Una foto que enloquece al patio ibérico -incluso al que no quiere serlo-. Una foto para desquiciarlos a todos. La imagen del día de ayer, primera jornada de juicio del procés, ya torna icónica. Parece que habla sola. Quim Torra saluda a sus viejos amigos, doce investigados que giran la cabeza desde el banquillo en el Salón de Plenos del Tribunal Supremo. Todos menos uno. Oriol Junqueras, el exvicepresidente del Govern, mantiene la vista fija al frente, ignorando el gesto. Ahí el paisaje poético de la ruptura de fuerzas dentro del independentismo. Preguntado por estas tensiones en la entrevista de esta mañana con Alsina, Quim Torra ha respondido lo siguiente: “Me parece valleinclanesco que se extraigan conclusiones de una de las miles de fotos que se tomaron ayer”. Supuestamente, “media hora después” de ese momento, se “abrazó” con Junqueras.
La RAE recuerda que “valleinclanesco” es aquello “perteneciente o relativo a Ramón del Valle Inclán, escritor español, o a su obra”. También aquello “que tiene rasgos característicos de la obra de Valle-Inclán”. Ahí sus Divinas palabras, su Los cuernos de don Friolera o, muy especialmente, sus Luces de bohemia.
Lo señala el romanista, hispanista y catedrático de literatura española Mariano Baquero Goyanes en Valle-Inclán y lo valleinclanesco -un trabajo publicado en Cuadernos Hispanoamericanos, que puede consultarse en la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes-: “Lo valleinclanesco es algo que inequívocamente apunta al personalísimo tono, al muy diferenciado estilo del escritor (…) No parece demasiado atrevido sugerir que, las más de las veces, se emplea como equivalente de lo ‘esperpéntico’”.
Se refiere al poder “elusivo” del autor, para quien “la realidad se le presenta siempre como algo susceptible de radical transformación”: “Bien hacia los mágicos y musicales jardines del modernismo, o hacia los más sórdidos y prostibularios ambientes de barrio bajo”. La concepción de “esperpento” de Valle-Inclán quedó recogida en 1920, en una conversación mantenida entre el personaje Max Estrella y don Latino:
Max: -La tragedia nuestra no es tragedia.
Don Latino: -¡Pues algo será!
Max: -El Esperpento.
[…]
Max: -Los ultraístas son unos farsantes. El esperpentismo lo ha inventado Goya. Los héroes clásicos han ido a pasearse en el callejón del Gato.
Don Latino: -¡Estás completamente curda!
Max: -Los héroes clásicos reflejados en los espejos cóncavos dan el Esperpento. El sentido trágico de la vida española sólo puede darse con una estética sistemáticamente deformada.
[…]
Max: -España es una deformación grotesca de la civilización europea.
Don Latino: -¡Pudiera! Yo me inhibo.
Max: -Las imágenes más bellas en un espejo cóncavo son absurdas.
Don Latino: -Conforme. Pero a mí me divierte mirarme en los espejos de la calle del Gato.
Max: -Y a mí. La deformación deja de serlo cuando está sujeta a una matemática perfecta. Mi estética actual es transformar con matemática de espejo cóncavo las normas clásicas.
Ahí hay pistas fundamentales: ojo a “el sentido trágico de la vida española sólo puede darse con una estética sistemáticamente deformada” o “las imágenes más bellas en un espejo cóncavo son absurdas”. Esclarecedor.
En todo esperpento, señala Baquero Goyanes, “hay un deseo consciente de evitar cuanto pueda sonar a ‘transcripción fotográfica de la realidad’, sustituyéndola por su voluntaria y abultada deformación”. Esta idea encaja perfectamente con el sentido que Torra ha querido darle al término al referirse a la imagen interpretada por analistas políticos y medios de comunicación. El president se ha apropiado del castizo Valle-Inclán para defender el separatismo y su presunta cohesión.