Miguel Noguera: "El término 'políticamente incorrecto' cae muy lejos de mi humor"
El cómico e ilustrador Miguel Noguera vuelve a Madrid con tres atuaciones de su Ultrashow entre el 16 y el 18 de julio en el Teatro del Barrio.
15 julio, 2021 02:36Noticias relacionadas
Sobre el escenario solo hay un atril en el que a modo de resumen el artista ha preparado pequeñas ideas para desmigar. Cuando las luces se apagan y sobre las tablas aparece Miguel Noguera, el público guarda un silencio religioso que inmediatamente se ve roto por un canto. Un canto "recitativo" que abre las actuaciones del cómico y que da paso a su Ultrashow. Un concepto que su creador lleva cocinando a fuego lento desde hace doce años y que vuelve ahora a Madrid de la mano del Teatro del Barrio, entre los días 16 y 18 de julio.
Miguel Noguera nació en Las Palmas de Gran Canaria en 1979. Más tarde se mudó a Barcelona para estudiar Bellas Artes. Llegó a plantearse una carrera como auxiliar administrativo que no llegó a cuajar, lo que le empujó hacia la creación de un sello particular de comedia que ha llevado a escenarios, programas de televisión y radios. Sus libros de ilustraciones y sus actuaciones se desarrollan dentro de un mismo universo personal e inclasificable que ha cautivado a miles de personas.
MADRID, teatro del Barrio: Viernes 16, sábado 17 y domingo 18. Tres Ultrashows como tres botijas. Los tres a las 19:30. En fin, una oportunidad única de ver en acción a ese pobre infeliz llamado Mini-ay-güel Nopoguereppa. https://t.co/oITzgxykjZ pic.twitter.com/56SB2ugUez
— Miguel Noguera (@MiguelNoguera) July 14, 2021
Noguera se presenta con la culpa de no ser "un buen entrevistado" incluso antes de empezar: "Mis opiniones van surgiendo y cambiando mientras hablo. Deambulo, se abren caminos, meandros... esto mismo que estoy haciendo ahora", explica entre risas.
El cómico reconoce el propio solipsismo de su discurso que "ajusta forma y contenido". Ese divagar es el centro de su comedia, camina por los márgenes de ideas para detenerse o hacer énfasis, sin buscar la risa fácil, como royendo un hueso hasta su superficie.
Lejos de la zafiedad, Noguera "camina por otros sitios". Incluso cuando disecciona de una forma visceral las ideas o historias que propone al público, lo hace de una forma muy diferente y afirma: "Lo políticamente incorrecto me cae muy lejos".
Sus Ultrashows tratan "ideas que no tienen porque ser cómicas en sí mismas", a medio camino entre "la representación plástica y el humor". Dos mundos que se balancean y a veces colisionan en sus dibujos o en su reciente colaboración con Ivo Sans en la Fundació Joan Miró este mismo año. Como parte de la performance de Sans, el cómico grabó con los ojos vendados un capítulo de su podcast, Infrashow, mientras el músico tocaba la batería.
La música también desempeña un papel fundamental en la vida Noguera. Canta en coros desde incluso que le cambiase la voz en su adolescencia, cuando le pasaron a los "contraltos". Después vino el desencanto y dejó de cantar durante años. Desde hace seis participa con Cor Bruckner Barcelona, una agrupación de 40 personas que ha recibido diferentes premios desde su fundación en el año 2003.
Sin embargo, Miguel se desmarca para señalar que los cantos de sus actuaciones cumplen funciones muy distintas. "Creo que cantar así es la forma que más se aleja de una introducción"; algo que el humorista abraza en forma de "fantasía musical" a modo de invitación a sus shows. Estos cantos surgen de la repetición obsesiva de frases o de la entonación: "Unas veces como un líder totalitario y otras como un telepredicador", como reza su nota de prensa.
Las ideas que recoge en el día a día son pulcramente archivadas y resumidas en un documento de Word. El cómico las clasifica y selecciona para más tarde llevarlas sobre los escenarios. Los "titulares" que escoge son entonces amplificados y transformados en el mismo momento en que empiezan a desarrollarse. No existen ensayos previos o pruebas. "Tiene que ser fácil de explicar y tener algo explosivo; un giro violento o súbito para que sea interesante para el show".
Desde hace años Noguera graba sus actuaciones y comparte muchas de ellas en internet. Cada una resulta completamente independiente, sin repeticiones. Dependiendo de su estado de ánimo o el del público selecciona el material, aprovechando detalles que antes habrían pasado por alto o haciendo énfasis en ellos para amplificar aún más el momento.
Noguera explica que "la devaluación y la falta de respeto por mi trabajo es lo que me da más energía". Se desmarca constantemente del trabajo meticuloso de los guionistas y cómicos, lo suyo está en la "inmediatez". "Si tuviese que darle un valor diferencial a mi trabajo, convertirlo en un arte o un método que otros no puedan hacer, me quitaría todas las ganas de hacer cosas".
El cómico admite la "culpa de ganarse la vida" con su arte y señala el rechazo que le causa pensar en sus libros o sus actuaciones como una obra "laboriosa y metódica". La humildad de Noguera roza a veces la autoflagelación. Su filosofía se basa en la praxis, en un trabajo que desarrolla semanalmente desde el año 2011 y que atrajo incluso a los Reyes a una de sus actuaciones en Madrid, cuando todavía eran príncipes.
"En ese momento salían a ver muchas obras y a consumir cultura, supongo que vieron el show y se acercaron". Lo cierto es que aquella noche, cuando los dueños del teatro le explicaron a Noguera que sus majestades se sentarían entre el patio de butacas, el cómico pensó que se trataba de una broma. "Es curioso porque a veces bromeo con que está el árbitro Japón Sevilla entre el público", afirma entre risas.
La anécdota circuló como la pólvora, pero el cómico admite que solo le preocupó que se pudiese hacer carnaza de sus espectáculos. "Lo primero que pensé fue 'ya está', si tengo mala suerte me voy a tirar una semana de tormenta". A pesar de desmarcarse de la sátira política en su humor, Noguera reconoce que en sus momentos de mayor negatividad ve a "Casado de presidente y Abascal en Interior" y añade "imagínate ese escenario, sería hell on earth".