El objetivo del fotógrafo Roman Robroek es captar la vida que hubo antes de las ruinas. ¿Qué ocurría ahí cuando aún había vida? ¿Quién visitaba los edificios que ahora están cubiertos de escombros? Su cámara, la arquitectura y la luz natural que se cuela entre las ventanas rotas son los únicos elementos que utiliza para componer sus fotografías. La colección le obligó a recorrer Europa y descubrió cómo la arquitectura habla del arte de cada país. La curiosidad le gana a Roman Robroek y le empuja a descubrir a través del abandono la historia que hay detrás de las ruinas.