Asturiano militante. Gaitero súperventas hace dos décadas: disco de oro y platino en lugares tan distintos como Italia, Hungría, Bélgica, Dinamarca o Nueva Zelanda. Músico desaparecido discográficamente desde 2007 que ha regresado este año con Al son del indianau, un trabajo donde reivindica los ritmos que le llevaron a aventurarse hacia el Caribe en busca del legado de los indianos -esos asturianos que durante décadas emigraron a América gaita en mano-. No es la única sorpresa que trae 2018: ayer fue elegido nuevo presidente de la SGAE después de haber apoyado la estafa de la ‘rueda’.
José Ángel Hevia empezó a tocar la gaita con 7 años y siempre se sintió un “rarito”. A los pocos críos a los que les gustaba ese instrumento allá en su tierra los llamaban “la quinta del biberón”. Creció en una familia apegada a las tradiciones musicales, al arte de raíz, y se empapó de las canciones que su abuelo escuchaba en la radio hasta que un día decidió que tenía que romper: lo hizo inventando la gaita electrónica, para disgusto de los puristas.
Consideraba la tradición “algo vivo” y sentía que su obligación era “poner algo de mi época en ese eslabón”, así que trató de combatir el retroceso que experimentaba el instrumento y llegar al público exigente, moderno y abastecido que bebe de todas las fuentes en internet.
Éxitos internacionales con la gaita
Peleó desde abajo: comenzó fundando la primera de sus bandas de gaitas en Villaviciosa, en 1985. Gracias a su victoria en el concurso ‘Muestra Nacional de Música Folk para jóvenes intérpretes del Instituto de la Juventud’ pudo grabar un disco que tituló con su apellido, el que luego sería su marca personal: Hevia. Ya apuntaba tintes innovadores para el panorama del momento, pero no fue hasta 1998, con su exitoso disco Tierra de nadie, que saltó a la palestra internacional, vendió millones de copias y actuó en un centenar de festivales hasta ir a romper al mismísimo concierto de Navidad del Vaticano, en 2001.
Durante un tiempo se dedicó a vivir de lanzar ediciones especiales de su obra magna, pero en el 2000 publicó Al otra llau, que vendió medio millón de copias, y en 2003 siguió con Étnico ma non troppo. Tras su álbum Obssesion en 2007 -más tendente al chill out pero con memoria de su alma celta- en España no se supo mucho más de él, aunque siempre decía que no había parado de dar conciertos a lo largo del ancho mundo.
Su página web deja testigo de su presencia en festivales “de folk, como el Festival Interceltique de Lorient (Francia), de jazz, como el Pori Jazz Festival (Finlandia) o el Red Sea Jazz Festival (Israel), religiosos como el Otobutai en Kyoto (Japón) o el Concierto di Natale del Vaticano (2001, 2012 y 2015) retransmitido por la RAI para millones de personas en todo el mundo, de pop-rock, como el Festival de San Remo (Italia), o en festivales de nuevas músicas como el Wimad de Atenas, entre otros”.
Huida al Caribe y regreso
En 2014, el músico se trasladó con su mujer y sus dos hijas a Santo Domingo, donde se sumergió en tejer el anecdotario de un gaitero en el Caribe. Quería empaparse de la historia de la migración de sus compatriotas y convertirse en “uno de aquellos asturianos que se fueron”. "Me encontré con muchos que todavía están allá, alguno de ellos de tercera o cuarta generación, pero que siguen volviendo a Asturias todos los veranos y piensan en Asturias. Gente muy orgullosa de ser dominicanos, pero con la bandera de Asturias e interesados como si vivieran aquí", contó en la presentación de su disco.
Su intención era hacer llegar a España una cultura poco conocida aquí y mostrar que los gaiteros de antaño “no sólo tocaban jotas o muñeiras, sino también son, cumbias, tangos en Argentina…”. Se esforzó, siguiendo los consejos de un amigo, en “aprender a andar como un negro”: hasta que eso no ocurriera no podría meter “con naturalidad” la gaita en un merengue. Se trataba de respetar las tradiciones y cómo se han ido hilvanando en la historia, no sólo superponer sonidos. “En República Dominicana he conseguido un reto grande, que es hacer que los criollos bailen merengue tocado con una gaita. Si la gente se lo pasa bien y conseguimos que bailen un merengue al son de la gaita y además hemos rescatados un poco la historia de los gaiteros indianos y criollos, el objetivo está cumplido”, señaló.
Defensa del asturiano (sin independencia)
Hevia también es miembro de honor en la Academia de la Lengua Asturiana desde 2009, después de largos años participando en campañas no partidistas en defensa de su lengua, leyendo en manifestaciones y liderando el Doi la cara pola oficialidá. Cuenta que trata de entender los nacionalismos pero que jamás ha sido independentista. “Soy defensor del español y del asturiano, las dos lenguas que se hablan en mi tierra. No entiendo que haya discriminación y reclamo una cooficialidad de ambas lenguas porque no quiero que excluyan al castellano. Me gustaría que el asturiano se estudiara en las escuelas y tuviera una supervivencia asegurada este siglo”, explicó en una entrevista a Papel.
Polémica por la 'rueda'
Su nombramiento como nuevo presidente de la SGAE -20 votos a favor, 12 abstenciones y 2 en contra- ha levantado mucho revuelo por ser Hevia uno de los defensores de la ‘rueda’ -aunque a él no le guste llamarla así-, la estafa que consiste en utilizar la franja nocturna de las emisoras televisivas para emitir temas libres de derechos con pequeñas modificaciones sinfónicas que se registran como nuevos y con los que se generan millones de euros en derechos de falsos autores. La Audiencia Nacional está investigando esta práctica, que supuestamente habría provocado un fraude de unos 100 millones de euros.
Los dos objetivos principales del gaitero son “evitar el brexit” de socios y cumplir con el requerimiento del Ministerio de Cultura sobre el funcionamiento de la sociedad: Guirao ya ha aseverado que la SGAE está “en un camino hacia el abismo” y ha reiterado que su departamento “hará todo lo posible para que se cumpla la ley”, legando a plantearse que el ministerio inste al poder judicial a que la intervenga. Además, Hevia ha recibido liquidaciones de varios millones de euros en concepto de derechos de autor a lo largo de los últimos ocho años, de los cuales, entorno al 94% provienen de la emisión de música en televisión.
Son muchos los detractores que señalan que este nombramiento contradice el artículo 50 de los Estatutos de la SGAE, que alude al conflicto de intereses y apunta como inadecuados a aquellos socios que sean "titulares, partícipes o socios de alguna empresa o entidad de cualquier tipo, usuaria habitual del repertorio de SGAE" o bien "sean administradores, consejeros o directivos de estas entidades" o "estén participadas en su propio capital por empresas usuarias del repertorio". No obstante, en este momento no existe una Comisión Deontológica que pueda interpretar la situación.
Algunos músicos se han manifestado en contra de esta decisión: “Lo que viene a ser un soplagaitas y su compañero Teo Cardalda, un idiota. Defender la rueda es una vergüenza. No hay solución para la SGAE. Debe ser eliminada para poder crear otra sociedad de gestión, por lo menos, no corrupta. ¿Es esto posible en España?”, ha opinado Niño de Elche. “Un bochorno. Nadie de la rueda puede representarnos. ¿Hay alguien que no haya trincado en la nueva Junta?”, ha sostenido Quique González. “Ojalá algún día alguien ponga un poco de sensatez en la SGAE. Hoy no ha sido ese día”, ha aseverado Pancho Varona.