A la luz de las cuentas de 2015 del Museo Nacional del Prado, con un resultado anodino en los resultados del tramo de la década de la crisis, hemos pedido a un economista que analice la salud del referente cultural del país. Javier Santacruz, profesor de Economía del Instituto de Estudios Bursátiles es claro: El Prado necesita una nueva política de fijación de precios de sus entradas o derivará a una mayor exclusión cultural de la sociedad.
El incremento de precios que ha mantenido la dirección desde hace diez años ha disparado la recaudación, pero no ha conseguido atraer a más público (tal y como se muestra en uno de los gráficos incluidos). El museo corre el peligro de privilegiar a los más favorecidos, de romper con la accesibilidad cultural y dejar la visita mayoritaria a las dos horas gratuitas diarias.
Javier Santacruz explica que “es necesario contener el gasto en sueldos y salarios y un nuevo modelo de fijación de precios que sea más beneficioso para la salud financiera del Museo que para los intereses de sus gestores”. Se refiere a la variable que los altos cargos del museo tienen fijada en función de las visitas anuales. “Aunque a los gestores lo que más les interesa es el incremento del número de visitantes, un sistema de precios que discrimine por tipo de demanda ayudaría a generar más ingresos y tener que disponer de menos dinero procedente del erario público. Esto u optar por un modelo como es el británico reforzando las aportaciones al patronato y que sean los mecenas los que financien el Museo con entradas gratuitas”.
El economista consultado cuenta que el balance de 2015 sigue las líneas expansivas pactadas en los Presupuestos Generales del Estado (PGE), “donde se presupuestó un incremento de ingresos y gastos de un 8,3% anual”. “De esta forma, 2015 ha sido el primer año en que el presupuesto del Museo del Prado ha superado la barrera de los 40 millones de euros y una época contractiva derivada de la crisis”.
Más ingresos que gastos
“A las puertas de tener 500 millones de euros en activos (cosa que conseguirá probablemente en este 2016), el Museo del Prado ha mejorado su resultado de explotación o beneficio recurrente (en este tipo de organismos públicos se le denomina ahorro) un 60% hasta unas pérdidas de 248.540€. En términos de ingresos y gastos corrientes, el incremento de las subvenciones (fundamentalmente públicas), mayores transferencias (más financiación de los patrocinadores privados) y los ingresos por tickets de entrada, hace que el ritmo de aumento de los ingresos (+5,67%) sea mayor que el de los gastos (+4,6%)”.
“Mientras que esta tendencia se mantenga así y ante un nuevo incremento que ya se está ejecutando con los PGE de 2016, el Museo del Prado podría llegar a breakeven (revertir las pérdidas e incluso generar un pequeño beneficio de explotación) en este año. El resultado final dependerá de los extraordinarios tales como una reversión de un deterioro de valor de activos que en 2015 supuso reducir las pérdidas totales del ejercicio un 86%. Por el volumen de esta reversión (contablemente se suponía que un activo valía casi 190.000€ menos de lo que estaba consignado en balance y finalmente sí que es este su verdadero valor) no cabe esperarse otro extraordinario de estas características en 2016 que pudiera incluso llevar a las cuentas a beneficios”.
“Dado que el Museo del Prado no es una empresa, a más tamaño de presupuesto, a priori más gasto público y más necesidad de pedir dinero a los patronos. En esta cuestión, la forma de evaluar a los gestores del Museo es ver cómo evoluciona la eficiencia (la ratio de costes sobre ingresos), el capital o fondos propios, la liquidez (cash flow) y la gestión del circulante (fondo de maniobra que llamaríamos en una empresa). En 2015 con respecto a 2014, la eficiencia ha mejorado un 1% mientras que los fondos propios también se incrementan de forma sustancial (+29,47 millones)”.
“En el caso de la liquidez, el cash flow total mejora también sustancialmente gracias a las actividades ordinarias del Museo y más financiación proveniente de los patronos. Esta mejora se ha hecho incluso a pesar de que el Museo ha aumentado un 25% su partida de inversiones hasta los 4,32 millones de euros sólo en un año. He aquí la apuesta por ser un Museo más grande pero en el cual los mayores ingresos se están traduciendo en importantes inversiones a medio plazo”.
“Por último, la gestión del circulante es la asignatura pendiente del Museo del Prado, aunque ya en parte ha empezado a mejorarla. De 2014 a 2015, el Museo cobra más rápido a los clientes y ha alargado los plazos de pago a proveedores. Con esta liquidez remanente, el Museo puede hacer frente a la financiación de actividades de corto plazo y aguantar mejor los períodos en los que se retrasan las liquidaciones de IVA”.