Todo el mundo tiene sus comienzos, y suelen ser espinosos: hasta la poderosa Rosalía, que hoy deja boquiabierto a medio mundo con su voz, su arte, sus coreografías y su actitud -hija también de una excelsa campaña de márketing, como pocas se han visto en España- tuvo alguna vez 15 años y dio sus primeros pasos en el mundo de la música. Fue en 2008 cuando acudió a Tú sí que vales, que entonces conducía Christian Gálvez en Telecinco. Sólo cursaba cuarto de la ESO. Vestía camiseta roja ceñida, grandes aros dorados, enormes anillos en las manos y altas botas de tacón negro.
Apostó al principio por una canción flamenca para entrar al concurso, y lo consiguió, pero una vez dentro las cosas no fluyeron. “Tienes que sacar algo de carácter y algo de voz. Ahora mismo. Lo que quieras”, le dijo Xavier Sardá, que formaba parte del jurado. Rosalía le hizo caso y se arrancó por No One de Alicia Keys. Siguiente fase: un número de R&B, con estrepitoso resultado. Los gallos volaban en el escenario. “Rosalía, has desafinado bastante y regularmente durante el tema”, la reprendió Ángel Llácer.
Y aquí la parte más interesante: Rosalía sacó ese carácter -personal, no artístico- que a veces hoy se le echa en falta y que tapa con mil capas para no erosionar su producto de márketing perfecto. “No se puede hacer todo”, interrumpió a Llácer, sin tener micrófono en la mano siquiera, agitando los brazos. Enseguida le pusieron sonido y pudo explicarse. “No puedo hacer todo: he intentado interpretar, cantar y bailar. Sardá me pidió fuerza: pues aquí tiene fuerza. Y he intentado hacer lo posible, te lo digo de verdad”.