Santiago Lorenzo: "Los que más grande llevan la bandera de España, más ignoran de su país"
“España es indestructible” / "A Isabel Pantoja no se le ocurre ir a cantar a Bilbao: eso son nacionalismos” / “La gente que habla de su sexualidad a gritos me cae mal” / “Marhuenda, defensor del castellano en Cataluña, sale en la tele diciendo “dijiste de que” / "El diseño de la bandera de España es glorioso: es imposible no verlo".
5 junio, 2017 02:42Santiago Lorenzo era guionista, director y productor cinematográfico (Mamá es boba, Un buen día lo tiene cualquiera) hasta que se dio cuenta de que no quería trabajar en una industria que se pone en pie en los Goya para aplaudir a un hombre como Mariano Ozores. "Me repugna él y toda su morralla", dice. "Ozores es franquismo psicológico: reírse de agresiones a mujeres y de paletos de pueblo". Después de este exilio voluntario, se hizo una cabaña con la novela. Acaba de publicar 9 chismes (Autsaider División Sesuda), una colección de minirrelatos socarrones y delirantes. "En la escritura se está tan bien...". Y se acurruca al teléfono. Ahí Los millones, Los huerfanitos, Las ganas.
Ya no vive en Madrid. Ahora existe, más a gusto que en brazos, en un pueblecito perdido de la mano de Dios. Hay que llamarle al fijo. Una duda si preguntar: "¿Está Santiago...?", como en esa España antigua en la que uno hablaba con toda la familia de la casa antes de llegar a la persona deseada. Dice que tiene un vecino patriota que nunca ha salido del bar que regenta. "Cualquier bandera... a mí me recuerda a un amor sombrío". Este país sólo es talento muerto. Este país, para Santiago Lorenzo, es Unamuno. Y Dionisio Ridruejo.
¿Por qué vive en un lugar con mala cobertura?
Hace cinco años que estoy en esta aldea. Pasé seis meses aquí hace unos años, por una avería que hubo en mi casa, y cuando volví a Madrid me di cuenta de que echaba de menos todo el día este pueblito.
¿Ayuda a la escritura?
Me ayuda a estar contento conmigo mismo, luego ya paso a la escritura. En realidad no ayuda, entorpece, porque en Madrid salías a la calle, mirabas un rato, escuchabas a la gente… los diálogos te los regalaba la calle. Aquí no pasa nada de eso. No pasa nada. Pero prefiero estar bien yo a que estén bien mis libros. Hoy está todo nublado. Más bonito.
Ahora tiene que ser autosuficiente.
Bueno, lo hago acordándome de las cosas que me han pasado en mis anteriores 47 años de vida. Hay cosas de las que digo… esto lo tengo que consultar, voy a buscar documentos no sé si lo he soñado o me ha pasado… voy a las fuentes y, si era verdad, me vale para escribir novelas, y si no, también. Siempre ganas.
¿De qué noticias no quiere enterarse?
Hay que estar enterado de todo. Yo lo estoy. La más horrorosa de últimamente, la de Trump, que abandona el Acuerdo de París sobre el cambio climático. Me puse a pensar… ¿te enteraste de la cómica que hizo un sketch en el que le cortaba a Trump una cabeza de látex? La han echado de la CNN. Tenía apalabrada la gala de nochevieja y la han rescindido. Es que en realidad es gracioso, porque Trump salió diciendo que su hijo… éste tan guapo… ¡Barron!… se había escandalizado, se había asustado al ver a su padre con la cabeza cortada. Pero él le ha cortado la cabeza a su hijo y a todos los hijos del mundo yéndose del Acuerdo de París. No tengo tele. Es un poco trampa, porque por internet se ve bastante tele.
Tampoco tiene Whatsapp.
No, no sé bien lo que es. Yo estoy aquí con mi ordenadorcito, fijando el mundo ahí, como si fuera un francotirador cobarde.
9 chismes. ¿Cuál es la gran mentira que ahora mismo se cree España entera? Un gran chisme asumido.
Dejarse engañar por una palabra que han encontrado los que quieren vender cosas que no sirven para nada, una palabra amuleto: la palabra “disfrutar”. Esa visión de la vida es una engañifa global. Hay que poner pies en polvorosa cada vez que se la escucha. Me di cuenta como hace cinco años de que cada vez aparece más la palabra en anuncios, y empiezo a pensar que algún centro psicotecnológico ha descubierto que es un amuleto, por eso ahora siempre la usan cuando quieren venderte algo inútil. Estamos en esa idea de que… la enfermedad está en todos sitios, de que nos acechan peligros en todos lados y de que tenemos que tender a eliminarlos, que hay que tomar Actimel, evitar preocupaciones y dedicarse a la vida muelle. No es casualidad que esa palabra apareciese en un momento fuerte de crisis y de precariedad.
¿Apuesta por el pesimismo?
¡Estaría bueno! Yo soy asquerosamente optimista, hasta ser tonto. Los ojos abiertos te dan optimismo, y vas comprobando que ese optimismo se multiplica porque te da la sensación de que vas entendiendo algo. Yo soy optimista por naturaleza. Dicen que las emociones son pulsos eléctricos y que todos dependemos de esa química celular propia… yo tuve suerte en el reparto de centrales hidroeléctricas.
Dijeron que Mamá es boba era una película radical.
Sí. Es una cosa que yo no sabía mientras la rodaba. Yo produje esa película, y eso significa que tú haces la película como quieres, y mientras hagas películas como quieres te va a salir algo radical, y entonces nadie sabía cómo quería hacerla, se debía al productor o a la televisión que se involucraba. En ese momento había cinco directores de cine que eran los cinco productores que imponían su criterio, y si salía otro… Si a la gente les dejaran hacer películas como quisieran, saldrían radicales, pero prefieren cobrar y hacer lo que les dicen antes que crearlas con sus propias ideas. Sí ha habido una pléyade de gente que ha hecho las cosas como ha querido, pero siempre han sido autores de una película o dos, porque después les disparaban por las esquinas.
¿Qué era lo transgresor en Mamá es boba?
No lo sé. Había muchos actores que no eran guapos, y eso en el 97 se tomó como un gesto de radicalidad. Hace 20 años de la película y ahí pasaron muchas cosas que en el 97 no pasaban. Se interpretaba con mucha coloquialidad, o se pretendía, y la película giraba en torno a los chistes malos y la vergüenza ajena. Recuerdo que cuando se la enseñé a un tío al que quise mucho, Antonio Lara, profesor de la Universidad Complutense que luego falleció, me dijo una cosa que no me creí: “Cuando vayas a estrenarla, ten en cuenta que muchos de los críticos viejos hacen sus críticas buscando comparaciones con la que se estrena o con las que ya hayan visto, y no van a encontrar referentes para esta película tuya”. Tenía razón. Los críticos viejos la denostaron. Los jóvenes no, salieron en gran defensa. Esto sería una cretinada decirlo si siguiese en el cine, ¡pero no sigo!
¿Se está más cómodo en la novela que en la película?
Lo de las novelas está fenomenal. ¡Se está tan bien! He dado con unos editores fenomenales, mucho más creativos que yo. Por otro lado, hace dos años le dieron el Goya de Honor a Mariano Ozores y yo no quiero pertenecer a un gremio que premia a Mariano Ozores, ¿sabes? Porque me repugna él y toda su morralla. La Academia se puso en pie a aplaudirle. No pienso trabajar ahí… ni harto de nada (ríe).
¿Con qué identifica a Mariano Ozores?
Lo identifico con esas palabras que hoy sueltas y te demandan. Creo que no sería demandable decir que lo identifico con el franquismo psicológico. Yo había oído lo de “franquismo sociológico”, pero el psicológico también está en los espectadores que encuentran graciosas esas agresiones a las mujeres y a los paletos de pueblo. Es tan innoble.
En Los millones, el protagonista era un miembro del GRAPO. ¿Es más delicado ETA que GRAPO?
Yo creo que sí, pero en Los millones apenas se habla del GRAPO, no es una novela política ni histórica. Yo no me documenté nada. Es un tío que vive absolutamente aislado debido a su condición de clandestino… y habla mucho de cómo era Madrid en el 86, pero no de su situación política.
Entonces lo del GRAPO fue sólo la excusa para hacer al personaje clandestino.
Bueno, un clandestino perteneciente a un grupo muy raro, muy extraño, porque luego estaban con que si el GRAPO estaba intervenido por el Ministerio de la Gobernación primero y el del Interior después… GRAPO era un grupo pintoresco. Un día dije esto y hubo movida. Pero no es ni bueno ni malo, es pintoresco. ETA aún nos pilla cerca.
Sólo hay que ver que el último bombazo editorial es Patria, de Fernando Aramburu, y que las heridas aún están abiertas.
Sí. Espero que por el bien de la historiografía, cuando digamos “ETA” será como cuando hoy decimos “carlismo” o “Isabel II”… o como cuando dices hoy “Unión de Centro Democrático”, con todas las diferencias y todo el rollo… que luego no son tantas, porque luego la UCD andaba metida en tema de torturas. Pero bueno, espero que pase el tiempo y poder ver el tema de ETA con una distancia desapasionada. Creo que con esto la Audiencia Nacional podría venir a por mí.
No creo, está más atenta a Twitter, no tanto a los entrevistados.
Es curioso, ¿eh? (Risas).
¿Qué tenemos que cambiar en la transgresión artística? ¿Cree que un drag queen vestido de Jesucristo tiene algún valor creativo en 2017? ¿Hacia dónde dirigir el nuevo arte punzante, qué se puede hacer de nuevo y qué hay que conservar de los efectos que funcionaban?
A mí me parece inane un Cristo-drag queen en 2017. Las drag de 2017 son iguales que las del año 70. Poca evolución, igual que ninguna evolución en pintura o escritura. Había un programa de la 2 que se llamaba Metrópoli, que estuvo en antena del año 89 como al 2013, y era un poco sobre ARCO, para que te hagas una idea, sobre la vanguardia artística. Pues era curioso: era el único programa de televisión en el que no había cambiado absolutamente nada. Uno del 92 era idéntico a uno de 2008. Así estamos.
En Las ganas escribía sobre la necesidad de hacerlo, aunque después resultó no ser un libro de sexo. ¿En esta era de la imagen es más fácil excitarse, o menos?
Mil veces más fácil. Supongo que habría que decir eso de “no, lo que no se enseña es lo que excita”, pero no, mira (risas). En todo caso, yo creo que la excitación no es un movimiento de fuera a adentro, sino de dentro a afuera. Y dentro de que todas las épocas son iguales, de que la reproducción no hay quien la pare, hay mucho más impulso ahora que antes.
¿Por qué se sigue hablando tanto de pechos y tan poco de penes?
Pues no lo sé… (se detiene un rato). En todo caso, a mí ver un pene me da un asco… quiero decir, no me gusta nada. Pasé diez años en un colegio del Opus y soy ateo total, pero un buen ateo, porque no lo soy por resentimiento. En Las ganas conseguí que hubiera pocas secuencias de sexo, era muy abstracto… Lo que quiero decir es que no es por ningún tema religioso, pero la gente que habla de su sexualidad a gritos me cae mal, lo bonito de Las ganas, y ahí estuvo el trabajo, es que no habla de la sexualidad de los protagonistas, sino de sus malos rollos.
¿Qué es la democracia?
¿Sabes lo que no es? Votar cada cuatro años. Es todo lo que viene antes y después de esa votación. Hasta en mi colegio del Opus votábamos a nuestro representante desde los 6 años, y era 1971. Noto una gran incapacidad por parte de muchos periodistas y políticos: no tienen el concepto cogido. Se creen que cualquier cosa puede quedar justificada porque haya x millones de votantes detrás.
La Audiencia Nacional ha obligado a Rajoy a ir al juicio de Gürtel a declarar. ¿Que un presidente del gobierno testifique es un síntoma de democracia o una cortina de humo?
En este caso no es una cortina de humo, en mi opinión. Cuando el PP ha soltado excusas como “vale dinero ir a San Fernando de Henares” se demuestra que no, que ha llegado un juez y ha dicho “éste que venga”. Así como hay tantas cortinas de humo… yo creo que ésta no. Parece esto Gastón y Daniela, una tienda de cortinas.
¿Podemos?
Claro, hombre, y si no siempre te puedes ir a un pueblo perdido donde el Estado no existe ni las tareas globales… bueno, siempre existen, pero se notan menos sus resultados en los pueblos. Claro que Podemos, hombre, a no ser que me estés preguntando por el partido político (risas).
Sí, le preguntaba por el partido.
Un juego de palabras, como “Pepe, los ciudadanos podemos con el peso, ¿eh?”. (Risas). Yo no creo que esto sea ya una cuestión de partidos, sino entre la vieja democracia liberal y los primeros atisbos de lo que serían unos conatos de autoritarismo… como la Ley Mordaza, es un buen ejemplo de preautoritarismo. O el “delito de odio”. Si hubiera un delito de odio habría una redención de penas por estar enamorado, habría un descargo por amor… cuantificar jurídicamente un sentimiento de amor u odio es absurdo. O “el derecho al honor”. Son las nuevas configuraciones de la intolerancia de los demás.
Hablemos de una moda. ¿Por qué, desde hace como cinco años hacia acá, tantos jóvenes llevan pulseras con la bandera de España?
Uf, yo siempre he tenido una curiosidad… me gustaría hacerles diez preguntas sencillas a la persona que lleva una bandera de España: un cuadro de Velázquez que no sea Las meninas, una novela de Cervantes que no sea El Quijote, que sitúe en un mapa mudo Orense o Jaén… tengo la impresión de que el que más banderitas lleva, menos conoce al objeto de sus amores. Los que más grande llevan la bandera de España, más ignoran de su país, es así. También es que el diseño es glorioso. Eso vaya por delante. Sólo Japón tiene un diseño igual de bueno. Es fantástico, es imposible no verlo, y eso que es un diseño de hace 250 años. España es Cervantes, Galdós y Sorolla, por eso me da la impresión de que, cuanto más grande llevas la bandera de España, menos sabes de tu país.
Luego estos periodistas patriotas… Marhuenda, que se cree que el “deber” y el “deber de” se usan en castellano aleatoriamente. Ese defensor del castellano en Cataluña que es Marhuenda sale en la tele diciendo “dijiste de que”… en fin, cualquier bandera encima, a mí me recuerda a un amor sombrío.
¿España necesita a todas sus comunidades para seguir siendo España? ¿Qué convierte a un país en un país? ¿Necesitamos a Cataluña para algo?
Yo considero que España es eterna. Cualquier referéndum de autodeterminación en Candeleda, provincia de Ávila… el que sea, probablemente se pierda. Cualquier entidad de las que hoy forman parte de España permanecerá dentro de España. Para mí España no es ni Rajoy ni Pablo Iglesias.
¿Quién sería, entonces?
Unamuno. Y Dionisio Ridruejo.
¿Alguno vivo?
No lo sé. Tú y yo. Yo creo que se tienen que morir. Tenemos que seguir con eso de citar a los muertos para que merezca la pena morirse. España es indestructible. Igual lo que me pasa es que prefiero vivir en una entidad que considero indestructible porque me dan menos hostias… quiero creer que esto va a durar toda la vida. Puedo entender las ansias independentistas de todo el mundo, pero no creo que existan dos Estados, creo que hay más.
¿Qué diferencia hay entre el nacionalista español y el nacionalista catalán?
Uno sabe de qué va y el otro está por saberlo. Parece una bobada, pero no lo es. Ha habido desarrollos históricos muy distintos, el país es grandísimo y ha dado lugar a psicologías sociales muy diferentes. A mí no me extraña que David Bisbal no vaya a Bilbao a tocar porque no iría a verle nadie, y eso es por una intrahistoria previa. A Isabel Pantoja no se le ocurre ir a cantar a Bilbao, y si se casa la Duquesa de Alba en Donosti, no va nadie a al boda, pero va mucha gente si se casa en otro lado. Eso son nacionalismos. Yo vivo en la república independiente de mi casa, como dicen en Ikea. Bueno, prefiero monarquía.
Entonces ya tenemos dos monarquías: la de España y la suya.
De la primera ni me entero.