Más de 3.000 mujeres del ámbito cultural español se han presentado públicamente, este lunes 29 de enero en Madrid, como La Caja de Pandora, un colectivo "organizado y en lucha" que está actualmente compartiendo experiencias y testimonios de "manera íntima", con el objetivo de construir recursos "pedágogicos y jurídicos" para así sacar más casos a la luz y denunciar los abusos sexuales "a los que se han visto sometidas". Aunque no se han definido a sí mismas como el '#MeToo' español, se trata del primer movimiento en el país creado específicamente para perseguir y acabar con los abusos sexuales en el mundo cultural.
En cualquier caso, la "metodología" que llevan a cabo difiere de la del movimiento inicial originado en octubre de 2017 contra el productor Harvey Weinstein, ya que se trata de una organización que está creando una estructura específica para "luchar" contra las agresiones, y no de denuncias espontáneas publicadas en la redes sociales.
Estamos aquí para abrir La Caja de Pandora públicamente y mostrar nuestro apoyo a Carmen Tomé y a todas las Carmen Tomé que ha habido y que desgraciadamente hay. Nosotras si os creemos
Según han informado a través de la lectura de un manifiesto ante los medios, el grupo se constituyó el pasado julio de 2017 como plataforma de apoyo a la artista Carmen Tomé, quien denunció de manera pública haber sufrido un abuso sexual por parte de Javier Duero en el contexto del programa de Residencias A Quemarropa en Alicante.
"Estamos aquí para abrir La Caja de Pandora públicamente y mostrar nuestro apoyo a Carmen Tomé y a todas las Carmen Tomé que ha habido y que desgraciadamente hay. Nosotras si os creemos", recoge el manifiesto, leído por una de las integrantes del grupo, que ha matizado que no "va a desvelar su nombre" puesto que "se encuentra en medio de un juicio".
La palabra de la víctima
De este modo, a través del anonimato y sin un organigrama establecido, las "pandoras" han señalado que no van a conceder entrevistas y que sólo van a contestar a las preguntas de la prensa a través de un correo electrónico, con el fin de establecer respuestas "formuladas por todas las integrantes del colectivo". "Una vez más se pone de manifiesto cómo las estructuras de poder se aprovechan de los privilegios que los hombres ostentan; de la privacidad de los espacios donde generan sus agresiones, que repliegan a la mujer a un espacio de indefensión e inseguridad", denuncian.
Una vez más se pone de manifiesto cómo las estructuras de poder se aprovechan de los privilegios que los hombres ostentan
Asimismo, recuerdan que judicialmente, las agresiones cometidas en un ámbito privado suelen archivarse por la dificultad que existe para que la victima presente las pruebas necesarias, dejándola "en una situación imposible, ya que será su palabra contra la de su agresor".
Por ello, reclaman a las instituciones el establecimiento de protocolos, pactos y consensos necesarios para salvaguardar "la vida de estas mujeres" y facilitar así que ésta "pueda desarrollarse con dignidad y libertad" haciendo frente a "la violencia machista".
Apoyo mutuo
Por el momento, La Caja de Pandora funciona "como un espacio de sororidad y hermanamiento entre mujeres" que busca arropar y darse apoyo mutuo, con el objetivo de "tejer redes" que les recuerden "que no están solas". "Estamos creando nuestra propia organización interna. Reivindicaremos tanto nuestra voz como nuestra legitimidad para señalar las agresiones, y a las instituciones que las silencian y permiten", recoge el manifiesto.
Asimismo, las "pandoras" han tendido la mano a "todas las mujeres e identidades diversas" para que cuenten "con su apoyo". "Para seguir sumando y que sepamos que no estamos solas. No lo estábamos, ahora lo sabemos y ya no lo vamos a volver a olvidar", recalcan. Por último, las artistas se han dirigido también a los hombres, quienes, a su juicio, "siguen siendo los líderes en el mundo cultural y artístico". "Estos hombres agresores, que hacen uso de sus privilegios, tampoco deberían olvidarlo. Si tocan a una, nos tocan a todas", han concluido.