El filósofo y pedagogo Gregorio Luri ha presentado esta semana 'La imaginación conservadora' (Ariel), un ensayo en el que hace una defensa de las costumbres, experiencias e instituciones heredadas como herramientas para entender políticamente el mundo. Ahora que el panorama patrio se debate, en sus extremos, entre los revolucionarios que fantasean con la ruptura del sistema y los reaccionarios que lloran a los tiempos pasados, Luri defiende la figura del "conservador", es decir, del sujeto templado. Hacia el futuro, sí, pero con sus ritmos.