El rapero Pablo Hasel, condenado por un delito de enaltecimiento del terrorismo e injurias a la Corona, tiene diez días para entrar en la cárcel. Así lo ha hecho saber el propio cantante a través de las redes sociales, compartiendo con sus seguidores una imagen del requerimiento de la Audiencia Nacional. "Me han dado 10 días para ingresar en prisión. Al final no ha habido la suficiente solidaridad para parar esto que nos afecta a la mayoría que no tenemos garantizada la libertad de expresión. Van a encarcelarme por contar hechos objetivos, pero jamás van a doblegarme", ha escrito en su cuenta de Twitter.
El Tribunal Supremo confirmó el pasado junio la condena a nueve meses de prisión y multa impuesta por la Sala de Apelación de la Audiencia Nacional al rapero por delitos de enaltecimiento del terrorismo (en el que es reincidente) e injurias y calumnias a la Corona y a las Fuerzas de Seguridad del Estado. Hasel fue condenado por publicar en su perfil en redes sociales tuits donde incorporaba vídeos que incitaban a la violencia y vejaban a la Corona, la Policía y la Guardia Civil. El Constitucional no admitió a trámite en noviembre su última vía de escape: un recurso de amparo.
En el perfil de Twitter del rapero se encontraron 1.915 tuits con los términos GRAPO, ETA, monarquía, rey, terrorismo, bomba, Borbón, Policía o Guardia Civil. Entre otros mensajes, el músico escribió: "Detenidos en Galiza por 'enaltecimiento del terrorismo', es decir, por decir que hay que luchar contra el estado fascista"."El mafioso del Borbón de fiesta con la monarquía saudí, entre quienes financian el ISIS queda todo". "Constancia en la lucha hasta que un día el desahuciado sea Felipe de Borbón con toda su familia de parásitos enemigos del pueblo".
Durante el verano, el rapero leridano cuyo verdadero nombre es Pablo Rivadulla señaló que, de confirmarse su entrada en prisión, no se exiliaría ni pediría el indulto al no arrepentirse de lo que dijo o escribió. Hasel cree que el Estado español le quiere "castigar de manera ejemplar por tantos años de lucha desde la música y las calles".
La sentencia del TS descartó que los mensajes del artista estén amparados por la libertad de expresión y de opinión, derechos que "cuentan con algunas barreras", y están condicionados "por otros derechos y exigencias constitucionales" como el respeto a los demás o la prohibición de "conductas de alabanza de actividades terroristas que alimente un clima favorable a su reproducción".