La Casa Árabe ha incumplido el artículo 4.h) de sus Estatutos, que la insta a "desarrollar programas específicos para el reconocimiento de la igualdad legal entre hombre y mujeres y para promover su igualdad real". Así lo ha dictaminado el Tribunal de Cuentas en el informe publicado hoy 24 de marzo en el Boletín Oficial del Estado respecto a los ejercicios de 2011 y 2012, que son, por ahora, los últimos evaluados.
Es cierto que no existe discriminación de la mujer en la plantilla del consorcio, ya que se recoge que en 2011 era de 40 personas -25 mujeres y 15 hombres- y en 2012 de 29 trabajadores -18 mujeres y 11 hombres- y que todos ellos, excepto el personal directivo, estaban vinculados a la Casa Árabe con contrato laboral. El puesto de Director general fue ocupado por una mujer en 2011 y por un hombre en 2012, y, cuando este último año se redujo la plantilla y los dos puestos directivos fueron ocupados por hombres, las mujeres seguían representando el 62% del total del personal.
Las actividades del consorcio encaminadas al fomento de la igualdad efectiva entre hombres y mujeres en el mundo árabe dejan mucho que desear
Sin embargo, las actividades del consorcio encaminadas al fomento de la igualdad efectiva entre hombres y mujeres en el mundo árabe dejan mucho que desear, a pesar del compromiso que han asumido y a pesar de que se estipule específicamente en sus estatutos. En 2006 se llegó a un acuerdo entre las Administraciones consorciadas y se completó el convenio con una addenda: "...con el objeto de introducir el compromiso institucional de fomentar la igualdad de género y la promoción de la mujer entre los fines del mismo". Esta modificación llevó a una nueva redacción: "...y lugar de encuentro de culturas, para el fomento de la paz, la igualdad de la mujer, la solidaridad y el diálogo entre los pueblos".
Sólo dos actividades en 2012
A lo largo de todo 2011, se realizaron siete actividades destinadas al fin de la igualdad, con un coste de 31.027,69 euros. Aquí el desglose: una tribuna, Mujeres, jóvenes y educación en el Magreb, a cargo de Abdeljalil Akkari; unas jornadas llamas Mujeres árabes y ciudadanas (sólo esta actividad costó 23.363 euros); el encuentro Voces mediterráneas – a la memoria de las mujeres; la conferencia Feminismos islámicos, realidades múltiples y perspectivas; la campaña Mujeres y ciudadanas; la proyección de películas Mujeres en el cine árabe y el seminario y la mesa redonda Mujeres en el mediterráneo, que fue gratuito.
En 2012 las buenas intenciones cayeron en picado con sólo dos actividades dedicadas a la igualdad en todo el año: una tribuna, El papel de las mujeres en las revoluciones árabes; y el ciclo de cine Mujeres de El Cairo. El coste destinado a esta causa fue de 3.352 euros.
En 2012 las buenas intenciones cayeron en picado con sólo dos actividades dedicadas a la igualdad en todo el año: una tribuna, El papel de las mujeres en las revoluciones árabes; y el ciclo de cine Mujeres de El Cairo
La gran traba es que a pesar de las promesas no se ha establecido, por parte de Casa Árabe, ningún código específico destinado a los problemas de igualdad, sino que se incluyen dentro de otros tipos de actividad, como culturales o transversales. El Tribunal de Cuentas dictamina que, "teniendo en cuenta la especial situación de las mujeres del mundo árabe en relación con sus derechos a la igualdad -de general conocimiento gracias a los medios de comunicación- y los fines del consorcio establecidos en el artículo 4.h) de sus Estatutos, es evidente que no se corresponden las actividades llevadas a cabo por Casa Árabe en este ámbito, tanto en términos cualitativos como cuantitativos, con los compromisos asumidos".
Esta conclusión es especialmente flagrante cuando en el ejercicio de 2012, el último analizado, las actividades encaminadas a recuperar el valor y la trascendencia femenina arrebatada tuvieron un valor únicamente testimonial.