El Reina Sofía gasta casi 700.000 euros en compra de arte
El museo adquiere del dramaturgo Francisco Nieva un cuaderno de apuntes y cinco obras de pequeño tamaño por 30.000 euros. La obra más cara es una pintura de León Ferrari por 318.430 euros.
6 septiembre, 2016 01:08Noticias relacionadas
En un sólo mes el Museo Centro Nacional Centro de Arte Reina Sofía ha gastado casi 700.000 euros en compra de obra de arte, más de lo que ha invertido en todo el año, para enriquecer la colección de la institución garante del arte contemporáneo español. En agosto, tal y como ha podido saber este periódico, el museo ha comprado una obra del provocador artista León Ferrari (Argentina, 1920-2013), Sin título (1962), por 318.430 euros, la pieza por la que más ha pagado en toda la temporada. Las compras fueron aprobadas, según informa el museo a EL ESPAÑOL, en la Comisión permanente del Real Patronato celebrada el pasado 18 de julio. “El presupuesto de compras para este año ya está cerrado. El gasto en adquisiciones es inferior al del pasado año”, añade.
De hecho, en la última edición de la Feria ARCO adquirió 19 obras de 10 artistas por 400.000 euros. En total, el pasado mes han destinado 626.633 euros a la compra de arte, mientras que el resto del año (sin contar ARCO) el museo ha invertido 446.035 euros. Es decir, más de un millón de euros en 2016, a falta del último trimestre.
Junto a la llamativa mayoría de artistas catalanes, destaca la compra al dramaturgo Francisco Nieva (Valdepeñas, Ciudad Real, 1924) de seis piezas por 30.000 euros. En primer lugar, un cuaderno borrador de collages y dibujos hecho junto con Eduardo Chicharro (Madrid, 1905-1964), llamado Libro clave para El pájaro en la nieve. Un gran libro de nuestro tiempo, de 1949, expuesto en la muestra Campo cerrado. Arte y poder en la posguerra española (1939-1953). Y cinco obras (grabado, collage y técnica mixta) de pequeño formato.
Desde el museo aseguran a EL ESPAÑOL que esta compra -junto con otra de Carlos Edmundo de Ory y Nanda Papiri- documentará el postismo (movimiento marginal postsurrealista). La valoración crítica realizada por los conservadores del museo, a la que ha tenido acceso EL ESPAÑOL, especifica que, los trabajos de Nieva y los otros artistas, “son desconocidos para la historia del arte pues realmente existe un vacío en su consideración histórico-artística, no así en el campo de la literatura”.
Un movimiento olvidado
El análisis aclara que las obras plásticas del postismo son valiosas porque usaron materiales efímeros que no se han conservado. Advierten que muchas obras se han perdido por el desinterés que la historiografía ha mostrado por este grupo de tres (De Ory, Chicharro y Sernesi). En el caso de Nieva, “gran parte de su obra fue destruida en un intento posterior de hacer tabla rasa de todo”.
El cuaderno citado, manuscrito con dibujos a tinta, recortes y anotaciones, es calificado desde el museo como “novela inédita”. “Este uso extensivo del collage, que fue una constante en la práctica artística de la posguerra, evidencia el interés por el dadaísmo experimental y, especialmente,por el surrealismo”.
Aseguran, además, que los materiales documentales comprados son clave en su lanzamiento (dos revistas de 1945, que contienen sus manifiestos), de las que sólo se publicó un número. También hay cartas y recortes de prensa que informaron del nacimiento del grupo. En total, por los materiales reunidos del grupo se ha pagado 48.000 euros.
El resto de obras compradas en agosto son: Sin título, 1956, realizada por los artistas Pinot Gallizio, Jorn Constant, Jan Kotik, Piero Simondo y Gallizio Jr., por 85.000 euros; el cuadro El Blat (1948), de Josep Guinovart, por 40.000 euros; del pintor cordobés Antonio Rodríguez Luna, Españoles en el campo de concentración de Argeles-Sur-Mer (1939), Españoles en el campo de concentración (1939) y Españoles en el campo de concentración de Bram (1939), por 5.448 euros; también han pagado 3.108 euros por tres obras de autor desconocido, tituladas, Madrid: the military practice of the rebels (1936), La risa del pueblo - con su música a otra parte (1940) y El front unic contra l'esquerra (1933); un portfolio de estampas de la revolución mexicana (2.275 euros); y Dos mujeres, de Gabriel García Maroto.
El caso Ribalta
El director del museo, Manuel Borja-Villel, ha apostado en sus compras de agosto de arte contemporáneo español por los artistas catalanes: de Ignasi Aballí (con exposición en el museo este año) han adquirido la fotografía Les meves mans després de tocar coses brutes y la instalación Llum (6 finestres) por la cantidad de 49.973 euros. De Francesc Abad, Nòmines (1973-2009) por 12.000 euros.
La compra más cuestionable de todas es la del colaborador habitual de la casa, Jorge Ribalta (Barcelona, 1963). En agosto se ha pagado al fotógrafo 60.500 euros por la serie completa Imperio (o K.D.), de 65 fotografías. Hace dos años, Ribalta donó al museo otra serie, titulada Sur l'herbe (en la hierba). Artista, editor y ensayista reconocido, también ha sido contratado por la dirección del Museo Reina Sofía como comisario de dos exposiciones: Aún no. Sobre la reinvención del documental y la crítica de la modernidad (2015) y Una luz dura, sin compasión. El movimiento de la fotografía obrera, 1926-1939 (2011).
Antes fue comisario para el MACBA, cuando también era dirigido por Borja-Villel, de tres exposiciones: Jo Spence. Más allá de la imagen perfecta. Fotografía, subjetividad, antagonismo; Manolo Laguillo. Barcelona 1978-1997 y Archivo Universal. La condición del documento y la utopía fotográfica moderna. Además, el pasado mes de abril la pareja de Borja-Villel, Yolanda Romero (ex directora del Centro José Guerrero de Granada y actual jefa de conservación de la pinacoteca del Banco de España), fue la comisaria de una exposición dedicada al trabajo fotográfico de Jorge Ribalta (como artista), en la Fundación Helga de Alvear de Cáceres (pagada por el Centro José Guerrero y la propia Fundación). Desde el Museo Reina Sofía han preferido no responder a este supuesto conflicto de intereses.
Antes de agosto, el Museo Reina Sofía desembolsó 267.928 euros por la obra de Ree Morton titulada To Each Concrete Man (1974), artista expresionista abstracta norteamericana a la que se le dedicó una retrospectiva hace un año. De Antoni Tàpies compraron Homes i cavalls (1951), por 66.550 euros; Dominique González Foerster titulada Atomic Park (2004) 34.453 euros; Hito Steyerl, November (2004), 28.000 euros; Allan Sekula titulada Lottery of the sea (de 2006) 24.824 euros; seis obras de Dorothy Iannone, entre 1971 y 1975, por 20.000 euros; de Patricia Gadea, Viaje al Monte Negro (1984) y una obra de Enrique Herreros La Codorniz 10º aniversario (1951), por 4.280 euros.