La figura del diablo ha formado parte de la visión de la mayoría de las culturas a lo largo de la historia. En casi todas las civilizaciones siempre ha existido una figura de ángel, de dios que representa el amor y la bondad, y una figura negativa, que ansía el mal en el mundo.
Durante las muestras artísticas de todas las culturas, hemos encontrado representaciones inmensas e incontables de esa espiritualidad positiva. Pocos han sido los artistas que, intentando no caer en supersticiones, han querido retratar o dar forma a Lucifer.
Todos los símbolos que se muestran están cargados con un aura de misticismo o incluso miedo, que ha generado el rechazo en muchas ocasiones, de quienes consideran las representaciones del diablo un símbolo de santería. Por curioso que parezca, estas representaciones demoniacas están repartidas por todo el mundo, incluso en España.
En el parque de El Retiro de Madrid podemos encontrar la fuente de El Ángel Caído, de Ricardo Bellver. Esta fuente fue comprada por el Estado en 1877 y en 1879 el Director de Museo Nacional del momento, Benito Soriano, sugirió que se llevase a un lugar público debido a su belleza. Otra característica llamativa de la estatua es su altitud topográfica, situada ni más ni menos que a 666 metros sobre el nivel del mar.
Durante muchos años, esta fuente ha tenido que ser vigilada por la policía, ya que allí se reunían grupos satánicos y ocultistas para realizar ceremonias. A día de hoy, durante la noche de Halloween se sigue vigilando la estatua.
En Segovia existe una leyenda que explica cómo el diablo creó el acueducto. Todo se debe a una aguadora que, cansada de cargar el agua a casa, aceptó un pacto con el diablo por el cual él construiría un acueduto a cambio de su alma.
Años más tarde, el escultor José Antonio Abella instaló en la parte alta de la calle San Juan de la ciudad, una estatua de un diablo haciéndose un selfie. Los vecinos recogieron 12.500 firmas para retirar la estatua, ya que podría atraer a un público satanista a la ciudad. Sin embargo, a día de hoy sigue formando parte del decorado urbano.
El propio escultor explicó que buscaba ridiculizar, de alguna manera, la imagen del diablo, poniéndole bajito y gordo.
En Arequipa, Perú, el demonio tiene un lugar predilecto, ya que podemos encontrar una representación del mismo debajo del púlpito de la Catedral de la ciudad. La pieza fue tallada en Francia por Charles Buisine-Rigot. La plataforma, donde antes se dirigían los sacerdotes, aplasta la cabeza del diablo, expresando la superioridad del bien ante el mal.
Otra de las esculturas que podemos encontrar dedicadas al Diablo se encuetra en Cuba. La estatua, conocida como 'El ángel rebelde' se encuentra en uno de los jardines interiores del Capitolio de La Habana. El escultor Salvador Buemi quiso realizar esta obra en bronce y sobre un pedestal de mármol.
La obra representa a Lucifer con el puño derecho levantado hacia el cielo y con el izquierdo tocándose el pecho, y una actitud que parece representar el levantamiento del diablo contra dios.
En la Piazza Statuto de Turín, Italia, se encuentra el Monumento al Traforo del Frejus. Fue diseñado por Marcello Conte Panissera y está dedicado a la ejecución del carril del túnel de Frejus, que une Francia e Italia. El monumento consta de una pirámide hecha de grandes rocas que proceden de la excavación y en lo alto una presentación de Lucifer.
Aunque se supone que se trata de una alegoría del triunfo de la razón sobre la fuerza bruta, en la tradición popular, este significado se superopone sobre otro: el sufrimiento de los mineros de la época en la que se llevó a cabo la obra.
'El poder brutal', 'La cara del diablo' o 'El diablo de Tandapi' son algunos de los nombres con los que se conoce a la escultura que se encuentra en Ecuador, a 5 kilómetros de Tandapi, de ahí su nombre.
Esta escultura, situada a 30 metros del suelo y de 20 metros de alto, es el retrato de un rostro con rasgos de varios animales. El creador, Cristóbal Octaviano Buenaño, diseñó esta pieza con la motivación de dejar un mensaje de sabiduría sobre la humanidad. Muchas son las leyendas sobre la inpiración satánica del escultor, pero se cree que son mayoritariamente rumores, ya que ese poder brutal, dicen, se encuentra dentro de cada ser humano y no tanto ligado al diablo.
Por último, en Arkansas se instaló hace unos años, una estatua de bronce de, personaje representado con una cabeza de cabra y que aparece junto a las efigies de dos niños sonrientes.
Esta estatua fue puesta frente al Capitolio de la ciudad como protesta a un monumento de los Diez Mandamientos puesto en el mismo sitio previamente. Se trata de los miembros de un templo satánico.