El actor Sean Connery, el mejor James Bond de la historia, ha muerto este sábado a los 90 años según ha informado la BBC. Ganador de un Oscar al Mejor actor de reparto por su papel en Los intocables de Eliot Ness, el escocés fue el primer intérprete en dar vida al célebre agente 007, apareciendo en un total de siete películas entre 1962 y 1983. También ganó dos Bafta y tres Globos de Oro. Falleció en Bahamas, mientras dormía y después de haberse encontrado "mal durante algún tiempo", ha señalado su hijo.
Connery destacó, asimismo, por participar en cintas como La caza del octubre rojo, Indiana Jones y la última cruzada, La liga de los hombres extraordinarios o La roca. Fue Robin Hood o el Rey Arturo y se puso a las órdenes de gigantes como Alfred Hitchcock (Marnie, la ladrona), Sidney Lumet o John Huston (El hombre que pudo reinar), pero si por algo será recordado es por ser el primer hombre que encarnó a James Bond, y probablemente por ser el que mejor lo hizo. Había cumplido 90 años el pasado mes de agosto.
Nacido en los suburbios la ciudad escocesa de Edimburgo en 1930, hijo de un camionero y una limpiadora, tuvo una infancia complicada, creciendo en un ambiente marcado por las penurias económicas. Dejó de ir al colegio a los 13 años para trabajar como repartidor de leche. Tras enrolarse durante un tiempo en la Marina británica, trabajó como pulidor de ataúdes en funerarias o como modelo de desnudos de la Escuela de Arte de Edimburgo, hasta que en la década de 1950 comenzó a hacerse un hueco como actor de películas, obras de teatro y programas de televisión.
Sin embargo, su salto a la fama llegaría en 1962, cuando se adaptó a la gran pantalla la novela Dr. No, del escritor Ian Fleming. Agente 007 contra el Doctor No fue la primera vez de Sean Connery como James Bond, y tuvo tanto éxito que en los años posteriores siguieron seis entregas más de una saga que ocupa un lugar privilegiado en la historia del cine: Desde Rusia con amor (1963), Goldfinger (1964), Operación Trueno (1965), Solo se vive dos veces (1967), Diamantes para la eternidad (1971) y Nunca digas nunca jamás (1983).
El Bond de Connery fue un agente de modales elegantes y humor irónico para boicotear las artimañas de villanos extravagantes. También una figura carismática que camelaba a mujeres hermosas y así ocultaba su cara más oscura y violenta. Todas estas características contribuyeron a crear un personaje con unos estándares reconocibles que han tratado de replicar todos los actores que han recogido su testigo, como Roger Moore, Pierce Brosnan o Daniel Craig.
Si bien todo el mundo le relaciona con 007 -pocas coletillas son más famosas que la forma que creó de presentarse en las películas: "Bond, James Bond"-, el escocés terminó renegando del personaje sin el que su carrera no hubiera sido la misma. "Odiaba al maldito James Bond", llegó a reconocer en una ocasión.
Connery también fue un ardiente defensor de la independencia de Escocia y llegó a tatuarse en un brazo, cuando servía en la Royal Navy, las palabras "Scotland Forever". Fue nombrado caballero de la Orden del Imperio británico por la reina Isabel II en el año 2000, en una ceremonia celebrada en el Palacio de Holyrood, en Edimburgo, a la que acudió vistiendo la típica falda de su tierra. "Nuestra nación hoy está de luto por uno de sus hijos más queridos. Sean era una leyenda global, pero, por encima de todo, era un escocés patriota y orgulloso", ha lamentado el primer ministro Nicola Sturgeon.
Más allá de 007
La carrera cinematográfica de Sean Connery continuó de forma imparable hasta que en 1987 obtuvo su primer y único gran reconocimiento de la Academia de Hollywood. Ganó el Oscar a Mejor actor de reparto por su papel en Los intocables de Eliot Ness, una inolvidable película de gángsters dirigida por Brian de Palma y ambientada en la época de la ley seca. Por esa misma interpretación se le concedería un Globo de Oro.
El escocés también participó en títulos como Asesinato en el Orient Express (1974), El nombre de la rosa (1986), una estupenda adaptación de la novela homónima de Umberto Eco, El primer caballero (1995) o Los vengadores (1998). No volvió a aparecer en otra película desde 2003, cuando se metió en el papel del aventurero Allan Quatermain en La liga de los hombres extraordinarios y acabó enfrentado con el director. "Estoy harto de tratar con estúpidos", dijo. Con la única excepción de que en 2012 puso voz al protagonista de la cinta de animación Sir Billi.
Fue un hombre alto, apuesto, carismático y magnético. En 1989, cuando tenía 59 años y sus fans ya se habían recuperado de la desilusión que supuso su abandono definitivo de la saga Bond, la revista People lo calificó como "el hombre vivo más sexy". El actor se lo tomó bastante a cachondeo, destacando que pocas personas son atractivas cuando están muertas.
Connery se casó con la actriz Diane Cilento en 1962. Tuvieron un hijo, Jason, que también quedaría atrapado por el mundo de la interpretación, antes de divorciarse once años más tarde. Sean volvió a contraer matrimonio en 1975 con la artista francesa Micheline Roquebrune, a quien conoció jugando al golf y que ha sido su pareja hasta ahora. "Un día triste para todos los que conocieron y amaron a mi padre y una triste pérdida para todas las personas que disfrutaron del maravilloso don que tenía como actor", ha asegurado Jason Connery a la BBC.