El pianista y escritor británico James Rhodes ama España: apenas hay más verdades que esa en la vida. Desde que pisó tierra ibérica, recuerda constantemente cómo adora las croquetas, la siesta, el Thyssen, la Cava Baja, los paseos pausados al caer la tarde, las obras del teatro Kamikaze -últimamente le fascinó Hermanas, protagonizada por Bárbara Lennie e Irene Escolar-, el precio del seguro médico, el vocabulario cervantino, el gazpacho, las torrijas. Infinito etcétera. Su fascinación es encantadora, y el relato de sus descubrimientos mantiene en vilo a miles de adeptos, que andan expectantes por saber cuál será el próximo manjar o la próxima esquina madrileña de la que Rhodes caiga enamorado.
Su influencia es creciente: se entrevista con el presidente del Gobierno, conoce a Almodóvar, toca en la gala de los Goya. Sin embargo, las primeras tiranteces afloran. Cuanto más tiempo pasa aquí, más comienza a verle grietas al país que adora. Le empieza a pasar como a Machado: “Todo lo español me encanta y me indigna al mismo tiempo”. Han sido muchos los artistas que han sentido esa desazón mezclada con pasión por la tierra. Recuerden lo que escribió Cernuda: “La real para ti no es esa España obscena y deprimente en la que regentea hoy la canalla, sino esta España viva y siempre noble que Galdós en sus libros ha creado”. Aquí algunos de los rechazos que experimenta el pianista:
1. La manifestación por la unidad de España (contra Sánchez)
“Mucha gente con banderas en el metro hoy de camino al manifestación. 90% blancos, mayores de 55 años y aparentemente ricos (el uniforme del barrio Salamanca). ¿No son exactamente las mismas personas que nos metieron en este maldito desastre en primer lugar?”, escribió.
2. Hermann Tertsch
El primer punto llega al segundo. Expresar sus reticencias ante la manifestación liderada por PP, Vox y Ciudadanos le granjeó fuertes críticas. Entre ellas, la del polémico Tertsch, que pronto arremetió contra el pianista con dureza: “Un gilipollas que viene a España y se sorprende de que más del 90% de los españoles sean blancos merece que lo manden a la mierda. Si encima miente para dañar a la gente sencilla y joven que ha acudido a la manifestación a defender España de la traición además es un indeseable”. Rhodes contestó: “Hombre. Eres periodista profesional. Compórtate como uno. No hubo insulto (al menos en mi tweet), solo una observación y una pregunta. Y, sin embargo, su elección de vocabulario parece un poquito hiperbólica...".
La reyerta fue a más, y James acabó aconsejándole “amistosamente” que mejor tuitease “sobrio”. Más tarde explicó a sus seguidores lo siguiente: “Para aclarar: Fue una generalización innecesaria. Pero mi experiencia en el Reino Unido y hoy en el metro fue que muchos (incluso la mayoría) que son fanáticos de Abascal y de la extrema derecha caen en esa categoría. Y para mí, viniendo del infierno del Brexit, es muy aterrador”.
3. Vox
“Me hacéis Voxmitar”, compartió en forma de ilustración. “Me encanta Twitter. Alguien intentando defender a Vox en respuesta a uno de mis tweets , y, mágicamente, 8 personas deletrean ‘gilipollas’ con una simetría perfecta”, bromeó en otra ocasión. “Tres autobúses con el letrero "Vox" en la ventana pasaron junto a mí mientras conducían a Plaza Colón. No hay peor sordo que el que no quiere oír #NoVoyConElFascismo #YoNoVoy”, escribió también el día de la concentración.
4. La dejadez política ante el abuso infantil
“¿Por qué la #LeyContraViolenciaInfancia no se está tramitando como URGENTE? ¿Cómo es posible @sanchezcastejon? Sé que para vosotros es una prioridad. ¿Qué ha pasado? ¡Me prometiste!”, recriminó al presidente del Gobierno, que le había asegurado que pronto su equipo se pondría a trabajar en ello. “Debido a que el presupuesto no fue aprobado, la nueva ley ahora definitivamente no será aprobada. Por razones que no puedo entender, la mayoría de los políticos son, literalmente, cómplices de destruir las vidas de niños en España. Sé que al final vamos a ganar. Seguiré luchando”, ha sido su último comentario al respecto.
5. La sordera de la Iglesia ante el mismo drama
Ante una noticia que denunciaba abuso infantil por parte de los salesianos de Deusto, Rhodes escribió: “Cada puto día, otro caso. Me pregunto cuándo este gobierno despertará... Porque obviamente la iglesia nunca lo hará”.
6. Las resoluciones judiciales frente a las violaciones
Con el caso de La Manada, Rhodes ya se manifestó con contundencia. También lo ha hecho frente a la sentencia dictada por un juez en el caso del hombre que violó a una niña desde que tenía 5 años hasta que cumplió los 10. “El sistema legal de España me hace querer vomitar”, lanzó.
7. Las burocracias eternas en Extranjería
“Mañana vuelvo a Extranjería Ministerio del Interior en Padre Piquer para intentar obtener un certificado una vez más. Si escucho ‘vuelva usted mañana señor’ voy a enloquecer. Porfa porfa porfa”, escribió. Finalmente, eso sí, hubo feliz resultado: “Mi primer paso para conseguir un pasaporte español. Casi empecé a llorar. El equipo de la Extranjería del Ministerio del Interior fue muy útil. Me siento muy agradecido. Ilusión total”.
8. El sensacionalismo mediático patrio
“La cobertura 24/7 del pequeño Julen se está volviendo tan morbosa ahora. Duelo familiar, lágrimas y voyeurismo. Ojalá solo informaran los hechos y nada más, con un poco de respeto. O estoy equivocado?”, opinó.
9. Los resultados "injustos"
No le gusta que pierda el Betis. Es fan de Joaquín.