La Bien Querida: "C. Tangana es el trapero más romántico, no veo que le censuren por machista"

Brujería, el último álbum de La Bien Querida, es exactamente eso: once hechizos benignos para quererse como en las películas y para besarse como en las canciones. Once himnos delicados para volver a mirarse como los adolescentes. Lo cuenta la artista a este periódico: “He intentado que tenga mucha magia, que sea muy misterioso y que te pueda llevar a ese estado de embrujamiento. Hay un ensayo de Alan Moore que se llama Ángeles fósiles que dice que la magia es arte, que el arte es magia y que escribir es un estado mágico de evocación y de transformación”, relata. “Alan Moore es un señor guionista que escribe cómics y se hizo mago a los 40 años. Mago-artista. Dice que cualquier manifestación artística es un microhechizo, y eso es lo que he intentado traer a este disco”.

La Bien Querida cree incluso que “las palabras son pequeños hechizos que lanzamos al universo” y que hay que “pensar en positivo” y tener “cuidado con lo que deseas”: “Tenemos mucho poder”, subraya. La emoción que más la arrastra a escribir es el “amor pasional”: “Siempre ofrece como un atractivo irresistible, porque la felicidad que se siente con él no es moderada, es extraordinaria. Bajo la influencia del amor el mundo también parece diferente. No hay conservante ni antiséptico, nada que mantenga el corazón tan joven como el amor. Y ya, más allá del amor pasional, la empatía: el entregarse a las cosas con entusiasmo”.

El amor romántico

Reconoce que el amor le parece “divertidísimo” y que sin él “el mundo sería muy triste”: “Hay quien cree que para crear una sociedad más sana habría que reconstruir el ideal del amor romántico, pero yo no lo voy a hacer, porque me parece que el mundo es mucho más entretenido si me enamoro. En ese aspecto no he crecido, sigo siendo una niña de 18 años que se enamora con locura”. El poliamor, eso sí, le ha pillado “un poco mayor”: “Ya lo intentaron imponer los hippies y vimos que no funcionó mucho, no creo que nuestra naturaleza sea esa”.

Su vocación es la canción popular, la cancioncita “sencilla y sin metáfora”, estilo Manuel Alejandro -recuerden Como yo te amo o Que no se rompa la noche-, “pero también me gusta el trap”, sonríe -y además de verdad: colaboró con el mismísimo Yung Beef-.

En este trabajo también comparte temas con Jota, de Los Planetas -en Domingo Escarlata- o con Diego Ibáñez, de Carolina Durante -en ¿Qué?-, que han dejado versos como “si no te vuelvo a ver no entenderé por qué la vida me mostró que tú existías (…) cuando me besabas, el cielo se abría” o “lo que me pasa contigo es que no distingo lo complicado de lo simple, lo que está bien, lo que está mal, lo correcto y lo que no, lo que es real y lo que me he inventado yo”.  A este respecto, la artista cuenta que cuando se está enamorado “es difícil saber lo que es verdad y lo que es falso” porque uno construye “su propio relato” acerca de lo que está pasando.

Censura y machismo

¿Qué opinión tiene La Bien Querida sobre el contexto de censura musical en nuestro país: desde el ayuntamiento de Madrid con Luis y Pedro Pastor al de Bilbao con C. Tangana por sus letras presuntamente machistas? “Me parece horrible la censura, yo soy de los de ‘prohibido prohibir’. Instauraría esa ley. No lo puedo entender, me parece una falta de sentido común y de sentido del humor también. El pensamiento no delinque. Por otro lado, C. Tangana es el trapero más romántico que hay, no veo que lo censuren por machista. Se nota que han leído muy poco sus letras. Precisamente C. Tangana… es súper pop y súper romántico. Vamos, yo he analizado sus letras y no me entra en la cabeza. Otra cosa será una actitud chulesca, pero tampoco tiene nada que ver con delinquir”.

¿Pero sigue percibiendo machismo en el mundo de la música? “Siempre hay un poco, vivimos en una sociedad machista. Pero se está haciendo mucho: hay festivales como el Primavera Sound que se han impuesto la paridad a la hora de coger a los artistas, me parece un ejemplo muy guay”, lanza. “Llevan a artistas mujeres porque las hay y les salen carteles increíbles. No sé. Yo soy feminista desde que nací, con total naturalidad. Pero el otro día hablaba con una amiga que no quiero meterle en el cuerpo miedo a nuestras hijas, en plan ‘pobrecita, eres una pobrecita’… no. La idea es que crezcan fuertes”.