No nos importaría ir cambiando de cadena y ver a Jesús Vázquez en todos los programas: es de una familiaridad y una belleza que nunca empachan. Para hacer de una casa, un hogar, basta una cena caliente y los ojos achinados de Vázquez riéndose en pantalla. El mérito no es sólo sobrevivir a tantos años de 'tele' con la sapiencia del vino, sino sobrevivir a España, este país que derriba dioses a la hora del vermú. Y sin despeinarse.
Jesús Vázquez hace patria porque inyecta empatía al espectador, porque trata a sus concursantes con infinito respeto y porque mezcla convicción y ternura sin renunciar a su propio credo. Aún saca tiempo para ser un ciudadano crítico, para colaborar en el drama de los refugiados y para apoyar a Fundaciones contra el sida. Ahora presenta Factor X, el talent show que anda arrasando y en el que se ha reencontrado con Risto Mejide, al que le tuvo que tirar de las orejas, hace años, en un directo de OT... por sus comentarios homófobos. Pero ya andan las aguas en calma: el presentador oxigena, cicatriza y avanza. Si no de qué iba a tener ese resplandor en la cara.
¿Que cómo hago para caerle bien a todo el mundo, me preguntas? Y que si soy el hombre que une las dos Españas… (ríe). Pues no sé cómo lo hago porque no responde a ningún plan. Siempre he sido igual: tengo la gran fortuna de que a pesar de ser una persona clara cuando hablo, y a pesar de que todo el mundo conoce mis opiniones políticas, mi tendencia sexual, mis ideas… pues enseguida conecto con la gente, quizá porque la gente me encanta e intento empatizar. No sé si es por la forma de decir las cosas. Siempre intento ser muy respetuoso cuando me expreso sobre el que tengo delante, sobre todo cuando piensa distinto que yo. En realidad pienso que todos nos parecemos bastante, al final sólo queremos sentirnos a gusto, realizarnos e intentar pasar por la vida haciendo el menor daño posible…
Tres momentos de mi vida que crea que me han convertido en la persona que hoy soy: pues hubo un momento fundamental en el que se me juntaron muchas cosas. Fue cuando tuve mi primera pareja chico. Mi primera historia de verdad con el primer chico… se juntó con que yo estudiaba veterinaria, tuve una crisis porque no me gustaba y buscaba otros caminos… di ese salto. Y además lo conté todo en mi casa. Dije que era gay, que tenía pareja, y que además dejaba la carrera para cambiar de camino. Tenía 20 años o así. Otro momento que me ha marcado mucho, a partir del cual empezó otra etapa… fue cuando en Sevilla me acusaron de cometer un delito que nunca había cometido, de haber estado en un lugar en el que nunca había estado y de haber hecho cosas que nunca habría hecho ni haré. Sufrí mucho en aquel momento. Por el camino perdí a mi madre, a una pareja que tenía… en el 97 toqué fondo y dije: “Tengo que salir, o de ésta me hundo para siempre”. Y gracias a algunas personas maravillosas que tuve a mi lado salí reforzado, salí fuerte y salí del armario (ríe).
A mi familia, lo de que sea gay le costó entenderlo. Fue complicado. Mi padre es militar, mi familia es muy conservadora y católica… bueno, es mi origen, y la verdad es que fue difícil encajar eso en mi entorno. Lo llevo bastante mal. Pero no quiero juzgarles, porque cada uno viene de donde viene, y a veces nuestros padres no están preparados para afrontar los tiempos porque han cambiado muy rápido. En 40 años, este país es otro: el país ha evolucionado muchísimo, afortunadamente, en muchas cosas, y hay gente que se ha quedado por el camino… no ha digerido los cambios, el avance, los progresos. En mi casa fue difícil. Me fui en no muy buenas condiciones.
Pero la salida del armario se produjo justo después del momento crítico, y yo creo que las crisis al final hay que enfocarlas así, como un momento de cambio profundo. De ahí saqué una lección y dije “nunca más voy a pasar por una historia así: ahora todo el mundo va a saber quién soy, lo que me gusta y lo que no”. Y la sociedad española lo aceptó de maravilla desde el principio. Desde que dije públicamente que era homosexual mi vida dio un cambio para bien que dura hasta el día de hoy. La segunda etapa de mi carrera profesional ha sido maravillosa, con éxitos, con la audiencia de mi lado… a mí me ha beneficiado salir del armario, pero no para todo el mundo es igual de fácil. En otros ambientes, otras profesiones otros entornos… es más difícil. O en los pueblos pequeños… Sé que el hecho de estar en Madrid, trabajar en televisión y tal… me ha ayudado. Animo a todo el mundo a que lo haga, porque hay que ser coherente con uno mismo y uno no está en paz hasta que no lo hace.
Me preguntas si creo que hay homosexuales mediáticos aún a los que les cuesta decirlo. Bueno: en mi entorno profesional yo creo que cada vez le pasa eso a menos gente, porque es uno de los entornos más favorables. España tiene muchas cosas maravillosas, y dos de las que tiene son que es muy tolerante como sociedad y muy solidaria. Yo trabajo en algunos temas de solidaridad con refugiados y he visto cómo la gente aquí es tolerante y solidaria. Creo que además trabajo en una cadena donde hay muchísimas personas homosexuales… bueno, “muchísimas”. Hay presentadores gays, lesbianas y hetero, y todos convivimos con paz y armonía y somos los líderes de televisión. A veces hay otras profesiones más complicadas, como la política, el ejército, el fútbol, los toros… por decirte algunas… ahí es más difícil, porque hay gays o lesbianas que no lo dicen porque les da miedo que perjudique a sus carreras. Pero es un camino que hay que hacer.
¿Que si tuviese una cadena de televisión sólo para mí y para programas a mi gusto, cómo sería? Pues creo que no la vería nadie. Yo no tengo el olfato que tienen mis jefes para elegir formatos que le gusten a la audiencia. Haría cosas más aburridas. No lo sé. Me gustaría hacer humor, sátira política… son cosas que me hacen mucha gracia a mí. Todo es mejor con humor, incluso para contar las cosas más feas y terribles que nos pasan a diario. Toda la corrupción que tenemos que soportar… con la que tenemos que convivir, se vive mejor criticada con humor. También me gusta lo que hago. Los programas de talentos. Y los concursos, que he hecho muchos. Me lo paso muy bien, si no no haría televisión.
Factor X me gusta mucho. Me preguntas cómo reconocer el talento: pues llevo muchos años conviviendo con él y es muy difícil de explicar, es algo que lo sabes porque lo sientes. No se trata de una voz grande ni pequeña, ni siquiera poderosa… es algo que de repente te traspasa. El talento de alguien es una de las sensaciones más gratificantes y emocionantes que hay en la vida. Yo he disfrutado mucho del de los concursantes y también el de los coach o los jurados. Tener delante de mí a Pablo López, Alejandro Sanz, Malú… es un privilegio, tenerlos a dos pasos de mí y escuchar su voz sin que esté procesada por equipos, ¿sabes?
Dices que llevo un montón de años saliendo en las listas de los hombres más bellos del país. ¿Que si la belleza es una tiranía? Sí, si te conviertes en esclavo de ella, como todas las cosas. Yo no tengo ese concepto de que sea tan guapo ni nada de eso, vivo muy tranquilo y feliz y no me miro mucho al espejo ni me cuido tanto. Doy gracias a la genética y a mis padres por lo que me ha tocado, que tampoco he hecho yo nada para tenerlo. Y es verdad que de unos años para acá cuido el vehículo éste con el que voy por la vida. Vamos cumpliendo años y, como con los coches, que hay que pasarlos por el taller de chapa y pintura y cuidar el motor… me doy cuenta de que hemos viajado mucho juntos y me ha hecho muy feliz. Pero no más, no vivo pendiente de mi cara ni de los productos de belleza ni me he operado ni nada de eso.
El auge de la ola feminista lo vivo con mucha emoción y apoyándolo muchísimo. Era una revolución pendiente en la sociedad. Había mucho por hacer. La mujer sigue estando discriminada en todos los ámbitos, por muchos techos de cristal, impedimentos, barreras… cuantas más mujeres haya en los poderes del mundo, mejor. Han comenzado una revolución imparable que es fabulosa. Ya estamos en la cuenta atrás: en pocos años España será un país feminista. Me preguntas si he visto algún Harvey Weinstein o algún Kevin Spacey en la televisión española. Bueno, es un tema muy delicado. Sin duda es necesario denunciar todos los casos que haya habido de acoso a mujeres o a hombres. En mi caso, las pocas situaciones en las que me vi un poco así… fueron muy anecdóticas. No merece la pena ni mencionarlas. Alguien te hace alguna proposición, algún guiño o te dice ciertas frases con las que se te enciende un clic… bueno, en mi caso no me he sentido acosado. Nadie ha ejercido su poder para abusar de mí porque mi situación fuese de inferioridad. No lo considero como tal, pero por supuesto todo aquel que se haya sentido así debe denunciarlo y atajarlo.
Me preguntas cómo se explica el fenómeno de que haya homosexuales que voten a la derecha. Bueno, es asombroso para mí. No entiendo que haya gays que voten al PP, no entiendo sus razones, pero claro, cada uno es libre de votar lo que quiera. A mí me sigue pareciendo inaudito que alguien vote o pertenezca a un partido que niega sus derechos. Si el PP hubiese podido, nos hubiesen quitado un derecho que no hace daño a nadie y que no le resta derechos a nadie más, sino que nos iguala. Es inexplicable. Es muy de los conservadores hacer esto, ¿no? Ahora se pone sobre la mesa otro tema social y pasa lo mismo. La eutanasia. Ellos ya han anunciado que se van a oponer. Me hace gracia: el PP se opuso al divorcio y al aborto y son los que más se divorcian y abortan. Con la eutanasia pasará igual.
Cuando conseguimos con mucho esfuerzo y lucha social las cosas los progresistas, cuando conseguimos avanzar… ellos se suben al carro y empiezan a usar las leyes que primero niegan. No entiendo qué hacía Rajoy en la boda de Maroto después de intentar quitarnos el derecho a los gays a casarnos. Pero bah, con la eutanasia es igual y al final la aprobaremos. En España hay un gran apoyo social… las encuestas siguen diciendo que la inmensa mayoría de los españoles, cuando no pueden curarse y se están muriendo, quieren acabar con su vida de la manera más digna. En el momento en el que tomemos esa decisión como sociedad, el PP empezará a practicarla con sus enfermos terminables. Es miserable, pero es así.
Me dices que apoyé a Zapatero y que en otra ocasión celebré el fin del bipartidismo. ¿Si me convencen Ciudadanos o Podemos? Bueno, he visto hoy justo un sondeo de demoscopia y decía que eso no era una burbuja, que se confirma la tendencia del fin del bipartidismo, y que hay un auge más imparable de Ciudadanos que de Podemos. Yo apoyé a Zapatero en la primera legislatura, que fue hermosa, la mejor de la democracia para mí. También por la bonanza económica, pero se aprobaron leyes trascendentales para la historia de este país que ahí se quedan para siempre. La Ley de Violencia de género, a la que también se opuso el PP… ahora es básica en nuestra sociedad. Y en la del matrimonio con personas del mismo sexo fuimos pioneros en el mundo, después vinieron muchísimos otros. Está claro que después la crisis nos llevó a todos por delante.
Yo viví con cierta alegría la irrupción de nuevos partidos, porque me parecía que iban a dinamizar mucho el juego en el que estábamos atascados. Vinieron bien para limpiar el escenario político. Pero vamos a verlo. Es un momento interesante porque se han acabado las mayorías, como en muchos países de Europa, y todo se tendrá que negociar y pactar. Eso siempre es bueno. Lo peor que hay son las mayorías absolutas. La victoria del PP nos ha dejado leyes dramáticas, como la Ley Mordaza. Ahora se mete a alguien en la cárcel tres años por hacer canciones. Es producto de las mayorías absolutas… van por ahí con su rodillo recortando libertades. Con sus reformas laborales, ignorando nuestros derechos… así que recibo con alegría que cada una de las leyes que se quieran aprobar necesiten el consenso de muchos.
Ahora mismo no estoy posicionado políticamente. La última vez que me ilusioné de verdad fue con el 15-M, porque venía desde abajo, desde los ciudadanos que querían cambiar las cosas, y a mí eso me gustó. Pero es verdad que el camino que han ido tomando… no sé. Albert Rivera, por su parte, también es una persona que no sé muy bien de qué palo va. No lo tengo claro. Tradicionalmente, yo soy votante de izquierdas, progresista, y ahora mismo tengo muchas dudas. Te digo dudas de entre dos o tres formaciones políticas a las que podría votar, incluida Ciudadanos. Eso es salud democrática. No podemos votar con la venda en los ojos y mirando al mismo partido por muy corrupto que esté. ¿Por qué? ¿Por qué le vas a seguir votando? Cambia tu voto a alguien limpio, decente, honesto, que vaya a hacer cosas buenas y deje de meter la mano en la caja.
Dices que, ya que yo también he presentado Gran Hermano, qué creo que pasaría si metiésemos a Rajoy y Puigdemont en una casa (risas). Pues se tirarían los trastos a la cabeza, porque en la casa todo se magnifica, como ya sabemos. Estas dos personas viven en los extremos más opuestos posibles de creencias políticas y viven en una batalla campal… claro que empezarían por discutir muchísimo, pero luego en una casa nunca se sabe. Lo mismo les viene bien ese aislamiento y el no tener noticias de fuera para tener que sentarse a hablar después de mucho discutir. Quizá repasarían los puntos que tienen en común para poder regenerar esta historia tan surrealista. ¿Edredoning? (Risas). Nunca se sabe. En la casa puede pasar de todo. Lo mismo acaban en revolcón. ¿Que qué le pondría en un SMS a Rajoy? “Mariano, es hora de limpiar tu casa. Pero de verdad”.