Michael Jackson era un esclavo
Washington inaugura el Museo Nacional de Historia y Cultura Afroamericana, un gesto expiatorio ante la vergüenza de no reconocer la contribución negra a la historia de EEUU.
23 septiembre, 2016 00:41Las estrellas de la colección del museo son una declaración de principios. Un sombrero de fieltro que Michael Jackson lanzó al público durante su Victory Tour de 1984, el vestido que Rosa Parks estaba tejiendo poco antes de negarse a ceder su asiento en un autobús segregado en 1955 o una cabaña donde se alojaban esclavos en Carolina del Sur a comienzos del siglo XIX.
Once de las 12 medallas olímpicas del atleta Carl Lewis, el brillante cadillac rojo de Chuck Berry, y un par de grilletes empleados para encadenar a los esclavos en el viaje desde las costas de África a través del Atlántico hasta las de América en 1835.
El Museo contó con la estampa de George W. Bush en 2003, y será Barack Obama, el primer presidente negro de la historia del país, quien encabece las celebraciones
Un siglo después de que fuese lanzada la idea, y 13 años después de que se diese luz verde al proyecto el National Mall de Washington, donde se escribe en piedra la historia oficial de EEUU, contará con su Museo Nacional de Historia y Cultura Afroamericana. La propuesta de ley contó con la estampa de George W. Bush en 2003, y será Barack Obama, el primer presidente negro de la historia del país, quien encabece las celebraciones este fin de semana.
"Este jubiloso día es el resultado de un siglo de intermitentes y frustrados esfuerzos para conmemorar la historia de los afroamericanos en la capital de la nación", dijo Lonnie Bunch III, director fundador del museo, en la apertura a la prensa a la que asistió EL ESPAÑOL la pasada semana. Con su estructura en forma de corona, recubierta por un denso entramado de filigranas de bronce, el edificio es obra del arquitecto británico nacido en Tanzania, David Adjaye, y está inspirado en motivos tribales yorubas, del África occidental.
La ausencia de un reconocimiento explícito en la explanada de Washington a la contribución afroamericana a los actuales Estados Unidos era motivo de vergüenza y perplejidad en el seno de la primera potencia mundial. De hecho, los memoriales que conmemoran sus algo más de 200 años de historia, y sobre los pasean millones de turistas cada año, no contaron con un representante afroamericano hasta hace apenas cinco años, cuando Obama desveló la escultura homenaje a Martin Luther King Jr.
Al "país de los libres y los valientes" le cuesta hacer examen de conciencia. Y si se encuentra inmerso en unas elecciones presidenciales en las que el tema racial vuelve a ser clave, todo es más complicado. En julio, Michelle Obama, erizó el vello de algunos biempensantes al recordar la controvertida historia de la residencia presidencial.
"Me levanto cada mañana en una casa que fue construida por esclavos. Y veo a mis hijas, dos hermosas, inteligentes, jóvenes mujeres negras, jugar con sus perros en el jardín de la Casa Blanca", explicó la Primera Dama, quien recibió sorprendentes críticas por contar un hecho bien conocido. En una curiosa estrategia defensiva, Bill O'Reilly, el popular presentador de la conservadora cadena FOX, la más vista en EEUU, quiso matizar lo apuntado por Michelle Obama al remarcar que los esclavos que participaron en las obras "estuvieron bien alimentados y contaron con decente alojamiento".
La lista de donantes cuenta con Oprah Winfrey, que aportó 20 millones de dólares, y otros líderes de la comunidad afroamericana como Michael Jordan
Las obras del Museo Nacional de Historia y Cultura Afroamericana, con una superficie de 37.000 metros cuadrados, llevaron más de cuatro años. Para financiar el coste del proyecto, cifrado en alrededor de 600 millones de dólares, el gobierno federal acordó hacerse cargo del 50% de la factura, mientras que el resto, algo más de 300 millones, se recaudó a base de donaciones privadas. La lista de donantes es larga y prestigiosa, y cuenta con Oprah Winfrey a la cabeza, la estrella mediática aportó sólo de su bolsillo 20 millones de dólares, seguida de otros líderes de la comunidad afroamericana como Michael Jordan, y filántropos y empresas como Bill Gates o Google.
Todos querrán salir en la foto de este sábado, cuando Obama y los miles de asistentes esperados, participen en la ceremonia de apertura en la que Public Enemy, la gran banda de hip-hop dedicada a agitar las mentes complacientes de finales del siglo pasado subirá al escenario para probablemente entonar una de sus himnos clásicos Fight the power de su disco de 1990 Fear of a Black Planet (Miedo a un Planeta Negro).
"Got to give us what we want
Gotta give us what we need
Our freedom of speech is freedom or death
We got to fight the powers that be"
(Teneis que darnos lo que queremos
Tenemos que darnos lo que necesitamos
Nuestra libertad de expresión es libertad o morir
Tenemos que luchar contra los poderes que sean)
El museo es un punto de partida.