Celia Blanco: “Pocas madres hablamos de que nuestros hijos nos meten mano y nos desean sexualmente”
"Muchos hombres chantajean para no ponerse condón" / "Puedo ser feminista en una orgía o en una sesión de bondage" / "Hay que sentarse con los niños a ver porno y hablar de él".
22 septiembre, 2018 02:24Celia Blanco es una mujer poderosa que sabe hablar mirando al fondo del ojo, como una hechicera o una psicóloga: es aguda, didáctica y arrolladora. La sensualidad que desprende viene, ante todo, de una fuente: el coco. La palabra. La gracia. La claridad. La libertad, que es fiera en peligro de extinción. Sabe de pasiones, fantasías y orgasmos -porque conoce las texturas del ser humano por dentro- y no tiene temas tabú. Sólo hay una regla: "Protégete". Se trataba de mimar lo que hay entre las piernas, sí, pero también lo que hay latiendo rojo en el pecho.
Dirige y presenta Contigo dentro, sexo -oral- en La SER. No existe plan mejor para las madrugadas del domingo que éste: Celia Blanco entrando por los oídos como una música sugerente, con dos tacones bien puestos. En mujeres así arrancan todas las novelas.
¿Cómo es ser una mujer inteligente, hermosa, con nombre de actriz porno y hablar abiertamente de sexo? ¿Cómo sienta a la caverna?
Lo mejor era sacarle partido a todo. A mí me gusta el sexo. Escribo desde hace muchísimos años por una cuestión personal: he tenido diario desde los diez años. Hablar de mis aventuras sexuales se me da bastante bien y tengo una capacidad bastante divertida para poder hilarlas unas con otras. Lo único que he hecho ha sido cansarme de fingir y ser un poco quien soy. Soy todo esto: madre, esposa, amante -en la misma proporción-, me gusta hablar de sexo… Hubo una actriz fantástica que mientras hizo porno quiso la casualidad que eligiese mi nombre.
Y como llamarme como ella sí me trajo algún problema -ahora lo veo con distancia y digo que no, pero si lo pienso bien, sí, me trajo alguna incomodidad-, pues dije: lo único que puedo hacer es apuntarme el tanto. Hay un montón de cástings míos en televisión, por ejemplo, en los que yo me plantaba delante y decía: “Hola, soy Celia Blanco y, desgraciadamente para todos ustedes, no soy la actriz porno”. Me tenía muy bien estudiada. Sabía que lo mejor que podía hacer era ir por delante a mucho de lo que pudiesen decirme. Ha sido muy divertido. Y Cecilia y yo nos conocemos. No somos amigas, pero conozco a Carlos Bardem y la conozco a ella. Siempre que nos vemos nos reímos, nos abrazamos y nos deseamos muchos éxitos la una a la otra. A mí me ha venido muy bien llamarme Celia Blanco y dedicarme al sexo.
¿Por qué a los hombres les sigue chirriando que las mujeres ocupen el espacio público hablando abierta y explícitamente sobre sexo?
Porque no los hemos acostumbrado a que nos tengan que escuchar. Si ahora su madre obliga a su hijo a escuchar reflexiones sobre lo que les pueda pasar a sus hermanas con la adolescencia, y le hace partícipe desde que es pequeño en la vida sexual de las mujeres, pues el niño se acostumbrará a que ocupemos ese espacio. Donde sí hay diferencia es entre generaciones.
El 90% de la gente con la que me relaciono está más cerca de los 50 que de los 40, y sí que noto que ya yo puedo ocupar mucho más espacio porque todos los que están a mi alrededor han sido acostumbrados por mí. Y seguramente porque yo he ido eliminando de mi alrededor a todos los que no me dejaban ocupar mi espacio. Si tú educas a tu hijo para que sea capaz de escuchar el discurso, nunca le chirriará que alguien levante la mano y diga: “No, es que a mí me gusta que me follen así”. Tenemos que ir muy poco a poco.
¿Estás a favor del porno, crees que hay que regularlo? No sé qué opinión te merecerá la situación de los pornonativos, es decir, de los críos educados en era tecnológica que conocen el sexo por primera vez a través del porno, no por lo que ellos mismos experimentan. Cada vez lo consumen siendo más jóvenes. ¿Cómo afecta eso al hombre que viene y cómo condiciona su relación con las mujeres?
Vuelvo a tirar de: ¿por qué no nos unimos al enemigo?, ¿por qué no utilizamos el porno como elemento educativo? Ha habido bastantes intentos fracasados porque siempre hay alguna asociación de padres que se indigna porque se les dice a sus hijos: “Vamos a ver porno y vamos a hablar de él”. Yo creo que es la única manera de educar en la sexualidad. Nuestros hijos son nativos digitales. Yo eso no lo puedo parar. Yo puedo capar todos los ordenadores de mi casa, puedo prohibirle, de alguna manera, y significativamente, que pueda tener acceso a la pornografía desde mi casa. ¿Eso va a impedir que mi hijo acceda al porno? En absoluto. Lo único que va a hacer es hacerlo fuera de casa, igual que yo hacía cosas fuera, como fumar con 16 años. Pero con 35 sí. Cuando quieres hacer algo, lo vas a hacer.
Estoy a favor del porno como industria cinematográfica para adultos: sí, siempre. Pero claro, para empezar tengo una implicación con esa cinematografía. ¿Cómo? Pagando por ver porno. Yo veo el porno de Erika Lust o Annecke Necro o un montón de personas que hacen otro porno que no somete a la mujer ni es vulgarizada. En ese porno la mujer pondera, la mujer desea, seduce y consigue llegar. También me pongo cachonda con el porno mainstream más absoluto, porque además soy consumidora de porno lésbico: claro que me excita ver a una mujer guapísima desnuda. Al ser bisexual, me excitan esas mujeres. Pero me gustan mucho más cuando las veo en unas secuencias en las que ellas seducen, ellas se dejan besar, ellas eligen… porque me creo una de ellas.
A mí no me va a venir un fontanero a decirme: “Hola, bonita, vengo a arreglarte los bajos”. ¡O sí! Porque a lo mejor un día llega un chico con el que yo esté y me hace la gracia porque sabe que yo veo porno. Perfecto. Pero yo siempre he sabido que el porno es ficción. Lo que no podemos dejar es que los niños crean que el porno es realidad: te sientas con ellos y empiezas a ver porno.
Erika Lust tiene una suscripción mensual en la que si tú eres padre recibes en tu casa el porno educativo que puedes mostrarle a tus hijos. Si eso no es una revolución, que me digan a qué llaman revolución sexual. El Partido Socialista alemán se ha propuesto para las próximas elecciones, si ganasen, que la reforma educativa iría de clases de sexualidad con porno de por medio. ¡Saben que todos sus alumnos tienen acceso al porno! ¿Por qué no les enseñamos a ver porno?
¿Qué tres consejos le darías a una niña y a un niño que vayan a inaugurar su vida sexual?
Lo primero: “Protégete”. Para mí fue muy triste descubrir los preservativos femeninos cuando tenía más de 40 años. Ojalá los hubiese encontrado antes. Hasta entonces yo iba con un preservativo en el bolso y eso significaba también prejuicios. Yo tengo 46 años. Yo sabía lo que era un preservativo femenino, pero no sabía todas las ventajas que tenía. No sabía que me lo podía poner yo ocho horas antes, no sabía que me podía proteger sin que entrase implícito el consentimiento del hombre para protegerse él. Porque sí me he encontrado con mucha gente a la que le he dicho: “Ponte un condón”. Y me han dicho que no.
¿El hombre chantajea con el tema del condón? ¿Chantajea alegando que si se lo pone siente menos placer?
No sé si el hombre chantajea en general. Sí sé que hay muchos que chantajean con ello, pero para eso estamos muchas que conocemos el amplio espectro de los condones. En mi bolso siempre hay cuatro condones. Mi primera recomendación es siempre “protégete”. Y en esa protección tiene que ir también la protección sexoafectiva. En eso de “protégete” también le diría “protégete de aquí” (une las manos y se las lleva al corazón). No te acuestes con cualquiera. Que no venga uno o una a manejarte. No es tanto como “ponlo difícil” (porque yo no lo he puesto siquiera difícil), es más bien: date una razón a ti misma para irte a la cama con este tío. Aunque sea “me pone muy cachonda”. Ya tienes una razón. Yo me he ido a la cama con gente que ni siquiera me ponía cachonda. No es “no vayas con mala gente”, ¡claro que debes ir con mala gente…! Con la mala gente aprendes a ir después con buena gente. Yo he aprendido mucho de mis maleos.
Eso es muy sabio.
¡Es que soy una señora mayor!
Pero, ¡¿qué señora mayor?!
Hombre, claro. Yo he tenido 28 años, me he enamorado de un tío por lo que nos enamoramos todas, pero luego he dicho: ¿que quieres seguir por aquí, con esta estructura de pareja…? No era la mía. ¡Y me he ido! Me he casado. Yo he estado casada antes de estar con El Patillas, pero ese señor era un puto coñazo y me piré de casa. Esto es un proceso evolutivo. A veces la gente joven me pregunta “¿tú qué me aconsejas?”. Y yo pienso: qué te voy a aconsejar yo, alma de cántaro. Estréllate. Te tienes que dar de hostias una detrás de otra. Lo único que voy a decir es: poneos condón. Lleva siempre un condón en el bolso, por favor. El virus del Papiloma Humano, que provoca el 80% de cánceres, lo erradicaríamos con algo tan sencillo como una vacuna y teniendo protección.
¿Cuál es el mayor tabú sexual que conservamos en 2018?
Yo cada vez dinamito más tabúes, pero hasta hace poco creía que el mayor tabú era el de “mi hijo me mete mano”. Muy pocas madres hablamos de que nuestros hijos nos meten mano y nos desean sexualmente. En las relaciones parentales, cuando está el sexo de por medio, las manejamos siempre mal. Hablamos de abusos: ten en cuenta que 1 de cada 5 niños es abusado y una de cada 3 niñas, pero el 85% de los casos es en su entorno. Cuando hablas de niños-sexo-padres, siempre piensas en algo así, y no. Hay una cosa que se llama testosterona y a nuestros hijos les empieza a ser efervescente a partir de los 10 años, y a veces lleva implícito eso.
A mí me pasó, y lo que hice fue pedir ayuda. Enterarme con psicóloga… y fue muy bueno, porque lo primero que me dijo es: “Muchas gracias por hablar de este tema. Esto ocurre y muy pocas mujeres se atreven a hablar de ello”. Yo hablo de sexo, mi hijo sabe que soy bisexual y mi marido me mete mano cada vez que se cruza conmigo por un pasillo. El Patillas continuamente me mete mano, me da besos y me dice cosas bonitas porque nosotros nos gustamos mucho y ronroneamos mucho. Y mi hijo lo ve. Y mi hijo me quiere muchísimo, y me lo demuestra metiéndome mano. Yo a mi hijo le he tenido que decir “cariño, tú me quieres como si yo pudiese ser tu novia, y yo no soy tu novia, soy tu madre”. Me siento muy feliz de romper estos tabúes. Me siento afortunada. Soy feliz y me gusta mucho lo que estoy haciendo, Lorena. Mucho.
Y además se nota.
Sí, y sin duda gracias a la apuesta firme que hace la SER para que hablemos de sexo así. Llevo cuatro años con Contigo dentro y vamos derribando todos los tabúes. El programa funciona y tengo una buena audiencia. Y apunto alto: quiero que venga gente muy potente al programa para hablar de educación sexual. Y quiero políticos que se impliquen en esto, que se impliquen en temas como los abusos sexuales. ¿Cómo se reconstruye a una persona después de haber sufrido algo así? Mira que tenemos a Rhodes ahí hablando del tema…
Sánchez le ha escuchado.
Sí. Ha estado hablando con la ministra de Justicia.
Otro gran tabú patrio es el ano masculino del hombre hetero. ¿Por qué a tantos les cuesta reconocer que encuentran placer ahí?
Bueno, que no han sido educados para entender que por el culo les puede entrar algo. Es así de sencillo.
¿Hay algo homófobo ahí?
Ni siquiera creo que sea cuestión de homofobia, sino que no les han explicado que en el culo hay un montón de terminaciones nerviosas y que es normal que lo pasen bien. Siempre se les ha explicado que el culo es para encular, para hacer daño. El sexo anal estaba supeditado a una posición de dominio de la persona que enculaba. Cuando los romanos enculaban, el que enculaba era el patricio y al que enculaba era al chaval o al pobre. Nunca el pobre enculaba al romano.
Se ha establecido una relación de poder. Bueno, caballeros: yo no tengo que encularte. ¿Por qué no te metes tú el dedito y te lo pasas bien? ¿Por qué no te metes un juguete sexual, por qué no te permites disfrutar? El hombre cree que su virilidad se tambalea cuando se corre por el culo con una mujer. ¿Pero yo sí me tengo que correr cuando me encules? No hay nada que le guste más a un tío que que tú digas: ¡sí, más!, cuando te la está metiendo por detrás. Pues oye: intenta disfrutar tu también.
Has reivindicado la figura del “empotrador”.
Sí, porque a mí me gustan grandes y con las manos muy grandes, que parezca que tienen muestrarios de pollas en los dedos, y eso me viene muy bien a la hora de que puedan hacer cualquier cosa conmigo. Mido 1,75 y peso 69 kilos y medio. Estoy segura de que son 72 pero no me he vuelto a pesar desde que conseguí llegar a los 69. Del verano he venido jamona. Me gustan los tíos que me cogen en vilo y me follan. Sí, me gustan mucho. Igual que me gusta ponerme encima y follármelos yo a ellos.
¿Qué hay de la prostitución? Está el debate muy sangrante entre regulacionistas y abolicionistas dentro del feminismo.
Pues es que lo mejor del feminismo es que no hay un solo feminismo, sino que todas estamos reflexionando y replanteándonos cosas. Con este tema me ha pasado eso. Yo conozco un modelo de prostituta que es el mínimo. Yo conozco a la prostituta que ha decidido ser prostituta porque le apetece. Como la rumana que decide prostituirse porque a ella lo que le ofrecen es limpiar casas y por 10 euros la hora, pues por 15 euros, mamada. Y en una hora se saca mucho más dinero. Pero igual que está esa prostituta están las que me encuentro en calle Carretas cuando vengo a trabajar. Ni una sola de esas niñas está porque quiere. Yo me estoy replanteando si no sería más lógico darnos cuenta de que es comercio de carne humana.
Y la gestación subrogada me está haciendo pensar mucho en la prostitución, porque si estoy en contra de la gestación subrogada, ¿cómo voy a defender la prostitución? La gestación subrogada es el alquiler de un útero, punto, no es otra cosa. Entonces, ¿el alquiler de una mujer? Es otra transacción económica. La compra de un niño es exactamente igual que la compra de una mujer. Me da igual que la mujer diga que sí, porque por cada una de estas hay diez más que están en una trata de blancas. Sí creo que hay que castigar al putero. Eso lo tengo muy claro. No puede ser tan fácil conseguir carne fresca. A mí la palabra “prohibir”… me resulta… pero aquí estamos hablando de trata de personas. Por cada mujer de clase media que tiene su tercer hijo por gestación subrogada hay granjas de mujeres en Nigeria. No quiero que mi país participe de algo así. Igual que no quiero que participe en un bombardeo en Yemen, por muy inteligentes que sean nuestras bombas.
¿Cómo se diferencia cuando un producto erótico o de carácter sexual (desde una portada con una mujer desnuda a una obra de arte pasando por una performance) está sirviendo al feminismo o está sirviendo al capitalismo?
Uy, no tengo ni idea. A mí me gusta ver los espectáculos de cabaret, no sé si eso es patriarcado. Me excita mucho ver determinadas cosas que seguramente sean absolutamente patriarcales… y que seguramente vengan por una educación muy concreta. Es el patriarcado en lo que yo he sido criada y contra lo que yo lucho. Nos hace daño. Dicho esto: a mí me hubiese gustado ser portada de Interviú. Con mis condiciones. ¿Por qué no? El hecho de que yo me sienta poderosa siendo portada de Interviú, incluso aunque sepa que va a haber un montón de gente que se va a pajear mirándome o que se va a imaginar tal… Mi cuerpo no es precisamente de portada de Interviú, soy una chica de lo más normal.
Las chicas de Interviú tienen las tetas perfectas, o por lo menos están operadas. Yo por no operarme no me he puesto ni bótox. Vivo rodeada de gente que está recauchutada. Creo que ahora está viniendo toda una generación de mujeres feministas que se han plantado y han dicho: “No me da la gana”. La foto más bonita de Lauren Bacall que hay se la hizo dos semanas antes de morir. Tiene todas las arrugas. La mujer que se la chupó a Humprey Bogart envejeció dejándose arruga. ¿Quién soy yo para intentar parar lo mío por mucho que me guste el Patillas, que es mi Humprey Bogart? No puede ser que nos hayan vendido otra cosa.
¿Qué le dirías a todos esos, y a veces también esas -como las intelectuales francesas del manifiesto contra el Me Too-, que dicen que el feminismo moderno está asociado al puritanismo?
Que no sé de qué feminismo se nutren única y exclusivamente. Que busquen otro feminismo. Y sobre todo… mi modelo no es muy puritano. Si hay un feminismo puritano, lo más normal es que yo me aleje de él, aunque sólo sea por ser feminista en una sesión de bondage. Es decir, ¿no puedo ser feminista en una orgía? ¿Hola? Claro que puedo serlo.Pero, ¿qué se ha creído la gente que es una orgía, que llegas ahí y te someten a no sé qué cosas? Si tienes suerte alguien se te acercará a hablarte y al rato te dirá que le apetece tener algo contigo. Hay muchas otras veces que vas a una orgía y vuelves a tu casa sin haber hecho absolutamente nada. Me molesta muchísimo cuando la gente habla del feminismo como si fuese, no sé, el catolicismo: con unos dogmas, unas doctrinas. ¡Con unas plegarias, claro, y unos sometimientos…! No, no es así, el feminismo es que yo me pare a pensar y reflexionar sobre mi propia vida como mujer y que intente cambiar lo que no vaya conmigo. En esas estoy.
¿Con qué líder político te quedas?
Uy, no tengo ni idea, y ésta me la preguntáis muchísimo. Es que no me he imaginado a mucho político follando, porque mi libido y la política… no, es que no. Truddeau es el político que creo que debe follar mejor a juzgar por cómo ha ido la educación sexual en su país. Primer ministro de Canadá. Ojalá tuviéramos mandatarios así.
¿Y algún personaje cultural?
A mí me suelen conquistar por el coco más que por otra cosa. Me encandilo más por la palabra. Tengo a grandes columnistas en mi haber de follables, cuyo nombre no diré para que no salgan espantados…
¡Anda!
No, no, que quiero que sigan creyendo que pueden relacionarse conmigo. Pero yo tengo un cuento muy bonito que se llama Salvajada Arriaga y que es lo que me provocó El salvaje, de Guillermo Arriaga, después de leerlo. Si él, que es así, con los ojos azules, con esas manos, capaz de escribir El salvaje… si eso no me pone cachonda, hay muy pocos ya que me puedan poner cachonda.