Facebook acaba de hacer público el “conjunto de normas comunitarias” que determina qué permite y qué censura. Se trata de la actualización del manual inquisitorial de la empresa tras los últimos escándalos contra la libertad de expresión. Sin embargo, la compañía mantiene como material nocivo la desnudez, al excusarse ante el hecho de que deben regular una comunidad que trasciende las regiones y las culturas. De ahí, aclaran, que sen tan generales. Y tan poco específicas, añadimos.
“Restringimos la exhibición de desnudos o actividad sexual para proteger a determinadas personas de nuestra comunidad que muestren una especial sensibilidad ante ellos. Además, de forma predeterminada, eliminamos este tipo de imágenes para evitar que se comparta contenido no consentido o de menores. Las restricciones sobre la exhibición de actividad sexual también se aplican al contenido creado de manera digital, a menos que se publique con fines educativos, humorísticos o satíricos”, dice la empresa. Según esta especificación, el Origen del mundo de Gustave Courbet no debería ser retirado de manera inmediata.
Las prohibiciones siguen siendo tan ambiguas que es difícil determinar cómo decide la compañía cercenar la libertad de expresión. El nuevo documento tiene 27 páginas y no cumple con la claridad de los términos. Sí especifica que hay en todo el mundo 7.500 “moderadores de contenido”, es decir, censores que miran, leen y tachan (digitalmente).
En un intento de parecer algo transparente, la empresa hace públicas las reglas que deben cumplir todos sus clientes. Monila Bickert, exfiscal federal y actual vicepresidenta de Global Policy Management de Facebook, apunta en el informe que es necesario exponer las pautas de publicación porque “ayudarán a las personas a entender dónde trazamos la línea”. Además, señala que “proporcionar estos detalles hace que sea más fácil para todos, incluidos los expertos en diferentes campos, darnos su opinión para que podamos mejorar las pautas y las decisiones que tomamos con el tiempo”.
Bickert admite que las políticas y las prácticas de moderación de Facebook no son perfectas, que la empresa comete errores y que tratarán de mejorar. Se disculpa de una curiosa manera de incriminar a sus trabajadores: "Cometimos errores porque nuestros procesos involucran a personas y las personas son falibles".
Aclaran en la reforma de la ley censora que las políticas relativas a los desnudos “se han matizado con el paso del tiempo”. “Comprendemos que se pueden compartir desnudos pro muchos motivos, incluso como forma de protesta, para concienciar sobre una causa o con fines educativos o médicos. Cuando esa intención queda clara, permitimos ese contenido”. Sin embargo, en este momento, los tribunales franceses están juzgando la censura de la famosa pintura del naturalista.
No termina de aclarar dónde están los límites, puesto que dicen que aunque restringen algunas imágenes de pechos femeninos “que incluyen pezón”, permiten otras, “incluidas aquellas que representan actos de protesta, mujeres dando el pecho y fotos de cicatrices de mastectomías”. Y la novedad de la nueva Inquisición: “Autorizamos fotografías de pinturas, esculturas y otras obras de arte donde se muestren figuras desnudas”. Pero qué pasa con aquellos fotógrafos que trabajan con el desnudo, el erotismo y la provocación. Según esta autorización estaría libre de censura, pero sería retirada porque aparece un pezón. Este sería el caso de Nobuyoshi Araki, el fotógrafo japonés más importante.
De hecho, en las normas Facebook es tajante. “No publiques desnudos reales de adultos”. Es decir, prohibido “genitales a la vista”, “ano visible o primeros planos de nalgas totalmente al descubierto”, “pezones femeninos al descubierto” (esta vez no se aclara si el arte queda excluido de la prohibición). Tampoco se pueden mostrar relaciones sexuales, ni explicitas (“como bocas”), ni implícitas (“como bocas”).
La compañía añade que está introduciendo un proceso de apelación para las publicaciones censuradas. Ahora, el cliente podrá apelar si Facebook determina que viola las reglas. Hasta ahora sólo podían apelar si deshabilitaban sus cuentas. La apelación sólo se concibe en publicaciones señaladas por desnudez, sexo, discurso de ocio y violencia gráfica. Las nuevas pautas indican sobre la desnudez que “se han vuelto más matizadas”. Pero todo indica que, en realidad, ha cambiado poco.