Así es "la gran fiesta de la literatura": de 132 participantes, 104 son hombres y 28, mujeres. El Festival Eñe se ha presentado el mismo día en que se las mujeres columnistas se han quejado por el congreso de columnismo de León, otro certamen con una sobresaliente discriminación en contra de la mujer. El Eñe se celebrará entre el 23 de octubre y el 5 de noviembre, y la cabeza de cartel son cuatro hombres: Javier Marías, Arturo Pérez-Reverte y Agustín Díaz Yanes, moderados por Jacinto Antón. El Primer Premio Eñe también será para un hombre: Caballero Bonald. El comisario de todo es también un hombre, el periodista Antonio Lucas.
El despliegue del patriarcado se extiende sobre el resto del programa y el resultado es un campo de testosterona, en el que la presencia de la mujer es invisible. En una industria en la que la mujer es la protagonista y el motor de lectura, llama poderosamente la atención la falta de escritoras veteranas, del nivel y trayectoria de los protagonistas masculinos del cartel.
Tendencia masculina en las letras españolas
El programa incluye un "manifiesto" sobre por qué celebrar un festival como éste. En él Antonio Lucas esgrime que “necesitamos voces que afiancen ideas que abran espacios”. Sin embargo, su propia selección adolece de apertura de un espacio tan necesario como la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres. También aclara que “Eñe es un festival de ningún país, de ninguna ciudad, de ningún tiempo, sino de todos los autores, editores y lectores”. Pero no están todos los autores, porque ellas son menos de un cuarto de los participantes seleccionados.
El mismo cartel que se ha diseñado para promocionar el consumo ya es una especie de reconstrucción de la famosa cena en Casa Lucio: 33 hombres y 6 mujeres. Por eso no extraña que, el galardón sea para Caballero Bonald, cuya impecable trayectoria le hace merecedor de este premio y de un Cervantes. Dado que el criterio de la concesión ha sido el del comisario, habría sido una buena oportunidad para reconocer el trabajo de las autoras ante una sociedad que las anula e invisibiliza. Justo hace un año que este periódico se hizo eco de esta tendencia en las letras españolas, con el artículo La prosa cipotuda, de Iñigo Lomana. Al evento han sido invitados casi todos los aludidos en aquella reflexión.
Antonio Lucas explica a este periódico que no ha hecho “recuento numérico”, pero que cree que “hay bastantes mujeres que han aceptado venir al Festival”: “Están algunas de las firmas más interesantes, de las autoras y creadoras más luminosas del panorama. Me hubiera gustado que estuvieran también otras que no han podido por motivos de agenda y problemas de fecha: unas cinco o seis que no han podido cuadrar por un festival en Uruguay o el PoeMad, por ejemplo”. Cita a Marina Garcés, a Piedad Bonnett, a Teresa Soto, a Cristina Morales y a un largo etcétera que son de su competencia. Lucas se hace cargo sólo de su parte, porque “no llevo toda la programación del Círculo”. “Siento no haber estado más vivo para contar con la programación completa”, asegura.
Hay mesas que le son ajenas, como las de El País, la de Repsol o la de La Fábrica. Tampoco se encarga de las cenas literarias, ni del festival de niños, ni de la programación de Casa de América. Considera que tiene que haber mujeres en estos espacios “no por cuotas, sino por sensatez”, porque “hay voces fabulosas en ambos géneros” y “no completas la realidad si no metes todas las voces”. Subraya que “este tema es vital, es principal”, porque “igual que está en las discusiones con los amigos y amigas, tiene que estar en los diarios”.
El polémico Congreso de columnismo
Qué rebeldía: escribir. Opinar. Pisar con el verbo el mundo. Tomar partido. Hasta bien entrado el siglo XX, las pocas mujeres que tenían acceso a la pluma aún utilizaban pseudónimos masculinos. Para que se las tomase en serio. Para que se las leyese con atención. Los estudios avalan eso que la ensayista Siri Hudsvet llama “el efecto del realce de lo masculino”: si se entrega a unos lectores un mismo texto, sólo que uno firmado por una mujer y otro por un hombre, el de la firma masculina es calificado de superior en todos los aspectos.
El primer pánico fue la mujer lectora. Luego, el pensamiento dominante entendió que Las mujeres que escriben también son peligrosas, como decía Stefan Bollmann en su libro editado por Maeva, en el que habla de autoras como las hermanas Brontë, Jane Austen, George Sand o Virginia Woolf.
Tal vez por eso el primer cartel del Congreso de Columnistas de León, que se promociona como el “más importante” de España, no recogía ninguna firma femenina y ni siquiera lo notó, a pesar de estar financiado con fondos públicos -11.000 euros del Ayuntamiento de León, más la aportación de la Diputación, que aún no se ha revelado-, incumpliendo así la Ley Orgánica 3/2007 para la igualdad efectiva de mujeres y hombres, más concretamente su artículo 26, que dicta cuáles son los términos a seguir en cuanto a la igualdad en el ámbito de la creación y la producción artística e intelectual.
Se da también aquí, como relataba Laura Freixas -presidenta de honor de Clásicas y Modernas, Asociación para la Igualdad de género en la cultura- el fenómeno de la cooptación, de nuevo en una sociedad que dice creer en la meritocracia. “Es curioso: cuando los criterios para elegir a los mejores son objetivos, como sucede en las oposiciones, las mujeres siempre sacan mejores resultados”, apuntaba Freixas.
Tras la indignación digital por el cartel columnístico que no recogía ni a una sola mujer, los organizadores del evento se han afanado en mover a su equipo a levantar teléfonos a última hora, como le consta a este periódico
Tras la indignación digital por el cartel columnístico que no recogía ni a una sola mujer, los organizadores del evento se han afanado en mover a su equipo a levantar teléfonos a última hora, como le consta a este periódico. Ninguno de los participantes invitados ha manifestado su desacuerdo con el desequilibrio.
Un Congreso de éxito (en Twitter)
El resultado: de 24 ponentes en este Congreso que arranca hoy 18 de octubre hasta el día 20, sólo 5 son mujeres. El año pasado fueron 2. La respuesta en redes sociales no se ha hecho esperar. Muchas usuarias se han organizado en un Congreso paralelo vía Twitter utilizando el mismo hashtag que proponía el Congreso de León: #LeoColumnas, y añadiendo, también, uno nuevo: #HayMujeresColumnistas, con tanto éxito que la iniciativa se ha hecho trending topic en España y ha llegado a estar por encima de la sesión de control sobre el 155 en Cataluña.
Uno de los columnistas del cartel que intervenía hoy en el evento, Ernesto Rodera, lo ha manifestado en un tuit: “Para una vez que salgo en un TT (soy el cuarto del cartel) es porque tengo picha. Vaya por Dios. #Leocolumnas”
Incluso uno de los columnistas del cartel que intervenía hoy en el evento, Ernesto Rodera, lo ha manifestado en un tuit: “Para una vez que salgo en un TT (soy el cuarto del cartel) es porque tengo picha. Vaya por Dios. #Leocolumnas”. La jornada mañanera ha sido interesante, porque los diferentes usuarios, bajo el hashtag impulsado por el Congreso paralelo, han revolucionado la red recomendando a diferentes columnistas de diferente signo político -otra pluralidad que se echa en falta en el reparto de León-, compartiendo extractos de sus textos, links de sus opiniones y anécdotas históricas.
Recomendaciones e Historia
“Aunque intenten silenciarlas, hay mujeres columnistas en España desde hace más de un siglo. ¿La primera? Carmen de Burgos. Desde 1903, bajo el pseudónimo “Colombine”, es la primera mujer con una columna fija en la prensa española (Diario Universal). En su columna “Femeninas” trataba temas de toda índole incluyendo reivindicaciones sociales y feministas. También presidió la asociación “Cruzada de Mujeres Españolas” y lideró la 1ª manifestación sufragista".
"Carmen de Burgos utilizó su columna para hacer encuestas entre sus lectoras y luego escribir sobre ello. A raíz de una de estas encuestas, nació por ejemplo su famoso libro El divorcio en España. Era tal su éxito que incluso creó su propio círculo literario denominado “El Salón de Colombine”, escribe la usuaria Sonia P. Escalante. “Además de columnista, se convirtió en la primera mujer corresponsal de Guerra en España durante la guerra de Marruecos”.
La lista de nombres de mujeres columnistas aportados por los lectores es interminable: Elvira Lindo, Almudena Grandes, Olga Rodríguez, Gabriela Wiener, Luna Miguel, Cristina Fallarás, Luz Sánchez-Mellado, Maruja Torres, Aurora Nacarino, Rosa Belmonte, Nuria Varela, Gabriela Bustelo, Ana I. Bernal, Sandra León… pueden consultarse todas las recomendaciones en los hashtags mencionados.