Txetxu Altube, el hombre tras el huracán

“Soy solución. Soy refugio y calor”. Las palabras cayeron en aquella libreta del verano de 2015 para cerrar Tras el Huracán, la canción que da título al nuevo disco de Txetxu Altube. En su segundo trabajo en solitario, el exvocalista y guitarra de Los Madison se aparta de nuevo del rock más clásico para explorar las influencias celtas que pueblan su música en un disco más íntimo.

Ahora, dos años después de aquellas letras, Altube lpresenta en la sala Galileo de Madrid su nuevo trabajo, grabado íntegramente en los estudios Black Betty de la capital y rodeado de los músicos que más le acompañan en sus últimos pasos: Cesar Pop, que tras su segundo disco en solitario (Noticias del Nort) se ha convertido también en el hombre fuerte a los teclados de la banda de Leiva, los sonidos celtas de Street Wings o su hermano Carlos Altube, bajo la producción musical de José Norte, que puso su sello también a trabajos como Pájaros Mojados de Quique González.

Letras de apariencia sencilla y sentimiento profundo pueblan un disco con un ambiente más íntimo, en continuidad con la línea y el proyecto que arrancó Altube con Cuestión de Intensidad, su primer trabajo tras la experiencia de Los Madison. "Yo siempre he sido una persona muy intensa", reconoce a medio camino entre la risa y el asentimiento el músico, con los acordes de su nuevo disco de fondo. Junto a la voz de Txetxu suenan una y otra vez las cuerdas y vientos de los Street Wings, aportando una cama de sonido que da cuerpo a cada tema. 

Tras el Huracán o La Lumbre en Casa sonarán este viernes y por primera vez en directo. Canciones de letra desnuda arropadas por Altube y su banda, que apostó por un crowdfunding no para grabar su disco, sino para recaudar fondos y promocionarlo. La apuesta le salió bien y esta noche, aquellos que apoyaron el proyecto tendrán también su recompensa en forma de entrada para una cita que se prevé especial.

En este nuevo disco, el cantante y compositor deja entrever la ascendencia cada vez más fuerte de Dublín, de Temple Bar y la música en directo en cada esquina. Un natural delicado frente a un mundo de productos prefabricados, dibujado también en ocasiones por el low whistkle y la gaita de Javier Celada.

Tras el huracán se cierra además con un guiño muy personal. Una nana en euskera llamada Aurtxoa Seaskan, que el padre de Altube le cantaba de niño. Un gesto de cariño para el que es, hasta ahora, su trabajo más íntimo.