El autor de La Gaznápira, Andrés Berlanga (Labros, Guadalajara), de 77 años, falleció anoche en el hospital madrileño de La Paz, en el que había ingresado la noche de Reyes y donde permanecía en el área de cuidados paliativos, han informado este sábado a Efe fuentes cercanas a la familia.
El periodista y escritor, cuya capilla ardiente se instalará en el Tanatorio de La Paz a partir de las 16.00 horas, falleció a consecuencia del cáncer de hígado que le descubrieron al ingresar en el hospital.
En sus últimos días, según explicaba su hijo, le gustaba tararear el estribillo de la canción de Víctor Jara Te recuerdo Amanda, el que dice "la vida es eterna en cinco minutos", y recordar "la buena vida" vivida con su esposa, la novelista y periodista Enriqueta Antolín, fallecida hace cuatro años.
Impulsor de la cultura
La periodista Concha Tejedor, amiga de la familia, ha recordado a Efe que Berlanga, a quien se le debe la recuperación del lenguaje del mundo rural castellano, fue durante 40 años impulsor de la cultura en España desde la dirección de comunicación de la Fundación Juan March, a la que se incorporó en 1974 y donde editó también la revista literaria Saber Leer.
Antes, había sido profesor en la Escuela de Periodismo durante siete años y redactor en el diario Ya y la Agencia Logos.
Según Tejedor, Berlanga vivió celebrando la amistad -"siempre estaba si le llamaban" - y la vida: "Con su mujer y sus muchos amigos disfrutó viajando, y amando a su gente y contando historias a los amigos en las que el misterio, el humor, la ironía y la ternura creaban un mundo no se sabe bien si imaginario o real".
Cuando le descubrieron el cáncer, él mismo lo comunicó por medio de un mensaje al móvil a familiares y amigos con el ruego de que no le llamaran ni visitaran.
'La Gaznápira', ejercicio plenamente literario
En La Gaznápira, que alcanzó 11 ediciones antes de ser incorporada a la Colección de Clásicos Austral de Espasa Calpe (1994), narra la agonía de un pueblo contrapuesta a la historia ascendente de su protagonista, Sara.
El académico lexicógrafo, filólogo y lingüista Manuel Seco presentó la obra en su edición original (Noguer, 1984) como "un ejercicio plenamente literario", basado en el buen uso de un lenguaje "variado y rico".
La gaznápira, palurda que se queda embobada con cualquier cosa, según la Real Academia, estuvo a punto de ser llevada al cine por José Luis Garci, que adquirió los derechos en 1984.
A La Gaznápira le siguió la colección de cuentos Del mas acá (1988), un género que había compuesto también el volumen con el que se lanzó a la literatura en 1967, Barrunto.
Su primera novela, Pólvora mojada, es de 1972 y en ella relata la agitación estudiantil de los últimos años del franquismo.
En 2013 regresó a la literatura con otro libro de cuentos, Sucesos, su último volumen publicado.
"La ironía es un arma de construcción masiva", declaraba entonces a Efe sobre los cincuenta relatos inspirados en noticias encontradas en las páginas de periódicos, en los que explora la condición humana para construir un mosaico de la España de hoy "y desvelar la corrupción, la mentira y la prepotencia de los tiempos actuales".
Escribió también artículos y ensayos: El Año Literario Español, Castalia 1977; Sobre el cuento, Insula, 1988; Recuentos, Compañía Europea de Comunicación e Información, 1991; o Españoles todos en Cuento Español de Posguerra, Cátedra, 1994.