Enrique Tenreiro (A Coruña, 1969) se define como “buena persona y creativo”. Dice que a veces hace locuras -ahora se llaman performance-, pero no porque esté loco, sino “para provocar y homenajear a Duchamp”. Es el hombre que ha pintado hoy la tumba del dictador Francisco Franco en el Valle de los Caídos, tatuando un “Por la libertad” en letras rojas. Ha contado que lo ha hecho “por la libertad robada” a la generación de sus padres y abuelos. “Es mi pequeño grano de arena, y espero que sirva para aliviar el dolor de los perdedores de una Guerra Civil que no debería haberse producido”.
En 2015 lanzó otra performance llamada Franco destruye Guernica. “Yo soy ardiente, yo soy morena, yo soy el símbolo de la pasión”, comenzaba recitando, con voz aguda, delante de un cuadro de la República tiznado de negro. Son Rimas de Gustavo Adolfo Bécquer. Y, de repente, imágenes del entierro del dictador. “Mi frente es pálida, mis trenzas, de oro, puedo brindarte dichas sin fin”. Una voz le interrumpe: es el rey emérito, Juan Carlos I, lamentando el duelo de España por la muerte de Franco.
En la habitación en la que el artista habla hay una soga y restos de sangre. Una militar le grita: “¡Artista! ¡Tú lo que eres es un poeta de mierda!”. Lo tira de la silla, lo agrede, lo amordaza. Él se libera y sigue recitando. Trata de representar la opresión dictatorial sobre el arte y la palabra crítica, no propagandística. “El 24 de abril de 1937, el dictador Franco destruye Guernica. Será el primer bombardeo desde el aire a una ciudad en la historia de la humanidad. Después vendrá su dictadura y el fusilamiento físico y mental de tantas personas y sueños de libertad”, termina el vídeo. “¡Con poema de Bécquer, por Lorca, por la libertad, siempre!”.
Esta pieza formó parte de la muestra colectiva 26-4-37 Franco destruye Guernica. La exposición, comisariada por Tenreiro junto a Beatriz Pardo, quería “denunciar que Franco lleva cuarenta años enterrado en su mausoleo, mientras que los muertos en la guerra, sobre todo los de un bando en particular, todavía están en fosas comunes”, así como “recordar la pasividad de los Gobiernos posteriores a la dictadura, que no han hecho lo suficiente para reivindicar los nombres de estos 114.000 fallecidos en las cunetas después de ochenta años", en palabras de Pardo a La opinión de A Coruña.
“Soy un poco obsesivo y mi obsesión es que me vaya bien con el arte”, aseguró Tenreiro en entrevista a La Voz de Galicia. Cree que él es “anterior a la llegada del hombre a la luna”: “Eché cuentas y resulta que fui concebido en mayo del 68”. Hoy ha hecho su primera gran revolución.