Investigadores de la Universitat de Barcelona (UB) han hallado en el yacimiento de L'Hort de la Boquera, en Margalef de Montsant (Tarragona), una pieza "única y excepcional" de arte rupestre paleolítico con una escena narrativa de humanos y grullas y que introduce el comienzo de la narrativa en el arte paleolítico europeo.
Hallada en 2011 y acabada de estudiar este 2019 -con publicación en la revista L'Anthropologie- la pieza está datada hace 12.500 años, ha detallado en rueda de prensa este lunes la profesora titular de Prehistoria y directora de la excavación, Pilar Garcia-Argüelles.
Con unos 50 centímetros excavados desde 1998, la excavación se sitúa en una zona muy "rica y fértil", en un yacimiento habitado a temporadas y del que se han extraído 34.298 restos arqueológicos, entre herramientas, restos de huesos de caza, caracoles y otros a la espera de excavar todavía unos 40 centímetros.
Según el profesor de Prehistoria de la universidad, Jordi Nadal, las aves no eran figuras frecuentes del arte paleolítico, sino que generalmente se dibujaban mamíferos, y por esta excepcionalidad ha reivindicado esta pieza como "obra maestra".
En esta pieza, la grulla aparece grabada de un modo muy realista, y su aparición en el grabado pudo representar los ciclos de cambio anuales, y ser interpretada como un animal relacionado "simbólicamente como regeneración de la vida".
"Obra maestra"
Tras su recuperación en el yacimiento, se limpió y restauró antes de proceder a su estudio, de lo que se encargó la experta mundial en arte rupestre e investigadora Icrea Inés Domingo, que ha insistido en que es "obra maestra de la prehistoria catalana y europea, pero también de todos los humanos".
"Representa un momento puntual del paleolítico: el comienzo de la narrativa", ha detallado Domingo, que ha descrito que integran la escena cinco figuras, dos de ellas antropomorfas, una central identificada como un signo -quizás una letra o un arma- y dos animales: la grulla central y lo que "parece" su cría.
Las figuras antropomorfas, muy esquemáticas según la estética de aquella época, muestran la relación entre hombres y animales: "Son figuras bípedas, con cabeza, brazos y glúteos". En cuanto a la grulla, claramente se aprecia un pájaro, y una figura esquemática difícil de interpretar por la falta de rasgos anatómicos, pero que se ha interpretado como una cría por su posición bajo la grulla, como se ha hallado en otros yacimientos.
Lo que hace única a esta pieza es que aparecen juntos animales y aves, y que "conforman una escena", representados en fila, pareciendo que todos van en la misma dirección adoptando una escena de tipo narrativo. De hecho, esta pieza se enmarca en un momento de transición en el que hay un cambio en la manera de representar los dibujos: "Hay un cambio cognitivo por el que dejan de representar figuras y empiezan a hacer asociaciones escénicas".
Solamente otras dos escenas ilustran aves junto a humanos -una en Mège y otra en Gönnersdorf-, pero no en las mismas condiciones de escena narrativa, lo que la hace única porque es la única donde participan animales y pájaros en un sentido narrativo, y merecedora de incluirse en una exposición que prepara el Museo de Arqueología de Catalunya en noviembre.