Adriana Moscoso ha “prometido” su cargo como Directora General de Industrias Culturales en el Ministerio de Cultura el mismo día en que se ha hecho público el ultimátum que la Confederación Internacional de Sociedades de Autores y Compositores (CISAC) ha enviado a la SGAE: debe aprobar cambios estatutarios antes de mediados de julio y haber ejecutado antes de finales de 2018 todas las recomendaciones de buena gobernanza que la organización internacional le exige a la entidad de gestión de derechos de autor española.
“En caso de que la SGAE no lleve a cabo los pasos necesarios para abordar las conclusiones del informe, el Consejo de la CISAC no tendrá otra alternativa que analizar la aplicación de las sanciones pertinentes contra SGAE”, añaden. Hasta esta mañana Adriana Moscoso era la Directora del Departamento Jurídico y asuntos públicos de la CISAC, donde entró hace algo más de un año y desde donde ha seguido la crisis generada por José Miguel Fernández Sastrón al frente de la SGAE.
El presidente de la entidad no apareció esta mañana por la sala (sí Carlos López, su Secretario General), pero tendrá que vérselas con Moscoso, que para más inri trabajó para la SGAE, primero como máxima responsable del Instituto de Derecho de Autor, y luego como asesora jurídica. Conoce las bambalinas y las trampas que se han cocido desde hace una década en la casa de los derechos de autor. Quienes conocen a Moscoso aseguran que no es partidaria de una “intervención” de la entidad para resolver la falta de gobierno en la SGAE, que incumplirá con sus obligaciones este 15 de julio al no tener aprobados sus estatutos.
Esta falta grave bastaría para que el Ministerio aplicara “un 155” y regenerara la institución. De hecho, es lo que demandan la mayoría de los socios, como quedó claro en la última Asamblea celebrada. “Conoce las demandas de la CISAC a la SGAE, ha estado encima, y no va a consentir que las cosas se queden como están. No permitirá el continuismo, pero buscará una solución consensuada, no una intervención dura”, cuentan quienes mejor conocen a esta mujer atípica en el equipo de Guirao.
Para empezar, es la única directora (a falta del nombramiento del ICAA) que el ministro no conocía personalmente, como ha reconocido Guirao. El ministro ha creado una estructura pasada de años. Un tic propio de quien se ha rodeado sólo de gente de su confianza, a los que conoce desde hace 25 años. De ahí la edad tan avanzada de los cargos elegidos. Sólo una persona rompe con el molde de la veteranía del equipo es Adriana Moscoso, una especialista en Propiedad Intelectual con máximo reconocimiento internacional.
Una rara avis en el Ministerio
Tal y como ha podido saber este periódico, tampoco ha sido una propuesta del propio ministro, sino que ha llegado a la cúpula de Cultura señalada por Ferraz. En la sede del PSOE se ha citado a los máximos responsables del sector de los derechos de autor para consensuar el nombre y Moscoso era la opción avalada por la mayoría de los consultados.
La directora de Industrias Culturales es la única persona de la cúpula del Ministerio que baja de los 58 años. El ranking de veteranía del organismo queda de esta manera: Javier García Fernández, Subsecretario, 68 años. Olvido García Valdés, Directora del Libro y Fomento de la Lectura, 67 años. Román Fernández-Baca, Director de Bellas Artes, 66 años. Carlos Alberdi, Jefe de Gabinete, 62 años. José Guirao, ministro de Cultura, 60 años. Amaya de Miguel, Directora del INAEM, 58 años. Y Adriana Moscoso, 45 años.
Máximas capacidades
Habla cinco idiomas, es hija de Javier Moscoso, el ex ministro de la Presidencia en el primer gobierno presidido por Felipe González, y hermana de Juan Moscoso, diputado socialista en varias legislaturas. Tiene una capacidad de interlocución internacional incomparable y en CISAC ha terminado de conocer a los mayores pensadores en Propiedad Intelectual.
De Adriana Moscoso dicen que tiene un perfil técnico extraordinario, con buena escucha, muy prudente, sin el ego avasallador capaz de matar una negociación, que siempre buscará el consenso, con muchos méritos nacionales e internacionales, con un profundo conocimiento jurídico de la Propiedad Intelectual, comprometida con los derechos de autor, muy bien relacionada en Bruselas, muy respetada entre los eurodiputados. “Ojalá todos los nombramientos se hicieran como se ha hecho este”, concluyen las fuentes vinculadas a los derechos de autor.
Un equipo para no fallar
“Es difícil hacer un equipo en tan poco tiempo y la premisa era que fueran grandísimos profesionales en el sector y con gran experiencia”, ha explicado Guirao en la presentación de los nuevos cargos. “No quiero que la maquinaria se pare y que tengamos el tiempo suficiente para plantear las nuevas políticas del Ministerio. Todas son personas dialogantes y reflexivas”, ha añadido el ministro.
La agenda de la nueva directora de Industrias Culturales es la más complicada del Ministerio. A Moscoso le tocará reformar la reforma de la reforma de la Propiedad Intelectual, para lo que tendrá que buscar el consenso de todos los grupos de la oposición. Además, la urgencia de encontrar una solución para la SGAE. A ello debe sumarle la orden ministerial que anuló la metodología del pago de las tarifas a los autores por sus derechos y renegociar el JURI de cara a septiembre, para lograr una votación favorable a los derechos de autor en la Eurocámara.
A favor de los derechos de autor
Moscoso se ha mostrado partidaria a la directiva de la Unión Europea que se tumbó la semana pasada, por iniciativa del Partido Pirata. El PSOE votó en bloque a favor y ella también cree que la derrota socava la importancia de la cultura y la creatividad europeas, porque de llegar al nivel del Consejo de la UE, permitirá que algunas plataformas tecnológicas continúen explotando a músicos y artistas, al no retribuirles justamente por su trabajo.
La Directora General de Industrias Culturales apoyó desde su cuenta de Twitter el manifiesto de la Organización de Derechos de la Música Irlandesa (IMRO), que denuncia “una campaña sostenida de información errónea en relación con la aplicación de estas propuestas y, desafortunadamente, el alarmismo de las gigantes compañías de tecnología ha tenido éxito”. “Desafortunadamente, la votación de hoy es un retroceso en relación con el reconocimiento de la música y, claramente, muchos diputados al Parlamento Europeo han decidido que la gran tecnología es más importante que la música”, asegura IMRO.
Pero la parte más dura de negociación de Moscoso será Agenda Digital, dirigida por Franciso Polo, que prefiere poner el acento en el desarrollo de las tecnológicas, no tanto en el de los autores. “Tenemos que convertirnos en un foco de atracciones de capitales que inviertan en nuestras start-ups”, dijo en entrevista con A vivir Madrid de la SER. Polo es de la opinión que los nuevos modelos de negocio de la sociedad de la información van por delante de los autores”, aseguran las fuentes consultadas. “No tiene una visión socialista del modelo, sino hiper liberal. Cree que los derechos de autor limitan la capacidad de los usuarios”, dicen del Secretario de Estado de Agenda Digital. Sea como sea, se avecina una dura batalla.