Temporalidad, intermitencia, irregularidad de los ingresos y escasez de los salarios. “El sector cultural está laboralmente muy desprotegido. Alcanzar un trabajo estable es casi imposible y, en muchos casos, el artista se ve abocado a aceptar trabajos basura, desprotegido de todo tipo de derechos laborales”. Éste es el escenario laboral que describe Fundación SGAE unos días después del fatal accidente del artista Pedro Aunión, en el Festival Mad Cool.
Desde hace medio año Fundación SGAE ha preguntado a los damnificados para elaborar una carta de necesidades y soluciones contra la precariedad del trabajador cultural, que será presentada hoy con la intención de que sea tomada en cuenta en la elaboración del futuro Estatuto jurídico del Artista por el Congreso de los diputados.
A la Comisión de Cultura del Congreso le será entregado también el libro Pedimos la palabra. 100 profesionales de la cultura cuentan su experiencia, “un documento excepcional”, en el que artistas de todos los sectores cuentan sus problemas. Entre los artistas que colaboran en el mismo aparecen Álvaro Urquijo, Amparo Climent, Ángeles Caso, Forges, Kiko Veneno, Ouka Leele, Gonzalo Suárez, Sol Picó, Inés París, Javier Reverte, Jota Mayúscula, Julia Altares, Rosendo, Santiago Auserón, Tomás Marco, Paloma Pedrero, Paca Gabaldón o Julián Hernández.
Mejoras laborales
Piden que se dispense a los artistas asalariados o autónomos la misma protección social que al resto de trabajadores del país. Que se les reconozca y proteja de sus lesiones y enfermedades laborales. Que se les conceda el derecho a percibir el paro y a estar representados sindicalmente. Necesitan un sistema fiscal acorde a la intermitencia de su trabajo y a la irregularidad de sus ingresos. Y, por supuesto, una jubilación digna y compatible con el derecho a seguir creando.
El informe elaborado contiene 50 medidas contra la precariedad laboral en la cultura, divididas en seis grandes áreas: las propuestas de mejora en el ámbito fiscal, las propuestas de mejora en el ámbito laboral, las propuestas de mejora en el ámbito de las enseñanzas artísticas, propuestas de mejora en el ámbito sindical, la protección del derecho de autor y derechos conexos y la creación de códigos de buenas prácticas.
Especial importancia es la reforma del sistema de Seguridad Social para que los periodos de intermitencia laboral no signifiquen periodos de desprotección. De esta manera, se consideraría como periodos de actividad laboral y profesional los periodos de preparación y movilidad, los días de ensayo, los actos de promoción y anuncios, así como las fases de formación profesional. Y los períodos de inactividad cubiertos con prestaciones de paro.
Bajas culturales
Para los creadores consultados por Fundación SGAE es necesario que el sistema reconozca las enfermedades profesionales de los artistas que impiden su actividad artística y profesional. Las causas de baja laboral. Y como señala el documento al que ha tenido acceso EL ESPAÑOL: “En los casos de accidente in itinere, cuando el artista a consecuencia de éste, no pudiera trabajar el día señalado para su actuación, de no ser éstos coincidentes, nos encontramos ante un vacío normativo que debe ser interpretado exigiendo la cotización por dicho día contratado”.
El documento reclama también la protección a la maternidad, de manera que permita compatibilizar la prestación por maternidad con el trabajo a tiempo parcial. Máxima protección también para la compatibilidad de la situación de jubilación y la percepción de pensiones mientras se mantiene la actividad artística. Los creadores reclaman ser reconocidos en representación sindical, cuya ley actual impide a los trabajadores por cuenta propia, fundar sindicatos para la tutela de sus intereses singulares.
Contra la "rueda"
Para proteger los derechos de autor exigen la supresión del artículo 71 de la Ley de Propiedad Intelectual, que permite la cesión de los derechos de las obras musicales a perpetuidad cuando firman un contrato. A pesar de que la propia LPI declara que es el autor el dueño de los mismos y sus herederos 70 años después de su muerte.
Y para evitar escándalos como el de la “rueda” de la SGAE y las televisiones, proponen que las entidades de gestión creen Comisiones de Peritaje del registro de obras de dominio público para valorar la modificación: “De esta manera se evitaría que modificaciones mínimas o inexistentes de obras de Dominio Público, puedan generar cuantiosos beneficios”.
Por último, permitir fraccionar la declaración de ingresos generados en diferentes ejercicios, sin que ello genere intereses de demora, a tenor de la intermitencia de sus ingresos. Es decir, poder tributar en función de los cobros y pagos producidos. Además, reclaman la creación de una casilla específica en la declaración de la Renta para los ingresos o rendimientos derivados de la Propiedad Intelectual.