El gran hallazgo de unos egiptólogos españoles, frustrado por el coronavirus
La misión arqueológica de la Universidad de La Laguna en Luxor ha interrumpido su labor, lo que supone parar una campaña "de ensueño".
19 marzo, 2020 11:54Noticias relacionadas
La misión arqueológica de la Universidad de La Laguna en Luxor (Egipto) ha interrumpido su labor tras el anuncio del cese de vuelos de Egipt Air con España, lo que supone parar una campaña "de ensueño" en la que han aparecido tres momias y seis ataúdes, así como una nueva cámara funeraria.
El director de la misión, Miguel Ángel Molinero, profesor titular de Historia Antigua de la Universidad de La Laguna y licenciado en Egiptología por la Sorbona (Francia), explica a Efe que los investigadores están regresando a España tras detener abruptamente su octava campaña en la tumba de Nisemro, la TT209. Todo se debe a las medidas adoptadas ante la pandemia de coronavirus y en concreto, al aviso de Egipt Air de que hoy, jueves, operará su último vuelo con España.
Ello motivó que los miembros de la misión, formada por egiptólogos, bioarqueólogos, restauradores y arquitectos de varias comunidades españolas, Egipto, México y Estados Unidos, tuvieran que organizar de repente su salida de Luxor. A la hora de hablar con Efe, los miembros de la misión habían logrado llegar a El Cairo, pero les habían anulado el vuelo de regreso de Madrid a Tenerife.
En un primer momento, los egiptólogos habían optado por acortar en dos semanas el cierre de la campaña, que debía terminar el 20 de abril, y la intención de Miguel Ángel Molinero era quedarse en Luxor para proteger la tumba, que se encuentra en un wadi (valle), por si lloviese y entrase el agua, pues el sistema de protección es complicado y tarda varios días en instalarse.
De hecho, el pasado fin de semana llovió en un área muy cerca de Luxor, en cuyas montañas lleva 25 años sin llover lo suficiente como para que corra el agua en el wadi, explica el egiptólogo, que no obstante indica que el equipo levantó en un solo día un muro a modo de pequeño dique para que, si entrase el agua, quedase embalsada arriba de la tumba.
Sin embargo lo que motivó la decisión de Miguel Ángel Molinero de regresar con el resto del equipo fue que, tras el anuncio de Egipt Air, se comunicó la prohibición por parte del Servicio de Antigüedades egipcio de cesar también los trabajos arqueológicos de campo. Es decir, de continuar en Luxor se tendría que haber quedado aislado en la residencia en la que habita durante las excavaciones, por lo que Molinero optó por dejar desmontada la tierra y preparar el cierre de la tumba, con la esperanza de que se conceda permiso a un miembro local del equipo para dejarla bien clausurada antes de la temporada de lluvias, a partir de octubre.
Y como pasa siempre, relata Miguel Ángel Molinero en conversación desde Egipto, el último día "apareció la campaña del año que viene: la puerta que conduce a la cámara funeraria". Lo más triste, prosigue el egiptólogo, ha sido interrumpir una campaña que desde el primer día estaba produciendo descubrimientos, pues "ya estamos muy al final del proceso de excavar la tumba, ya estamos donde tienen que aparecer las cosas".
Ese es el motivo de que "por fin hayamos encontrado el muro de cierre de la tumba" en un enorme patio de aproximadamente 12 por 12 metros y también se halló en otra cámara funeraria, la que los egiptólogos de la ULL denominan "de la madre", un perro enterrado -el segundo que aparece- y la huella de que hubo un enterramiento con un ataúd, aunque está muy deteriorado.
Además se han encontrado tres nuevas momias, que se suman a las seis aparecidas en la campaña de 2019, y seis ataúdes, algunos de los cuales pueden formar parte de conjuntos con tapa y base, y de los que se ha llegado a identificar la decoración que tenían. "Estaba siendo literalmente una campaña de ensueño como no habíamos tenido en estos años, y ha habido una interrupción drástica en medio de todos los éxitos", lamenta Miguel Ángel Molinero, quien se consuela pensando en que al menos se trabajó durante cuatro semanas y en algunas partes la misión se quedó "a centímetros de terminar".
A la decepción de no poder concluir la campaña según lo previsto, admite el director de la misión, la contrarresta la esperanza de que el próximo año se retomarán los trabajos en la TT209, la tumba del alto funcionario Nisemro.