“¿Quieren guerra? Aquí estoy yo”. Jesús Gil fue el villano favorito de este patio ibérico y HBO, que lo sabe, piensa consagrarlo -o quizás dinamitarlo del todo- convirtiéndolo en el protagonista de una serie documental llamada El pionero. Más que un hombre descarrachante, excesivo y de moral cuestionable, Gil era llanamente un personaje literario, un ser hiperbólico y narrativo, libérrimo, gamberro, tramposo, populista hasta la coronilla. Un obeso patrio cargado de coñas y exabruptos, un circo andante de pelo en pecho.
Gil se llamaba Gil pero venía a ser Jesucristo para los parroquianos marbellíes. Aficionado al parchís, al ping pong, al jacuzzi. Carne de karaoke, donde se arrancaba por Yo soy minero antes de gritar: “La madre que te parió, trae aquí ese gorro”. Potencial tonadillera cuando las Azúcar Moreno lo invitaban al escenario y sonaba Caramba, mientras él alentaba a las masas: “¡Vamos, Atleti, campeón!”. Tenía el escudo del club tatuado en su barco y hasta en los azulejos del fondo de su piscina. “¡Tengo los jugadores que tienen más cojones del mundo!”, bramaba, y la plebe se rendía ante sus chanzas. Gil se llamaba Gil pero venía a ser El Quijote cuando elevaba a su caballo Imperioso a la categoría de ser humano. “Es el más noble del mundo. Es una persona”. Su cocodrilo se llamaba Furia.
Visitó la cárcel tres veces: por homicidio involuntario, por malversación de caudales públicos, por falsedad documental. Como dijo José María García el día que murió, “rozando la delincuencia, Gil era buena gente”: su sinvergonzonería militante fue premiada socialmente y durante largo tiempo porque encarnaba, sin ambages, al pícaro encantador, al bribón campechano, al corrupto hilarante. Cómo no iba a amarle España, si España siempre consideró que el pillaje formaba parte de su folclore.
“Yo soy pequeñita cosa, pero la gente me quiere”, le contaba a Jesús Quintero en una de sus entrevistas míticas. Y era verdad. Por eso el documental corre el riesgo de convertir a Jesús Gil -que fue nuestro Donald Trump- en nuestro Pablo Escobar o en nuestro Sito Miñanco sureño. La ficción ha logrado que el narcotráfico mole: por qué no iba a hacer lo mismo con los trapicheos oscuros del que fuera presidente del Atlético de Madrid y alcalde de Marbella durante once años. “A mí me tiene obsesionado el Estado de Derecho”, soltaba, antes de subrayar que no creía en la política. Este antihéroe sabía tocar las teclas de nuestra idiosincrasia: está por ver si en 2019 nuestra conciencia social ha madurado tanto como para no volver a blanquearle.
Gil era una fuerza de la naturaleza, por eso era fácil que se expresara a guantazo limpio. Recuerden su reyerta con el gerente del Compostela. “Como vuelvas a mencionar el nombre de Jesús Gil, te arranco la cabeza. Eres un chorizo y un hijo de puta”, sugería, antes de lanzar un puñetazo directo a la cabeza y de ser protegido por sus guardaespaldas. “El nombre de Jesús Gil ya no lo vuelves a usar en tu puta vida”. Y chimpúm.
Hoy se le recuerda hablando por un teléfono fijo desde el jacuzzi, rodeado de señoritas en bikini que le besaban en las mejillas mientras él no abandonaba las gestiones. Se le recuerda con el micrófono enganchado a la cadena de oro en mitad del pecho desnudo, hilvanando consignas delirantes. Cuando murió de una trombosis cerebral, 15.000 adeptos acudieron a velarle en el Estadio Vicente Calderón.
1. “Dicen que soy ilegal”.
2. “Mi error ha sido tratar a los futbolistas como a personas”.
3. “Que sois unos hijos de puta...”.
4. (Sobre el Tren Valencia, jugador colombiano del Atlético): "Al negro le corto el cuello. Me cago en la puta madre que parió al negro. Ya estoy harto de aguantar. Cuando no veo actitud me cargo a mi padre”.
5. “Los negros del Ajax... Eso parecía el Congo, dicho con todos los respetos. Mirabas a un lado y había cuatro negros calentando, mirabas a otro y había cinco, y en el campo, otros tres. Salían negros de todas partes, como si fuera una máquina de hacer churros. Y conste que no soy racista"
6. (Cuando en el partido de vuelta el Ajax se negó a asistir a la comida protocolaria entre las directivas por las declaraciones anteriores. Gil dio una rueda de prensa para los medios holandeses, intentando tranquilizar las aguas): "I am white. No problem. Ahora... I think that... Excuse me. If I think that you black and say ‘black, black, black’ all day, is very bad... The color no is problem for man”.
7. “Tengo a los mejores policías de España. Les he comprado unas Harley Davidson, para joder a los demás. Y los turistas se hacen fotos con las Harley. He traído un helicóptero. Sí, tú ríete, pero en la playa de Marbella, cuando viene alguien, ve el helicóptero iluminado. Tendré yo que tomar alguna medida, ¿no?”.
8. “Ya empiezan a tener miedo. No quieren que Gil sea alcalde, estoy seguro. Gil molesta. Gil es difícil. Gil es peligroso. Gil… jorobarse, con Gil”.
9. “Iba a fichar a un jugador importante y me he enterado de que es maricón… y digo: a ese no lo meto en el vestuario”.
(Al tiempo): "No fiché a Klinsmann porque me dijeron que perdía aceite”.
10. “Yo a lo mejor tengo más de 300 millones de pesetas ya, y no sé qué hacer con ellos, y tengo mi barco que lleva dos horas de navegación. Que, por cierto, la última vez que lo he utilizado ha sido en la gran procesión, emocionante, vibrante, ¡bonita!, de todo el pueblo de Marbella. 200 barcos. Incluso hasta caer en lo irreverente, porque hacían rimas de la Virgen y de Gil, pero en tono bonito, en tono constructivo. Esa gente que me abrazaba y me besaba, ¡ese es mi pueblo de verdad! A esos son a los que había que darles los 300 millones, o los 3.000, o los 300.000 de muchos que a lo mejor lo obtienen indebidamente”.
11. “Todo el que se relaciona conmigo se hace rico. Esa es la filosofía Gil, la que tenía que tener toda España”.
12. “Yo disfruto cuando pierde el Madrid. No lo puedo remediar, ellos ya lo saben”.
13. “Yo soy el mayor demócrata de este país, aunque no te lo parezca. Me ponen fama de dictador. Yo a las nueve de la mañana soy comunista, a las diez, socialista, y a las once, de derechas. Porque ejerzo. El comunista crea puestos de trabajo, ¿el comunista, qué quiere? Que los obreros tengan dinero y darles viviendas gratis, como yo les doy. No quiero presumir de nada”.
14. “Soy el mayor comunista que ha nacido en España. ¿Qué es gobernar para los pobres…? El pueblo es insolidario, el pueblo es ingrato. Nunca hagas nada pensando que te lo van a agradecer. Es condición humana. Forma parte de la condición humana”.
15. (Cuando volvió de Las Vegas): “No voy a decir lo que me he gastado, pero si en Las Vegas te gastas sólo medio millón de pesetas, es que eres un piojoso”.
16. “Me decían que había muchas prostitutas en las calles de Marbella. Y yo llegué a hacer un convenio con 28 prostitutas para contratar sus servicios en Semana Santa, para que no salieran a la calle. Pero se acostumbraron y cuando pasó la Semana Santa, querían más lío. Yo no las eché al mar. Mentira, hombre. Siempre he tratado a la gente con corrección”.
17. “La cárcel no sirve para nada. Es un almacén de seres humanos donde te hacen más delincuente. No regenera nada, nada, nada. Yo fui líder en la cárcel, siempre he sido un líder. La primera vez que estuve detenido… fue por el hundimiento de Los Ángeles de San Rafael, porque habían muerto muchas personas y tuve que ir comprando muerto a muerto, que suena muy duro decirlo así (…) Me tocó en la cárcel con los vagos y maleantes. Yo traía comida para 20 todos los días, y uno había violado a su hija y su mujer lo había consentido. Ese era un machaca. Y el otro era uno que le había dicho a su mujer que disfrutaba más con la burra y con la cerda que con ella. Sí, eso es lo que se daba. En España se da eso, no hay que cerrar los ojos. Yo he visto todo eso”.
18. “En la cárcel hacía un frío horrible. Allí en Segovia. Ni con botas ni abrigos había manera. Un frío que te morías. Así que tuve que pactar con el cura: mire usted, somos ochenta, si quiere que vayamos a misa, usted me consigue que yo dirija lo interior y trae leña y montamos una estufa. Y así vamos a comulgar todos. Joder, pues el domingo se lo dijo al director y le interesó el tema. Esto es auténtico. El cura pactó conmigo. Yo soy católico y he hecho nueve iglesias, aunque no practico mucho. Pregúntaselo al obispo de Málaga, que está encantado”.
19. “El medraje es lícito”.
20. (A Julián Muñoz): “Yo llegué millonario a Marbella y tú estabas tieso”.
21. (Sobre la concejala de Marbella): “La golfa de Marina huele a pescado”.
22. “Mis ídolos son Jesús, Franco y el Che Guevara”.
23. “Franco era una hermanita de los pobres”.
24. (Sobre el árbitro francés Michel Vautrot): “Es un maricón y será recompensado en su afición pederasta”.
25. “No tengo miedo a ningún mediocre”.
26. (A propósito de la negociación con Gaby, la mujer de Bernd Schuster, para la renovación del jugador alemán): “Gaby, métetelo por el coño”.
27. “Para mí, echar a un entrenador es como tomarme una cerveza. Puedo echar a 20 en un año. Hasta a cien si hace falta”.
28. (Sobre los jugadores del Atleti): “Es para coger una ametralladora y fusilarlos (…) Que se mueran si no cobran. Algunos jugadores no merecen vivir”.
29. (Sobre José María García): "No voy a descansar hasta echar al Butano de España”.
(Sobre José María García, años más tarde): “José María García es el mejor periodista de España"
30. “A la puta calle, ¡venga! Siempre me toca el más tonto al lado”.
31. “A veces te tienes que rebelar, porque si cedes, mueres. Yo quiero que me entierren… yo tengo un mausoleo con 69 cuerpos en el cementerio de Madrid. Y fíjate, yo quise celebrar una vez un cóctel con los periodistas para desmitificar la muerte, pero no se atrevieron (…) ¿Que qué pondría en mi epitafio? Yo diría algo así como: aquí yace un imbécil que creyó que las cosas podían ir mejor”.