La Sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Supremo ha acordado paralizar la exhumación de los restos de Francisco Franco. El cadáver del dictador no saldrá del Valle de los Caídos el próximo 10 de junio, tal y como había fijado el Gobierno de Pedro Sánchez. Pero más allá de la propia resolución, los magistrados del tribunal están en el foco todas las críticas por una frase en la que se reconoce a Franco como "jefe del Estado desde el 1 de octubre de 1936 hasta su fallecimiento el 20 de noviembre de 1975".
¿Por qué el Supremo, que nunca se ha referido al dictador como tal, ha decidido en esta ocasión utilizar un término que a nivel histórico puede ser tachado de erróneo? Desde el tribunal se ha intentado ofrecer una explicación, pero antes conviene comprender bien los acontecimientos que tuvieron lugar en aquellos días de 1936. El 28 de septiembre, Franco fue nombrado Jefe del Gobierno del Estado por el resto de generales y mandos militares sublevados. En el decreto de la Junta de Defensa Nacional, publicado dos días más tarde, quedó plasmado este nombramiento y se establecía que Franco "asumirá todos los poderes del Nuevo Estado".
La jornada siguiente, el 1 de octubre, el cabecilla de la sublevación fue investido en la capitanía general de Burgos como jefe del Estado y no como jefe del Gobierno del Estado, que era la referencia que aparecía en el decreto. ¿A qué se debió ese cambio? Según explica el historiador Ángel Viñas a este periódico, se decidió retirar en el último momento la coletilla "del Gobierno", lo que en consecuencia puede ser entendido como "un fraude de ley (ley entre comillas porque es nombrado por una Junta sediciosa)". "No hay ninguna disposición ulterior que diga que allí donde se dice jefe del Gobierno del Estado debe entenderse jefe del Estado", expone Viñas.
Tras ser investido, Franco pronunció uno de sus discursos más célebres: "Mi general, señores generales y jefes de la Junta: Podéis estar orgullosos, recibisteis una España rota y me entregáis una España unida en un ideal unánime y grandioso. La victoria está de nuestro lado. Ponéis en mis manos España y yo os aseguro que mi pulso no temblará, que mi mano estará siempre firme… Me tengo que encargar de todos los poderes". El que en principio iba a ser nombrado como Generalísimo "mientras dure la guerra", salió como nuevo líder del Estado a pesar de las reticencias de generales como Mola o Queipo de Llano. Tres años más tarde, el bando franquista se proclamaba vencedor de la Guerra Civil y el dictador gobernaría España hasta el día de su muerte, el 20 de noviembre de 1975.
Este martes, el TS se ha referido a Franco como "jefe del Estado desde el 1 de octubre de 1936". Una afirmación que los historiadores consultados por este periódico consideran "errónea" e "imprecisa", y que en palabras de Pablo Iglesias es "una auténtica barbaridad". El líder de Podemos y el resto de críticos han manifestado su malestar al considerar que el tribunal legitima el nombramiento de Franco como jefe del Estado de toda España —no solo de la zona sublevada—, precedido del golpe de Estado del 18 de julio de 1936, en contra del régimen democrático de la Segunda República, cuya legalidad se asentaba sobre la Constitución de 1931.
Según fuentes del Tribunal Supremo consultadas por este periódico, los magistrados Jorge Rodríguez-Zapata, Pablo Lucas Murillo, Celsa Pico, Antonio Jesús Fonseca-Herrero y José Luis Requero han considerado necesario referirse a Franco como "jefe del Estado" por la "singularidad" del personaje. Es decir, aluden al cargo del dictador en el régimen franquista, sin entrar a valorar la forma en la que se produjo, para hacer hincapié en que no están valorando la exhumación de un ciudadano cualquiera.
Esas circunstancias, según se detalla en la resolución, "atribuye a toda la controversia unos rasgos especiales que no se pueden ignorar". La exhumación no se puede llevar a cabo el día 10, según los magistrados, porque en el caso de prosperar el recurso de los familiares del dictador, habría que devolver sus restos al Valle de los Caídos y "la situación que se produciría sería extraordinariamente perjudicial no sólo para los recurrentes sino también para el interés público por las singulares y únicas circunstancias que concurren en este caso". En otros términos, las mismas fuentes explican la decisión por "irreversibilidad material".
En cuanto al hecho de reconocer a Franco desde una fecha concreta, el 1 de octubre de 1936, fuentes del tribunal aseguran que es un "hecho histórico" y que es cuando lo documentos comienzan a citar a Franco como "jefe del Estado". El debate está servido.