instalación irreverente, centrada en el fetichismo, bautizada como Lichen! Libido! Chastity!.
Una de sus piezas, una escultura gigante que representa un hombre de espaldas con las manos sobre las nalgas, ha sido el principal centro de atención en la Tate Britain desde que la galería puso en exhibición los trabajos de los cuatro finalistas del Turner, en septiembre.
Algunos críticos apostaban por Hamilton como ganadora, debido al aura transgresora y polémica que ha rodeado al Turner desde su creación, especialmente en los años 90.
Fue en esa década cuando el galardón consagró a Tracey Emin, finalista en 1999 con My Bed, una cama rodeada de desperdicios y ropa interior usada, y a Damien Hirst, que ganó en 1995 con Mother and Child, Divided, unas de sus conocidas urnas de formol con una vaca y un ternero partidos por la mitad.
Hamilton se tuvo que conformar hoy con las 5.000 libras (5.900 euros) destinados a los finalistas, un cheque similar al que recibirán Josephine Pryde y Michael Dean, ambos ingleses.
Dean, el único hombre de la lista, optaba al premio con Sic Glyphs, un conjunto de trabajos a través de los cuales trata de dar forma física al lenguaje, entre los que resalta una escultura formada por monedas.
Pryde, por su parte, presentaba Lapses in Thinking by the Person I am, una instalación formada por una serie de instantáneas y un modelo en miniatura de tren eléctrico.