Hallan más de un centenar de tesoros arqueológicos de época fenicia en la costa de Mazarrón
Según los expertos, el descubrimiento coloca a esta región de Murcia en "na de las primeras colonizaciones fenicias en la Península Ibérica".
6 septiembre, 2019 16:37Noticias relacionadas
La quinta campaña internacional de arqueología submarina Mazarrón Fenicio ha hallado 160 piezas de entre los siglos VIII y VI antes de nuestra era en un sondeo submarino realizado en una zona submarina de 9 metros cuadrados del fondo norte de la isla de Adentro en esa localidad murciana.
En un comunicado, el consistorio ha señalado que esta iniciativa del Centro de Estudios del Próximo Oriente y la Antigüedad Tardía de la Universidad de Murcia, dirigida por los profesores Juan Pinedo y Helena Jiménez, ha planteado la existencia de un posible fondeadero que constata una ocupación y frecuentación del gran pueblo marinero y mercantil de la antigüedad durante al menos 200 años.
Se han documentado en excelente estado de conservación 160 restos con forma y 600 paredes de ánforas, hallazgo que según Pinedo "coloca a Mazarrón como una de las primeras colonizaciones fenicias en la Península Ibérica junto a Cádiz y Málaga".
Hasta el momento se atestiguaba la presencia fenicia en el puerto de Mazarrón desde finales del siglo VII antes de nuestra era por el yacimiento de la punta de los Gavilanes y de las dos embarcaciones en la playa de la Isla. El descubrimiento ahora de materiales de un siglo anterior sitúa este yacimiento subacuático en una amplia red comercial que se extiende desde el estrecho de Gibraltar hasta Ibiza ya en épocas muy tempranas de colonización fenicia peninsular.
A falta de un estudio en profundidad, todo apunta a que este punto era el centro estratégico de la red de influencia política, económica y cultural sobre la población indígena. Estaba integrada por los actuales montículos de la Reya, Gavilanes y El Castellar, que debido al nivel del mar en aquel tiempo eran islotes próximos a la costa que les permitían asentarse y a la vez resguardarse de los autóctonos, de quienes recelaban.
El hallazgo de semillas, huesos y dientes de animales, caracoles de tierra, lucernas y cerámicas realizadas a mano por indígenas permite deducir que había un fondeadero. Los primeros indicios de la importancia arqueológica de la zona se dieron en las anteriores campañas de 2017 y 2018, cuando se encontraron respectivamente un colgante de oro y unos huevos de avestruz ricamente decorados.