Cuando Marty McFly, en su viaje al 2015, está en el 'Café 80's', además de la música de Michael Jackson, caretas de gente como Fidel Castro, o guitarras con una estética ochentera, se encuentra con una vieja máquina recreativa. Una de disparos ambientada en el oeste, que es despreciada por un pequeño Elijah Wood porque "se juega con las manos".
Los juegos antiguos llevan varios años de moda. Quizás por el amor por regresar al pasado o quizás por la calidad de esos títulos, que aguantan el paso de los años. Y al contrario de lo que cree el personaje de Wood (actualmente colaborando en la creación y actuación videojuegos) en la cinta de viajes en el tiempo, se puede aprender mucho al revisitarlos, incluso cuando ha pasado tanto tiempo.
Con PlayStation Classic, la versión mini de la primera consola de Sony (lanzada originalmente en 1994), esto se aprecian varios ejemplos de ello.
Una dificultad diferente
Hay una creencia muy extendida de que los juegos antes eran más difíciles. Y rejugando algunos de los 20 títulos que se incluyen en la consola así lo parece. Pocos títulos de la actualidad (fuera de la escuela Dark Souls) provocan que el personaje muera en los primeros compases del juego. Algo que sí pasaba en títulos antiguos, que elevaban el nivel de reto.
En juegos como Resident Evil, Syphon Filter, Oddworld: Abe's Oddysee o Metal Gear se evidencia esto y tiene una explicación. Los controles antes eran menos precisos, más bruscos, y los movimientos, más complicados de ejecutar. además, los instantes iniciales del juego no eran necesariamente un tutorial como ocurre ahora.
Encender y jugar
No se sabe lo que se tiene hasta que se pierde. O en este caso hasta que se encuentra otra vez. Eso de encender el sistema y ponerse a jugar, sin excesivas cargas, parece ahora mismo un lujo, pero era lo habitual y lógico en los 90.
Lo mismo respecto a los DLCs. Cuando se tiene un juego se tiene completo y no hay que preocuparse de comprar contenido extra ni nada similar.
La crema facial de las 2D
La PlayStation original nació en el momento en el que todos los juegos empezaban a poner sus ojos en las tres dimensiones. Sus primeros pasos impresionaron mucho en su momento... pero ahora, en la época del fotorrealismo, han quedado absolutamente desfasados.
No ocurre lo mismo con las 2D que no han dado un salto tan diferencial de calidad. Por ello juegos que vienen de serie en la consola como Rayman o Wild Arms tienen mejor aspecto según los ojos de 2018 que otros que en su momento impactaban más como Syphon Filter o Twisted Metal.
Las buenas historias siempre lo serán
Hay algo que aguanta todo lo que le echen: un buen argumento. Una escena que tenga significado y sepa trasladarlo con sus medios lo hará ahora y dentro de 20 años. Un personaje bien conseguido hará lo mismo. Nada de ello envejece, los sentimientos están por encima de eso.
Es por ello que el argumento de un juego Final Fantasy VII, con la música a cargo de Nobuo Uematsu, y sus personajes, son eternos. Sigue dando escalofríos, como lo hace también una escena tan bien dirigida como la llegada a Alaska de Solid Snake en Metal Gear Solid.
Géneros inmutables
Lucha, puzzle coches... Son tres géneros que han mantenido sus bases durante más de 20 años y han evolucionado en gran cantidad de matices pero sin perder nada de su esencia, algo que si ha ocurrido en otro tipo de juegos.
Y de esos géneros está bien nutrida PlayStation Classic. La fuerza la ponen Battle Arena Toshinden y Tekken 3, que permiten combates tan divertidos como los que se recuerdan. Intelligent Qube, Mr. Driller y Super Puzzle Fighter II Turbo hacen lo propio con los puzzles y la inteligencia. Lo de correr y la velocidad se lo dejan a R4: Ridge Racer Type 4 y Destruction Derby.