Un Tío Blanco Hetero: "El feminismo fomenta la mojigatería, la represión y el discurso antisexo"
“Es una aberración que ahora se necesite un ‘sí explícito’ para follar” / "El feminismo ha convertido a los consumidores de porno en potenciales violadores".
31 marzo, 2019 01:56Un Tío Blanco Hetero -Sergio para los amigos- nació en 1988 y se dedica al diseño, la ilustración y el guion, pero cuando se pone la máscara y las gafas de mosca es el súpervillano favorito de ese varón occidental que aún desea a las mujeres, pero cada vez más a disgusto: ha venido a ser la voz de los tipos que se sienten amenazados en un mundo donde el discurso feminista puja con fuerza creciente. "He perdido la cuenta de todos los privilegios que tengo", ironiza en su biografía de Twitter.
Su canal de Youtube ya cuenta con más de 230.000 suscriptores: desde ahí monta la guerrilla. Charlamos con Sergio sobre género y seducción, sobre sus experiencias en Tinder, sobre prostitución y pornografía. Hasta sobre las inseguridades masculinas a la hora de enfrentarse al sexo. Y a la belleza. Y a los umbrales de la virilidad.
Va sin máscara y se le nota: el irritante era el personaje. Aquí, en esta entrevista que dura tres cervezas al sol en el barrio de La Latina, sólo hay un joven que disiente. "¿Qué es lo normal? Lo normal no existe": esto lo repetirá varias veces.
¿Crees que el hombre blanco heterosexual está marginado en la sociedad?
Me parece una afirmación muy fuerte, la de decir que “el hombre blanco hetero está marginado en la sociedad”.
Es de lo que se quejan algunos de los hombres blancos heterosexuales.
Es cierto, pero lo que sí es verdad es que está atacado desde muchos frentes. Si hablamos del frente de todo el activismo LGTB, lo heterosexual está atacado; si hablamos del activismo antirracista, es el hombre blanco el opresor; si hablamos del activismo feminista, es el hecho de que sea un hombre la personificación de todos los males y las opresiones sobre las mujeres. Desde ese punto de vista, me parecía interesante llamarme “hombre blanco hetero” ya no tanto de una forma de reivindicación identitaria como de decir: “Los tíos blancos heterosexuales también estamos aquí”.
Es una percepción un poco absurda, ¿no? Esto no se canjea en ningún tipo de estructura: los hombres blancos heterosexuales siguen siendo los grandes líderes del mundo.
Sí y no. Lo de que no se canjea en ningún tipo de estructura yo no lo veo tan claro.
Cuéntame.
Tenemos ahora mismo una ley con la que he sido muy crítico, que es la Ley Integral de Violencia de Género, que apunta directamente al varón.
¿Por qué estás en contra de esta ley?
Por todas las razones posibles. Hay pocas cosas dentro de esa ley que yo entienda como justificadas. Hace poco el Tribunal Supremo dio una sentencia: era por una disputa que hubo dentro de una pareja íntima, y se eliminaba absolutamente el contexto a la hora de juzgar lo que estaba sucediendo. Se juzgaba al hombre por ser hombre y a la mujer, bajo otros códigos, por ser mujer. El hecho de que exista una asimetría penal y que nos acerquemos al derecho penal de autor me parece que está absolutamente fuera de lugar.
Si existe una desigualdad social, es lógico que la ley, para ser justa, se adapte, ¿no? Por ejemplo: si el hombre tiene superioridad física frente a la mujer y si son inmensa mayoría los asesinatos de hombres hacia mujeres, y no viceversa, ¿cómo no va la ley a contemplar esa situación, que además se viene perpetuando por siglos? Ni siquiera es algo circunstancial ni temporal.
Estoy de acuerdo con eso, pero la cosa es: no podemos eliminar todo contexto de esas dinámicas de violencia que pueda haber en el ámbito de la pareja. Leí hace poco un caso sobre una señora que había matado a su novio. Todo su círculo decía que era violenta, celosa, que cuando el novio le dijo que quería dejarla, la tía le convenció para que se quedase en su casa y le asesinó con 30 puñaladas mientras dormía, después de asesinarle llamó a su madre para decirle que si no era para ella, no sería para nadie… si tenemos en cuenta que estos casos existen (aunque cuantitativamente sean menores), no podemos decirles a estas personas que ellos van a tener un amparo diferente bajo la ley simplemente porque son hombres. A mí me parece una forma de machismo, además, porque es como quitarle a la mujer la posibilidad de ejercer una relación de poder frente al hombre dentro del ámbito de la pareja, y someter ella al hombre. Eso es debilitar o cuestionar el poder de las mujeres.
¿Qué hay de la cuestión biológica?
Sí, sí, pero yo creo que la ley debería centrarse en los contextos de las violencias, y si tiene que haber un agravante porque hay una clara superioridad física frente a la mujer, que ese agravante caiga sobre el hombre.
¿Qué propuesta disuasoria tienes, entonces, para reducir la media de 50 asesinatos de mujeres al año a manos de sus parejas o exparejas?
Es algo muy complicado, porque al final… a mí me gusta relativizar estas cosas. Vale, hay 50 asesinatos y eso es inadmisible, ¿con respecto a qué? Me da la sensación de que lo que se plantea es que con ciertas medidas se eliminarían los asesinatos o la violencia sexual, y es rollo: no. La violencia no va a desaparecer. Eso forma parte del terreno de la fantasía.
Has dicho en alguna ocasión que no eres machista. Serás feminista, entonces.
No, es que yo no veo esos polos de o machista o feminista.
¿Qué problema tienes con el concepto?
Muchos. Me han criticado mucho por no decir la palabra “feminazi”, porque no me gusta frivolizar con nombres o apelativos relacionados con cómo piense cada persona. Pero tampoco me gusta esta contradicción: “Si no eres feminista, desde luego eres machista o machirulo, señoro, o ponga usted el adjetivo que le dé la gana ahí”. Lo que significa “feminismo” ahora mismo no es “igualdad entre hombres y mujeres”, por mucho que lo diga la RAE. ¿Quién no va a estar de acuerdo con la igualdad jurídica o la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres? Todo el mundo. La cosa es que usan ese concepto para introducir doctrinas con las que no estoy de acuerdo. La gente que capitaliza el feminismo defiende una asimetría legal, una criminalización del varón por el hecho de ser hombre, defiende unas cuotas… una serie de cosas que entran en contradicción con la igualdad. Se ha manoseado el concepto.
¿Qué resquicios machistas encuentras en España?
Es complicado. Me imagino que todavía quedarán cosas que resolver, ¿sabes? La relación entre los hombres y las mujeres es algo complicado. El hecho de que las mujeres se queden embarazadas y cómo se concilia eso con la vida laboral es un problema con el que todavía estamos lidiando. Esto sí que podría ser algo en lo que podríamos entrar.
¿Eso es todo?
No sé, dame ideas.
Se me ocurre la violencia sexual.
Es algo perseguido por la ley.
Es algo eminentemente machista.
Sí, podríamos… entender que la violencia sexual puede tener en algunos casos connotaciones machistas. En otros casos no. A mí es que lo de juzgar todo tipo de crímenes a partir de un supuesto global, que sería el machismo… no me convence. Hay que matizar. A mí siempre me ha interesado la cuestión de la criminología, me interesa cómo funciona la mente de un asesino en serie, de un violador en serie… es algo muy complejo, tiene muchos grises, y apelar al reduccionismo de que simplemente es “machismo”, “patriarcado”, “opresión sistemática”… es una resolución bastante sencilla y bastante débil.
El hombre supone más del 90% de la población carcelaria en España. ¿No es mucho? ¿No se puede relacionar ese índice de criminalidad con el hecho de ser hombre?
Sí, es muchísimo. El hombre está más predispuesto a la violencia física que la mujer. Las mujeres tienen otras formas de ejercer la violencia. Mira el suicidio: los hombres se suicidan más, pero las mujeres intentan suicidarse más que los hombres, y no lo consiguen. Los hombres tienen más facilidad a la hora de ejercer esa “violencia letal”, como lo llamaban en el estudio. Yo no tengo ningún problema en aceptar que los hombres y las mujeres somos diferentes, y pensar que las mujeres equipararán a los hombres en las tasas de criminalidad me vuelve a parecer que pertenece al terreno de la fantasía. “Ojalá todos seamos homogéneos...”. Sería un coñazo.
He leído que tiras de Tinder. ¿Cómo te relacionas con las mujeres con las que quieres tener sexo?
No tengo ningún problema. Fíjate: sobre todo, desde que soy Un Tío Blanco Hetero. Empecé con el personaje teniendo novia, luego a los tres-cuatro meses lo acabamos dejando (sin tener relación con el canal), y a partir de ahí he vuelto a la vida de soltero y bastante contento. Mucha gente me ha preguntado cómo ha cambiado mi vida sexual a partir de ser el personaje este y tal, y es verdad que ha cambiado hasta cierto punto. Antes de tener pareja, salía más, iba más a discotecas, tenía una vida sexual más activa… sí buscaba acercamiento hacia el otro sexo. Ahora sigo teniendo una vida sexual activa pero divago más. A lo mejor las necesidades que tenía con 25 años no las tengo ya.
Te estás haciendo mayor. Ahora quieres conversar.
¡Ahora con 30 años…! Es como: tío, ¿en serio tengo que ir a una discoteca, hablar con mujeres, relacionarme, acercarme a alguien...? Esa presión. La gente no habla de eso, pero hay mucha presión sobre los hombres a la hora de acercarse a las chicas en una discoteca. En ese contexto de flirteo. Ahora mismo no tengo esas necesidades. Pero también es cierto que el hecho de moverme más en redes sociales o tener cierta influencia me ha abierto las puertas a conocer a gente de otras formas.
¿Has sentido alguna vez que tu valor como hombre estaba ligado a tu número de conquistas?
Qué pregunta, eh. Sí es cierto que hay algo alrededor de nuestra autoestima que puede tener que ver con el éxito que tengas con el sexo opuesto. Esta presión la tenemos los hombres y creo que las mujeres la experimentan de forma distinta. Siempre se ha valorado más que un hombre tenga muchas parejas sexuales y se ha criticado más que la mujer lo haga. Es algo que forma parte de una evolución social bastante determinada.
¿Machista, dices?
Bueno.
¿Alguna vez has tenido sexo sin ganas?
Sí. Hay mujeres que se han acostado conmigo y si yo hubiese sido una mujer, a ojos de una feminista habría sido una violación. Recuerdo una experiencia con una chica americana. Yo realmente me quería ir, y recuerdo que ella me cogió y me dijo algo como “tú todavía no te puedes ir, no hemos terminado”. Yo no combatí aquello con vehemencia absoluta, no dije “me largo de aquí” ni nada. Dije “bueno, pues nada, seguimos aquí un rato más”. Me dejé llevar.
¿Te arrepentiste, sentiste culpa?
No, no. Hay cierta cultura alrededor de las víctimas de cómo se deberían sentir. Parece que si una víctima no se siente de una determinada manera hacia x encuentros sexuales no deseados, es una mala víctima. Y digo “víctima” entre comillas, porque yo no me considero una.
Dices que el “sí” explícito no siempre se da. ¿Cómo distingues cuando una chica quiere tener algo contigo?
Joder, yo creo que hay un lenguaje no verbal que casi todo el mundo puede entender. Y dentro de ese lenguaje sexual, que tiende a ser no verbal, puede haber momentos en que nos equivoquemos, puede haber momentos en que yo entienda una cosa y no sea eso, o en el que haya un malentendido global, o lo que sea. Pero de ahí a coger estos momentos y extrapolarlos al maniqueísmo de “cualquier cosa que se salga de esta línea que nosotras acabamos de establecer es violación”… no, no. Hay que ser críticos y responsables con el discurso que tenemos alrededor de ese tipo de dinámicas. Yo creo que hay unos gestos y una empatía que se tiene cuando dos personas están follando y no se puede ignorar, está ahí y forma parte de nosotros.
Hay una cosa que decía Paglia y me gusta mucho y es que el sexo formaba un puente entre lo que es la cultura y lo que es la naturaleza. Es genial. Es verdad que el sexo es uno de los pocos momentos en que dejamos florecer nuestros instintos más primitivos. Y por otro lado, no podemos simplemente dejarnos llevar por esos impulsos primitivos, hay un lenguaje con la otra persona que no se puede ignorar y es la parte social. Me da la sensación de que los agresores sexuales no saben controlar sus impulsos primitivos y no saben adaptarse a esas normas sociales que hemos acordado.
Has dicho algo interesante que es el “follar con empatía”. Eso también lo pide el feminismo. Hubo quien criticó ese concepto a Carmen Magdaleno, pero la empatía es asequible: prácticamente lo que se tiene cuando bajas a por el pan y ves al panadero llorar, y le preguntas si necesita algo. Muchos sintieron que ser empático era algo hercúleo.
Habrá que ver a qué nos referimos con “follar con empatía”. Si “follar con empatía” es acordar verbalmente cada paso que hacemos durante el sexo con el otro, no. Lo de “sólo sí es sí” iba dentro de esa lógica. Parece que ahora necesitas un sí explícito para follar, y a mí eso me parece una aberración, porque en la mayoría de relaciones sexuales que tiene la gente, ese sí explícito no existe. Tú entiendes que si la otra persona te está besando de forma salvaje, ahí hay un sí explícito.
¿Crees que alguna mujer ha tenido relaciones contigo y no quería?
Es una pregunta muy compleja. Tiene trampa.
Depende de cómo la respondas.
Yo no soy un ser omnisciente que está en la cabeza de todas las parejas sexuales que he tenido en mi vida.
Te pregunto por sensaciones. ¿Tienes la sensación de que eso haya ocurrido?
No, no tengo la sensación de que haya tenido relaciones sexuales con alguien que no quería tener sexo conmigo. Sí que es verdad que con la pareja estable más larga que he tenido, que fueron como tres años, a veces hemos tenido sexo los dos en momentos en los que no nos apetecía del todo tener sexo. Simplemente por la insistencia del uno o del otro, hemos cedido. Pero me parece que eso forma parte de las dinámicas que pueden existir en una pareja.
En el caso de La Manada se han explorado los límites del consentimiento. Ahora han hecho hasta la obra de teatro y eso hace que mucha gente reflexione sobre ello. ¿Qué opinión tienes sobre la sentencia?
Es algo muy complejo. Creo que de forma abierta jamás me he pronunciado. Hay 300 páginas de sentencia y 200 de esas páginas pertenecen al voto particular. A mí cualquier persona que pueda leerse toda la sentencia y tener una idea absoluta sobre lo que sucedió allí, sin ningún tipo de duda, me parece alguien temerario en su pensamiento. Yo me he leído la sentencia y no te sabría decir una conclusión absoluta sobre lo que allí sucedió o dejó de suceder.
¿Eres regulacionista de la prostitución?
Sí, desde luego soy regulacionista. No soy del team Towanda Rebels.
¿Has recurrido a la prostitución?
No.
¿Por qué?
Pues a lo mejor porque nunca me he sentido en la necesidad de consumir prostitución, probablemente. Si fuese una persona a la que le costase muchísimo tener relaciones sexuales, no te diría que jamás la consumiría ni que jamás la consumiré. Pero nunca he llegado a tener la necesidad de consumir prostitución.
Pero antes decías que cada vez te da más pereza el cortejo en la discoteca: esto de “tener que hablar”. Hay ciertos puteros que justifican su actuación diciendo que prefieren ahorrarse toda la parte de la seducción y llegar directamente al resultado final, el sexo, mediante pago.
Me parece un argumento legítimo. Por eso no te voy a decir que jamás consumiré prostitución. No me siento moralmente interpelado por el hecho de que consumir prostitución lo considere algo inmoral. Hay gente que la consume, gente que no. Yo entiendo que si en su pleno derecho dos personas quieren hacer algún tipo de acuerdo entre ellas para tener relaciones sexuales, y es algo que mantiene ciertas legales, adelante. Me refiero: a que la mujer no forme parte de la trata de blancas, a que no esté esclavizada sexualmente. A mí me molesta mucho el discurso que hay alrededor de la prostitución. Me molestan cosas como las que dice Carmen Calvo: “La prostitución no es el oficio más antiguo del mundo, sino que es la forma de esclavitud más antigua del mundo”. Coño, habría que decirle a Carmen Calvo que la forma en la que históricamente las mujeres han sido libres en muchos aspectos de una forma jurídica, ha sido a través de la prostitución.
Pero estamos en España y en 2019. Eso era en Mesopotamia, ¿no?
Pues sí, y en Grecia también pasaba.
¿No crees que supone aprovecharse de una situación de vulnerabilidad? Pongámosle que mañana vas a un prostíbulo. ¿Cómo puedes saber que esa mujer no está sometida a un proxeneta? ¿Tienes alguna manera de comprobarlo? Especialmente sabiendo que la gran mayoría de prostitutas pertenecen a una clase social baja, son inmigrantes y están en peligro de exclusión. ¿Con qué legitimidad te acuestas con esa mujer y luego le dejas el dinero en la mesilla?
¿Con qué legitimidad? Claro, ahí estamos entrando en unos supuestos… parece que yo como consumidor debería saber exactamente la situación social, económica y vital de todas las personas que ejercen la prostitución. Es muy complicado. Y a mí me parece egoísta desde el punto de vista de la gente que defiende el abolicionismo y que los puteros son violadores: ¿ellos son responsables de esa situación, deben tener ese conocimiento? A mí me parece algo que no entra dentro del criterio de lo que debería ser un consumidor de prostitución.
O sea, que hasta que no se regule, no la consumirías. Porque dentro de la alegalidad, tener sexo con una mujer prostituida supondría aprovecharse de una presunta trabajadora sin papeles.
No, porque estás acotando la cuestión, como si todas las prostitutas formasen parte de una clase social determinada, y no estoy de acuerdo. Hay prostitutas que no son inmigrantes, que no están en riesgo de exclusión, etc. Hay pluralidad entre la gente que ejerce la prostitución. Una cosa es irte a un polígono y coger a una prostituta que está en una situación muy determinada, pero hay otras en pisos francos, por ejemplo.
Vamos, que puestos a pedir, te vas con una escort.
¡Que es una posibilidad irse con una escort…! Nos sorprendería, eh. Podríamos profundizar en el hecho de quién ejerce la prostitución: hay escorts de lujo, de no tan lujo, y las dos personas lo pueden hacer desde el conocimiento total de su situación y el consentimiento.
¿Por qué no hay puticlubs para mujeres?
No lo sé. A lo mejor no hay la misma demanda sexual de las mujeres a los hombres que de los hombres a las mujeres. Pero sí pagáis por sexo, las mujeres. Hay servicios de prostitución masculina. Se persigue la prostitución en un ámbito muy concreto, que es el heterosexual y de hombres a mujeres, pero hay prostitución de hombres hacia hombres, la habrá de mujeres hacia mujeres… el otro día apareció en una entrevista una prostituta que sólo se relacionaba con personas de género no normativo, que es rollo “vete tú a saber de lo que estáis hablando”.
Sabes que la ley se hace en base a generalidades, no en base a excepciones.
Creo que no hay datos suficientes, no hay estudios serios sobre el tema para poder abordarlo.
¿Cuáles son las mayores inseguridades de Un Tío Blanco Hetero a la hora de enfrentarse a una relación sexual?
Pues fíjate, yo creo que las inseguridades que tengo (con las que creo que se pueden sentir representados muchos tíos blancos heterosexuales) se basan en la presión. Hay un momento en que se puede llegar a juzgar nuestro carácter, nuestra personalidad, por nuestro rendimiento sexual. Es decir: yo muchas veces noto cierta presión cuando voy a mantener relaciones sexuales de mantener… ya no un estatus, pero sí cumplir ciertas expectativas.
¿Con la expectativa del macho ibérico?
Defíneme macho ibérico.
Hombre patrio, testosterónico, rudo, incansable…
No, no me refiero a incansable, sino a mantener unas relaciones sexuales donde la mujer quede satisfecha. Hay una especie de cliché alrededor de que las mujeres tienen que hacer disfrutar al hombre, pero yo toda la vida he entendido lo contrario, que soy yo el que tiene que hacer disfrutar a la mujer, soy yo el que tiene que rendir y soy yo el que tiene que mantener una relación sexual en la que si ella no queda satisfecha, queda en entredicho mi masculinidad.
¿El tamaño importa? ¿Qué hay de la relación de los hombres blancos heterosexuales con su miembro?
Es una pregunta interesante ésta. Me la haces a mí aunque yo no a priori no he sentido nunca esa presión alrededor del tamaño de mi pene, pero entiendo que muchos tíos que no cumplen con las expectativas del miembro erecto masculino sí pueden tener esos pensamientos. He preguntado a amigas y a parejas: ¿te has encontrado alguna vez con un pene enano, qué es eso, cómo se siente el otro, cómo te lo muestra? Yo me alegro de no formar parte de esa pequeña minoría que tienen un micropene. Existe el otro lado de la moneda de que una amiga te cuenta “me he encontrado un pene gigante, lo he visto y he dicho: no vamos a follar”. Supongo que los hombres con micropene encuentran otras formas de satisfacer a sus parejas… no sé, lo mismo son la envidia del resto de tíos. A mí me parece maravilloso eso. Igual se afanan en el sexo oral. Creo que hay que hablar las cosas y tratar de entender qué le gusta a tu compañero o a tu compañera.
¿El feminismo está neutralizando la figura del empotrador?
No, no. Creo que la demanda por esos tipos de macho ibérico sigue estando ahí, y creo que es algo que en el terreno de la fantasía podemos imaginar lo contrario, pero en la vida real esa demanda es algo señalado. El deseo por un hombre dominante o empotrador es algo que no ha desaparecido y que nunca desaparecerá, otra cosa es que sea incorrecto decirlo de una forma abierta.
¿Cuál es el mayor tabú sexual de la España de 2019?
Hombre, ahora parece que la mojigatería está subiendo como la espuma, y me parece que el feminismo está fomentando esa mojigatería y esa represión y ese discurso antisexo. Es algo que más allá de cuatro monjas, deberíamos todos luchar por combatir. Me parece que está habiendo unos ataques brutales hacia la pornografía, por ejemplo, lo que yo considero minorías sexuales. No podemos convertir a los consumidores de porno en potenciales abusadores sexuales, en potenciales violadores… eso es lo que está haciendo el feminismo.
¿No crees que la pornografía fomenta que los pornonativos (críos que tienen su primera experiencia sexual con el porno, a la media de los 11 años) tiendan a ser más violentos, o quizá tiendan a entender las relaciones sexuales de una manera que no es la real?
Es posible, y creo que ahora mismo no tenemos ningún estudio honesto que nos indique cómo intercede esa forma que tienen los chavales de acercarse al sexo a través del porno en sus vidas románticas o personales. Las cosas han cambiado mucho: cuando en mi época alguien tenía una Playboy, aquello era el Santo Grial. Nos la pasábamos, flipábamos, lo entendíamos de una forma prohibida y por eso nos atraía tanto… ahora hay pornografía a la carta. En el móvil puedo poner “culos grandes, rubias, tríos y anal” y te aparece. ¿Eso puede tener un efecto en el crecimiento de los chavales? Sí lo puede tener.
¿Consumes pornografía todos los días?
No.
¿Cada cuánto?
Cada vez que me apetece masturbarme y no estoy con una mujer. Una vez cada dos días o tres días, tal vez.
¿Y cómo te afecta a ti la pornografía: ha cambiado algo tu imaginario sexual, tu deseo?
No creo. Mi deseo, y mis filias, y las cosas que me ponen cachondo pueden tener una dirección muy determinada… y el hecho de pensar que la pornografía fomenta eso es un error. La pornografía alimenta nuestras fantasías. No es que la pornografía sea violenta y entonces a nosotros nos encante esa pornografía violenta y queramos reproducirla en nuestras relaciones sexuales… a mí me parece que hay gente que tiene fantasías violentas en el sexo (más o menos normativas), y a partir de ahí consumen una pornografía muy específica y muy determinada. A mí no me interesa la pornografía violenta. En absoluto.