Ter ha venido aquí a revolucionar Youtube metiendo en un bol a Gabriel García Márquez y a Kim Kardashian, a Beyoncé y a Salvador Dalí, a Selena Gómez y Kandinski. Esta arquitecta de 27 años es una fiera dialéctica contra el esnobismo cultural, un torbellino de cabellos coloreados y ojos clarísimos que interpela a la cámara y le deja claro que eso de tener “placeres culpables” es una memez, que hay que sacudirse ya esa caspa y poner en valor las cosas que nos apasionan aún lidiando con cierto bochorno social.
Le Corbusier y Shakira: pan nuestro de ayer y de hoy, por fin situados en un pódium de idéntico respeto. Mañana mismo -9 de junio- la youtuber participará en el Festival Princesas y Darthvaders -humor, cultura de guerrilla y feminismo en La Casa Encendida-, que arranca hoy y hasta el día 10 estará dando caña con actividades muy sugerentes.
Hay gente que ha descrito mi canal como un cruce entre la alta y la baja cultura, pero esa definición no me gusta, porque de lo que se trata es de que no entiendo que haya baja o alta cultura. Todo forma parte de lo mismo
El estilo de Ter funciona así: con un discurso inteligente, fresco y corrosivo, intelectualiza algunos de los amores secretos de esta sociedad hipócrita e inyecta sentido -científico y hasta filosófico- en esa atracción loca que experimenta el pueblo hacia las celebrities. “Hay gente que ha descrito mi canal como un cruce entre la alta y la baja cultura, pero esa definición no me gusta, porque de lo que se trata es de que no entiendo que haya baja o alta cultura. Todo forma parte de lo mismo”, explica a este periódico.
“Yo definiría mi canal como una forma de poner en palabras que hay cosas que nos gustan y nos interesan, pero en nuestro fuero interno pensamos que no tienen valor. Dices ‘Proust’ y te enorgulleces de haberte leído los siete tomos de En busca del tiempo perdido, pero si estás enganchado a la serie de las Kardashian no te enorgulleces”, reflexiona.
“¡Y todos la vemos! ¡A todos nos gusta! A lo mejor hay que plantearse que tiene mucho más dentro de lo que parece que tiene”. Un ejemplo: Ter ha relacionado a Tylor Swift con la guerra de Troya. “La mitología clásica y el mundo celebrity tienen mucho que ver. Yo me leo La Ilíada y me parece un salseo… intereses, romances, traiciones, ¡es como el mundo celebrity!, sólo que ahora los dioses del Olimpo griego son nuestras famosas”, ríe al teléfono la youtuber tardía.
Kardashian vs García Márquez
Otra de sus tesis: que Kim Kardashian -amén de ser un icono feminista “inspirador”- es también más importante que Gabriel García Márquez. “Se supone que lo más emblemático de los libros de García Márquez son sus juegos de espacio y tiempo, pero en lugar de sentir eso complejo y maravilloso, leyéndole yo me he sentido mareada. Sin embargo, las Kardashian y sus shows, además de la forma que tienen de emitir información en sus redes sociales y de despistar acerca del sitio en el que están -por privacidad- creo que esparcen mejor las piezas del puzzle para que el espectador al final lo componga completo”.
Se supone que lo más emblemático de los libros de García Márquez son sus juegos de espacio y tiempo, pero en lugar de sentir eso complejo y maravilloso, leyéndole yo me he sentido mareada
Empezó en la plataforma el año pasado, aunque llevaba consumiendo vídeos de Youtube desde 2006. “Me encantaban, quería formar parte de esta comunidad, veía a gente muy divertida y que hablaba de lo que le daba la gana, pero tardé diez años en quitarme la vergüenza”.
Ter lucha contra la estigmatización de los youtubers y enfrenta esa idea de que “es gente que no hace nada o que no tiene ninguna aspiración, pero hasta el vídeo más sencillo de Youtube tiene una complejidad brutal”: “Muchos dicen ‘eso puedo hacerlo yo’, ¡pues hazlo! No lo hacen, y no valoran a la primera persona a la que se le ocurrió hacerlo. En la Historia del Arte siempre ha pasado esto. Sale un cuadro, o cualquier tipo de obra, y una parte del público con eso de ‘qué tontería’, ¡y sin embargo…!”, suspira. Ter podría haber cristalizado el lúcido runrún de su cabeza en un libro, en una obra de teatro o en artículos, pero decidió hacerlo a través de Youtube y ahora celebra “el feedback, la gente maravillosa e inteligentísima que voy conociendo y la comunidad que estamos creando”.
Feminismo en la red
¿Cómo es ser mujer y Youtuber en ese labrantío de machirulismo? ¿Son las críticas más feroces, está el público más atento para derribar a una joven con voz propia? “Sí, pero es así en todas partes, no sólo en Youtube. En todas las disciplinas te van a respetar menos si eres mujer, igual que te van a respetar menos si no eres blanco y si no eres heterosexual, y si no eres rico…”, relata. “La mayoría de comentarios que recibo yo son muy machistas, siempre vienen de ese lado, nunca son críticas como ‘me parece que no estás siendo lo suficientemente rigurosa’”. Los improperios son del tipo: guarra, feminazi y podemita.
Si alguien me dice 'guarra', entiendo que no es nada personal, sino que responde a un problema muy grave y muy amplio que es el machismo. Ahora me preocupa que la gente piense que ‘puta’ es un insulto. Es una profesión
¿Por qué sigue siendo ‘guarra’ el insulto predilecto para denigrar a cualquier mujer? “No lo sé, pero yo cada vez me siento más ajena a ese insulto, hasta lo veo y no sé lo que significa. Yo he ido cambiando mi mentalidad a lo largo de los años: he sido machista y lo sigo siendo porque es la mentalidad que tenemos interiorizada, y es la estructura en la que vivimos, pero podemos detectar ciertos comportamientos e intentar corregirlos. Ahora ya me la cuelan menos”.
¿Se puede neutralizar el insulto, puede llegar a afectar menos? “Me afecta de otra manera, no es que me afecte menos, es que ya entiendo que no es nada personal, sino que responde a un problema muy grave y muy amplio. Ahora me preocupa que la gente piense que ‘puta’ es un insulto. Se está utilizando como un insulto y no lo es. Es una profesión”.
Canción a los cuñados de España
En su vídeo Oda al cuñadismo, Ter dedica una canción dulcísima a la guitarra a algunos de los exponentes del género, a su juicio: Jorge Cremades -”¿estás borracha y vas sola? Vente conmigo”-, Dalas Review -”Nos hemos convertido en una sociedad hembrista”-, AuronPlay -”Yo primero me fijo en el físico y luego veo si hay algo de cerebro”-, Pablo Motos -”Justin Bieber, ¿para qué quieres seis coches si sólo tienes un culo?”- o Arturo Pérez-Reverte -”Internet sólo es una herramienta útil para quien acude con preparación cultural previa”-.
Antes creía que las personas expuestas públicamente tienen una responsabilidad, pero ahora ya no lo pienso: su misión no es educar a nadie
En cuanto a los tres primeros -con los que comparte generación y viralidad-, ¿cree que es peligroso que el tipo de mensajes que generan calen en un público joven? “He cambiado de opinión respecto a esto a lo largo de los meses. Antes creía que las personas expuestas públicamente tienen una responsabilidad, pero ahora ya no lo pienso: su misión no es educar a nadie”, argumenta. “Todas estas personas son un reflejo de la sociedad, yo en mi día a día conozco a un montón de personas que se han comportado de manera machista y no eran menos machistas que Jorge Cremades, eran igual, pero él está expuesto públicamente. El creador no tiene responsabilidad moral, aquí entra en juego la inteligencia del espectador”.
Dice Ter -también autora del autoeditado Poemario de las famosas- que no sabe discernir a qué edad una persona empieza a ser la única responsable de sus actos -sin padres ya, ni tutores-, así que la intención de su vídeo es decirle a esos cuñados que son “lamentables”, no que son “culpables” de nada. “Los cuñados son personas de mentalidad casposa, anticuada, clasista, machista, especista, homófoba, capacitista… personas que no han indagado mucho. Las cosas que no conocen no las conocen porque las desprecian, no tienen ningún interés en ver más allá de la educación recibida, de los comportamientos que nos han enseñado a todos”.