Conversación en la catedral o La ciudad y los perros han desaparecido de las librerías y plataformas de compra online de China. La censura del país asiático ha lanzado sus tentáculos sobre los libros de Mario Vargas Llosa a raíz de una tribuna firmada por el Nobel de Literatura en la que se despachaba contra el coronavirus incidiendo en su localización geográfica específica, una práctica desaconsejada por la OMS para no caer en estigmas: "El espanto que causa ese virus proveniente de China...", lamentaba el novelista.
Ante esta serie de "declaraciones irresponsables", que se muestran a través de "una serie de críticas absurdas y sin fundamento", la Embajada de China en Perú, país natal de Vargas Llosa, ha salido al paso con un contundente comunicado: "Respetamos la libre expresión, pero eso no implica aceptar arbitrarias difamaciones y estigmatizaciones. Lamentamos las declaraciones del Sr. Vargas Llosa, considerando que se basan en su falta de conocimiento y profundo prejuicio hacia China".
En la tribuna, publicada el pasado domingo en el periódico El País, el autor de La fiesta del chivo no solo hacía hincapié en la procedencia china del coronavirus, sino que también criticaba la falta de transparencia del Gobierno comunista, una "dictadura", a la hora de gestionar los primeros compases de una epidemia que ya afecta a todo el mundo y ha causado más de 5.000 muertes. El novelista aprovechó para recordar el caso de Li Wenliang, sanitario que alertó del brote y falleció infectado.
"Por lo menos un médico prestigioso, y acaso fueran varios, detectó este virus con mucha anticipación y, en vez de tomar las medidas correspondientes, el Gobierno intentó ocultar la noticia, y silenció esa voz o esas voces sensatas y trató de impedir que la noticia se difundiera, como hacen todas las dictaduras", escribió el Nobel de Literatura. "Así, como en Chernóbil, se perdió mucho tiempo en encontrar una vacuna. Sólo se reconoció la aparición de la plaga cuando ésta ya se expandía".
La consecuencia ha sido inmediata. Según el citado periódico, las novelas de Mario Vargas Llosa ya no se encuentran a la venta en las principales plataformas de comercialización del libros, como Dangdangwang o Taobao. Su búsqueda arroja el resultado de "no disponible". Fue Tsering Woeser, activista y escritora, la encargada de denunciar esta censura a través de las redes sociales.
Álvaro Vargas Llosa, hijo del novelista, recordó a un usuario de Twitter el cariño que el pueblo chino siempre ha demostrado hacia su padre: