En un mundo donde existe Mickey Mouse, Heidi, Los Goonies y Frozen, donde las caídas del sol saben a chuches recién compradas y a gusanitos, donde no hacen falta almohadas cuando hay hombros, donde las heridas se sanan a besos y el hambre se sacia con un bocadillo de Nocilla... en ese mundo también hay espacio para los malos que salen de debajo de la cama, de las pesadillas y de los cuentos. Parece mentira que los que un día fueron niños, al día siguiente se conviertan en monstruos.
De esa cruel, mordaz y arrebatadora verdad es de la que habla ‘Colaterales’. Un documental de la directora y productora ejecutiva Sara Wiliams, junto a Diego Rosas. Ambos profesionales han querido contar desde dentro y en cuatro fases, las historias de esos niños asesinados por sus padres para causar a las madres (y raramente a la inversa, también) el dolor más supremo que un ser humano puede sufrir.
Casos como el de Ruth Ortiz, madre de Ruth (6 años) y José (2 años) calcinados a mano de su padre, José Bretón quien cumple una pena de 25 años de prisión, el de la madre de Miguel Ángel y Leo (9 y 6 años), asesinados mediante lapidación por su padre, Sergio Oliva, que se los llevó a Alemania para perpetrar su crimen allí en febrero del año pasado, o la tía de Aarón Gálvez, 5 años, asesinado por su padre también. En 2013, el padre de Aarón mató a su mujer y a su hijo y se quedó a dormir toda la noche entre ambos cadáveres, hasta que por la mañana la madre de ella, abuela de Aarón, entró en la casa y vio la terrible escena. El criminal se llamaba Miguel Ángel Gálvez García. En junio pasado se suicidó en la cárcel. Estos serán algunos de los casos que se podrán ver en el documental.
Abrir los ojos
Este proyecto pretende abrir los ojos a la sociedad sobre un tema que sale poco en los titulares: “Nos vamos a encontrar con la parte más cruel de la violencia de género, la más dura, atroz e incomprensible que son los niños asesinados y huérfanos de la violencia de género”, ha declarado la directora para EL ESPAÑOL. En los últimos años, cientos de niños de todo el mundo han sido asesinados por sus progenitores a causa de la violencia de género, de estos, según la organización Save The Children, casi cuarenta casos han ocurrido en España.
A finales del año pasado, el Congreso ordenó al Ejecutivo, por unanimidad, que elaborase una nueva Ley Integral de Erradicación de la Violencia Contra la Infancia que impidiera por todas las vías legales posibles que se dieran casos de hijos asesinados por sus padres a causa de la Violencia de Género. Una vez en La Moncloa, el Ejecutivo dijo que "no tenía tiempo" para cumplir su palabra.
Dada la inhibición que las instituciones y los poderes públicos han presentado ante el tema, estos profesionales han recurrido a una campaña de crowfunding para recaudar fondos y lograr así crear un proyecto de la mayor calidad posible. Según la ley, los hijos de un maltratador condenado en firme por la Justicia y con una orden de alejamiento impuesta por su exmujer deben seguir pasando temporadas con él, aún estando “presumiblemente” en grave peligro de ser maltratados o asesinados por este padre, sin que la madre pudiera hacer nada por la vía legal.
Las campañas institucionales para la concienciación contra la violencia de género suelen hacer a la mujer protagonista, olvidándose de todo lo que le rodea: “Es el caso del “Pacto valenciano contra la violencia de género y machista” de la Generalitat Valenciana. Es el caso de la Junta de Andalucía, que promete ampliar el concepto de “víctima” con un Proyecto de Ley que incorporará “a las personas mayores, dependientes o con discapacidad sujetas a la tutela, guardia o custodia de la mujer víctima de violencia de género”. Es decir, que plantea incluir a los mayores, sin decir ni media palabra de los niños”.
Este proyecto lo han dividido en cuatro bloques: el primero en el que se cuentan testimonios de madres, cuyos hijos fueron asesinados por su padre o por la pareja de su madre y con familiares que se hicieron cargo de los niños que quedaron huérfanos, “el primer bloque sin duda, es el más aterrador y triste del documental”, advierte Williams. En el segundo aparecen testimonios de profesionales del ámbito jurídico y policial. En el tercero aparecen testimonios de profesionales del ámbito psicológico, en el que hablan de cómo se llevan a cabo la reparación del daño y la reconstrucción emocional de las víctimas. El cuarto y último bloque lo han reservado para testimonios de mujeres y niños supervivientes de la violencia de género. “El cuarto bloque es una “rendija” con una luz maravillosa donde pretendemos explicar a través de testimonios de “supervivientes” que sí es posible salir de la violencia de género. Contamos con testimonios de verdaderas heroínas que cambiaron dolor por sonrisas y que a día de hoy son súper felices junto a sus hijos e hijas”.
Problema de todos
'Colaterales' busca hacer entender al espectador que esto es un problema de todos. Con él, sus creadores pretenden que se deje a un lado el “esto es un problema de pareja y no me meto”. Quieren demostrar que los perjudicados son mucho más que números, que son víctimas reales con nombres y apellidos. Pretenden recordar que con la ayuda de la ciudadanía se pueden salvar vidas y ayudar a que los damnificados se sientan arropados, que sientan que no están solos porque hay mucha gente dispuesta a ayudar.
Concienciar dónde empieza la violencia y que la violencia no es únicamente “pegar”. Zarandear a los políticos; hacer ver a los que manejan el gobierno que se necesitan más medidas de protección, sobre todo en la infancia, que se necesita rapidez y efectividad, más formación en los colegios sobre género, más juzgados y personal especializados en violencia, más formación en general. En definitiva, proteger a las víctimas reales y más inocentes de la violencia.
Recuerdo
Entre las imágenes que se podrán ver, se recopilan escenas domésticas cotidianas de niños pequeños celebrando un cumpleaños, jugando, bailando, divirtiéndose, viviendo… al fin y al cabo. Escenas reales grabadas por sus padres o madres. “Pues bien: todas esas criaturas han sido asesinadas por esos mismos padres, días u horas después de haberlos grabado "como recuerdo"”.
Tras esas imagénes aparecen sus madres con semblante sereno y triste, mirada perdida. Ninguna habla, ni tiene palabras para acertar. No aparece ni una voz en off. No hace falta nada más para expresar ese doloroso vacío. Sus ojos lo dicen todo. “Colaterales” también son esos críos que presencian horrorizados cómo “papá mata a mamá” o viceversa. Víctimas de una mala decisión que les perseguirá y condicionará toda su vida. “Hay asesinatos que son tan retorcidos que llegas a comprender que la maldad no tiene límites. Por la forma, saña y alevosía. El “te voy a dar donde más te duele” es una de las realidades más duras de este documental”, añade la creadora.
El documental tiene un total de ocho documentales filmados en España, Alemania, Guatemala, México y Estados Unidos, ya que no sólo es un problema "nacional". Se han elegido estos países como muestra, pero podría haber sido cualquier otro. “La brutalidad y salvajismo al que puede llegar un ser humano movido por rencor, celos, etcétera, es universal. Y los niños, sus más desvalidas víctimas”.
En él aparecen declaraciones de víctimas de varios países que demuestran una vez más que la violencia de género no se limita a un país, cultura o política en concreto, si no que es una lacra a nivel mundial. 28 niños han sido asesinados y más de 200 menores han quedado huérfanos en los últimos cinco años, una cifra que pone los pelos de punta a cualquiera.
La directora cuenta cómo ha llevado el equipo las grabaciones: “Callados en los coches de producción, suspiros y sinceramente bastantes lágrimas. Entras en sus casas. Las habitaciones de esos niños están como las dejaron. Ellas te invitan a entrar y te abren su corazón y empatizas. ¡Y tanto que empatizas!. Recuerdo que una grabación, una de las madres no estaba contando su historia y le di un golpe con el pie a un zapato. Era una deportiva de la talla 23. Escuchar la historia mientras mis ojos se clavaban en aquel zapato fue tremendo. Tanto que me puse a llorar en “silencio” escondida detrás del monitor de dirección. O en otra grabación que tuvimos que rodar al lado de una cuna llena de juguetes. No había mirado a un mickey mouse con tanta tristeza en mi vida”.
Más que números
Estos niños se han convertido en un número de unas terribles estadísticas donde se muestra que detrás de esos números hay niños inocentes, que estaban llenos de vida, con una familia, amigos, sueños y con una vida por delante que un desalmado decidió quitarle simplemente por matar en vida a la madre. Y así es, las matan en vida.
Cuando se le pregunta a la mente pensante de todo esto por el perdón a los culpables lo tiene claro: “En teoría existe la reinserción social. Pero yo sinceramente y es una opinión personal; dudo mucho que una persona que ha asesinado a su hijo tenga una posible reinserción. Tampoco hay programas de reinserción reales por lo tanto es más imposible todavía la posibilidad de reinserción. Que juzgue el espectador después de escuchar cada historia, si estos asesinos tienen perdón. Para mí desde luego no la tienen”.
La productora va a presentar los documentales a varias cadenas de TV y tiene previsto realizar una gran presentación en algunos de los principales cines de España, donde buscan despertar la misma respuesta que ha tenido en ellos: “Congoja. Patadas directas al corazón. La gente tiene que saber que está pasando. Este proyecto da la posibilidad de entrar en cada una de esas casas, conocer las historias para generar la conscienciación que nos hace falta. Pero no todo ha sido tristeza. He conocido a gente estupenda en este trayecto. Madres luchadoras que se han convertido en amigas” concluye la directora.