Un equipo de investigadores que trabajan para el Metropolitan Museum of Art de Nueva York, han traducido por primera vez el impresionante papiro de 1.500 años de antigüedad y que fue descubierto en 1934, en la pirámide de Senusret I (Lisht) en el Bajo Egipto. Este hallazgo se encuentra escrito en copto, lengua utilizada en la última etapa del Antiguo Egipto y que todavía se utiliza como liturgia en la Iglesia Ortodoza Copta, que adapta el alfabeto griego. El ejemplar data del sexto siglo d.C, cuando aún el cristianismo estaba muy extendido por Egipto.
Según Michael Zellmann-Rohrer -especialista de griego en la Universidad de Oxford y el investigador que tradujo la pieza- el papiro consiste en una larga oración de Seth, uno de los hijos de Adán y Eva, que cree haber vivido una aparición de Dios. Además, describe una serie de ceremonias bíblicas, algo no muy común entre todo lo que se sabe de una de las civilizaciones más avanzadas de tiempos remoto. “Seth vive, si no una teofanía, al menos toda la atención de la divinidad”, indica Zellmann-Rohrer. Una de las características destacables del texto es que se refiere a un poder angelical en varias ocasiones como “el que preside la Montaña del Asesino”. El investigador expresa que es probable que sea una referencia a una de las versiones alternativas que se han dado en el Génesis acerca de la historia de Abraham e Isaac, en la cual Abraham prefiere seguir adelante con el sacrificio a su hijo, en lugar de ser detenido por Dios.
A pesar de que en el Génesis esta historia no tiene un final trágico -Dios terminó impidiendo que Abraham ejecutara el acto -, la pieza cuenta con un final diferente, y sugiere que Isaac sí que fue asesinado. Michael Zellmann-Rohrer no ha conseguido identificar al autor de la inscripción, pero piensa que fue una persona alfabetizada y no un escriba profesional. “El creador probablemente residía en las proximidades del complejo de la pirámide, donde el papiro probablemente fue almacenado en un sitio especialmente oculto, antes de su descubrimiento por los excavadores modernos. La hipótesis planteada es que el creador proporcionó servicios rituales a los clientes que pagaban, oraciones y amuletos del tipo que podría producir este documento, y que el presente papiro era la copia de trabajo de esta persona”, opinó Zellmann Rohrer.
El investigador afirma que la lámina formó parte de la inscripción de un objeto físico para hacer lo que se conoce como un amuleto textual. Una práctica bastante común en la época egipcia, pero más inusual en el contexto cristiano. Zellmann-Rohrer agrega: “El cristianismo no era la única creencia, existían muchas variedades de pensamientos religiosos, este papiro ilustra la extensa incorporación del gnosticismo y otras tradiciones apocalípticas en la práctica de culto de un individuo en particular”. También indica que aparecen términos y nombres que a menudo usan los seguidores del gnosticismo, una religión que incorpora algunas de las creencias del cristianismo y las tradiciones de los judíos.
Actualmente el MET no tiene en exposición esta pieza, según se indica en su página web.
No es el único papiro descubierto que atrajo la atención de los investigadores. En 1897 se encontraron cientos de papiros en Oxirrinco, al sur del El Cairo, que contenían alrededor de 500.000 documentos de diversas índoles, la mayor parte se data entre los siglos III a.C. y VII d. C. Sin embargo, hasta 2012 sólo se habían interpretado 5.000 de ellos. Ha sido en 2018 cuando un equipo científico ha conseguido descifrarlos.
Fueron Bernard Grenfell y Arthur Hunt - los egiptólogos- quienes descubrieron, en plena era victoriana, miles de documentos, notas y cartas del antiguo Egipto amontonados como simple basura lo que, tal vez, pudo haber sido un antiguo vertedero. Entre los documentos se encontraban papiros que contenían desde informes médicos, hasta remedios contra la resaca y obras de teatro. Elementos tan valiosos, que cambian la percepción de todo lo que hemos visto antes.